10 beneficios de estar en movimiento
La inactividad física produce en nuestro cuerpo más consecuencias negativas de las que creemos. Para pensar en ellas, nada mejor que ver la otra cara: los beneficios de la actividad física. Las explica el doctor Rubén Salcedo.
Uno de los principales problemas que nos afectan en la postmodernidad es que disponemos de numerosos elementos de telemetría, tales como controles remotos y equipos a distancia, el celular; el control remoto del portón del garaje, del equipo de música, del televisor, del aire acondicionado, etc. Estos elementos que nos generan comodidad nos llevan a movilizarnos cada vez menos, y esta situación se traduce en que nuestros músculos empiezan a achicarse de tamaño y a atrofiarse.
Estamos padeciendo, entonces, una “epidemia” de pérdida de masa muscular. Lo agravante es que al perder masa muscular perdemos salud. Para dimensionar lo que perdemos al no realizar actividad física, analizamos a continuación los beneficios orgánicos que nos provee el hecho de tener buena masa muscular:
Para la columna: Al moverse menos y perder masa muscular, la persona empieza a encorvarse hacia adelante. Hacer actividad física previene deformaciones de la columna vertebral. De hecho, ante estos problemas los traumatólogos recomiendan la práctica de una actividad física, como puede ser la natación.
Mayor elasticidad y movilidad: La falta de actividad física nos hace perder elasticidad y movilidad. La práctica de actividad física nos hace más flexibles y ágiles.
A nivel cardíaco:
Mejora el colesterol bueno. Cuando uno mantiene una buena actividad física el músculo crece y, al crecer, indirectamente produce un aumento del colesterol bueno, que es como el “detergente” de las arterias.
Evita la presión alta. La actividad física dilata las arterias y eso hace que, si la persona padece presión alta, ésta baje. La actividad física es un excelente complemento para evitar la presión alta, mientras que el sedentarismo es el mejor terreno para que ésta se presente.
Regula la frecuencia cardíaca.
Evita las várices: en la contracción y relajación de los músculos de las piernas se bombea la sangre de las venas hacia el corazón, evitando que ésta quede acantonada en las venas de las piernas”.
Menor cansancio: una persona sana al final del día tiene que terminar la jornada con sueño pero no con agotamiento físico, de lo contrario significa que está fuera de estado físico.
La capacidad respiratoria: cuando uno practica actividad física utiliza todo el pulmón y por lo tanto mejora la oxigenación y llega más oxígeno al cerebro. Por eso se ha visto que las personas que hacen actividad física, al tener mejor oxigenación cerebral, tienen mucho mejor rendimiento intelectual que las que no la practican.
Diabetes, triglicéridos y colesterol: los triglicéridos, el colesterol malo y el azúcar de la sangre, son los principales combustibles del músculo. Cuando éste comienza a trabajar utiliza azúcar; eso hace que mejore la diabetes. Y cuando lleva más de 20 minutos funcionando empieza a consumir más triglicéridos y colesterol malo. Por lo tanto, el ejercicio físico es el mejor preventivo para la diabetes y para que las arterias no se tapen con colesterol malo.
A nivel de la sangre: al haber menos colesterol y menos triglicéridos, la sangre se vuelve más fluida, y eso evita que se formen coágulos.
Nivel digestivo: cuando uno realiza actividad física, los músculos del abdomen se contraen y se relajan rítmicamente produciendo una especie de masaje sobre los intestinos, ayudando a que la persona evacue mejor. Eso previene el cáncer de colon.
Sistema nervioso: con el ejercicio físico mejora también la coordinación muscular. El cerebro es como el músculo: mientras más se utiliza, mejor funciona. Además, cuando la persona realiza actividad física se liberan unas hormonas llamadas “betaendorfinas”. Éstas son antidepresivos naturales, porque estimulan el cerebro. Por eso la depresión es menos frecuente en la gente que hace actividad física.
Fuente: http://www.revistabuenasalud.cl/