Todos tenemos miedo y es una gran noticia porque significa que estamos vivos. Hay dos tipos de miedo: el sano o la prudencia y el tóxico o el que nos hace daño, como hemos comentado en alguna ocasión. Vamos a ver a continuación algunas claves para superarlo.
2.- Pon pasión en lo que haces. Un gran antídoto ante el miedo es la pasión. Si te ilusionas con lo que haces o incluso, te apasionas no tendrás miedo. Sentirás incertidumbre, pero el circuito del miedo se neutraliza cuando el de la recompensa entra en juego. Así que encuentra algo que te guste en lo que te da temor y apóyate en ello: contar una broma en una conferencia que vas a dar o en una reunión que te abruma un poco.
4.- Aprender, aprender. Cuando las cosas se automatizan no se tiene miedo. Seguramente, cuando aprendiste a montar en bici estarías nervioso o tendrías miedo a una posible caída. Sin embargo, cuando lo interiorizaste, ya no lo viviste de esa forma. El motivo son los hábitos. Cuando creamos rutinas, no tenemos miedo. Por ello, si algo te cuesta, divídelo en pequeños objetivos y practica, practica. Es la mejor manera de que lo llegues a automatizar.
6.- Busca referentes. Somos mamíferos y aprendemos observando, y si no, que se lo digan a los padres. Los hijos hacen lo que ven, no lo que escuchan. Si somos así y algo te cuesta, pégate a alguien que ya lo haya conseguido y obsérvalo. Si te resulta difícil desarrollar ciertas habilidades sociales, busca al mejor de tu entorno y observa qué hace. Si quieres superar el miedo al fracaso, lee biografías de las personas de mucho éxito que también se equivocaron. La idea es no hacer un mundo de lo que nos ocurre y buscar la inspiración para superarnos a nosotros mismos.
7.- Apóyate en otros. El miedo es una emoción muy incómoda. Es bueno hablar de ello porque te das cuenta de que no eres único, que todos tenemos temor a que nos rechacen o a equivocarnos, por ejemplo. Por ello, apóyate en personas que aprecias y comparte tus incertidumbres. Lo peor es guardarlo en la cabeza y alimentarlo con pensamientos casi siempre oscuros. Además, estar cerca de otras personas nos da fuerzas, por eso no es de extrañar que un buen trabajo en equipo reduzca los miedos individuales.
9.- Sí a las fortalezas. La educación ha puesto mucho foco en las áreas de mejora. En cambio, si tienes que superar algo, encontrarás más energía si lo haces desde donde te sientes cómodo, es decir, tus fortalezas. Quiero seducir a esa persona que me parece un reto, por ejemplo, pues hazlo desde donde tú te sientes más seguro o segura: sentido del humor, habilidades intelectuales… No pretendas ser de un modo distinto. Y todo ello se aplica en otros ámbitos: tengo que dirigir una reunión que me cuesta o lanzarme a un nuevo proyecto. Piensa en qué se te da bien y desde ahí, anímate a hacerlo.
“No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo”… Nekson Mandela
Fuente: www.blogs.elpais.com