Los 10 síntomas del despertar espiritual
El despertar espiritual es algo con lo que todo ser humano se va a encontrar en algún momento de su vida. No empieza de golpe, poco a poco van apareciendo los síntomas que delatan que nos encontramos ante algo más grande que nosotros mismos.
El despertar espiritual se refiere a ir más allá de lo cotidiano y mundano. Se refiere a comprometerse a llevar una vida que tras la muerte deje una huella profunda en quienes nos rodean. Es el mundo de los valores y de las emociones positivas. Un compromiso que busca una trascendencia positiva de nuestros actos.
Fuente : http://recursosdeautoayuda.com
No estoy hablando de un aspecto místico o religioso. El despertar espiritual se refiere a ir más allá de lo cotidiano y mundano. Se refiere a comprometerse a llevar una vida que tras la muerte deje una huella profunda en quienes nos rodean. Es el mundo de los valores y de las emociones positivas. Un compromiso que busca una trascendencia positiva de nuestros actos. Ni el dinero ni nuestras propiedades nos acompañarán en la tumba.
10 síntomas del despertar espiritual:
1) Empezar a cerrar la puerta a los absolutismos.
Los absolutismos son los enemigos declarados del conocimiento y de lo nuevo. Los fanáticos del empirismo se burlan de la intelectualidad y exaltan la importancia de la percepción y de la experiencia.
Si empiezas a indagar y a reflexionar más allá de lo que ven tus propios ojos entrarás en contacto con una nueva forma de ver la vida, mucho más espiritual. Una visión que se centra en los aspectos que de verdad importan en la vida.
2) Dejar atrás los prejuicios que tengas sobre el plano espiritual.
El camino espiritual es un camino interior, y seguramente por eso, los lastres, los obstáculos y los inconvenientes vienen mayoritariamente de nuestros prejuicios internos.
3) Empezar a caminar.
Después de darle mil y una vueltas, temerosos, intrigados, sorprendidos e inseguros, por fin, una mañana soltamos amarras y dejamos que la corriente inicialmente guíe nuestro rumbo espiritual.
4) Ralentizar nuestro ritmo de vida.
El mundo de lo cotidiano nos obliga a someter nuestro ritmo natural y personal al de todos. Sin embargo, ésta no parece una buena estrategia si queremos conectar con nuestra esencia; en el camino espiritual cada uno debe avanzar a su propio ritmo.
5) No olvidar.
Poco importa quién desempeña el papel de recordarnos quiénes somos y quiénes fuimos. Alguien debe estar dispuesto a ayudarnos a ser permanentemente conscientes de nuestras responsabilidades y limitaciones.
6) Empezar con las preguntas.
Una vez empieces a intentar conectar con la esencia de las cosas empezaran a surgir las preguntas:
– ¿Por qué me molesto en estas cosas?
– ¿Qué hace alguien como yo en un camino como éste?
– ¿Debería seguir o dar marcha atrás?
– ¿Estoy complicándome la vida inútilmente?
El despertar espiritual es un desafío que podemos afrontar con valentía y decisión si queremos salir de nuestra anodina vida.
7) Empezar a dejar de sentir miedo.
Dejar el miedo a tener que cuestionar las cosas que sé, a dejar de pertenecer a algún grupo, a no poder volver atrás, al fracaso.
Comprender que somos parte de un entramado mayor.
Uno puede pensar que lo que hace no tiene ninguna repercusión en el resto de las personas, pero eso nunca es cierto. Cuando haces algo, al otro lado hay personas, que a veces no conoces de nada y otras que ni siquiera te imaginas que puedan estar allí, que registran tu accionar, que recogen los beneficios o que terminan pagando por lo menos una parte de las consecuencias de todo lo que tú haces.
9) Empezar a tener conciencia espiritual.
La singularidad de lo espiritual en el ser humano se manifiesta por ser conscientes de estar insertados en ese todo.
10) El deseo de trascender.
El deseo de trascender determina una forma de actuar que en todos los casos debería poder conjugarse con facilidad con una determinada y propia escala de valores.