El área que se encuentra ubicada entre los omóplatos tiende a ser bastante apretada y tensa, sobre todo cuando su trabajo implica estar sentado durante gran parte del día. Sin embargo, aunque esta área puede estar llena de nudos, estrés y tensión, estos movimientos y técnicas pueden ayudarte a disipar la tensión, haciendo que te sientas más tranquilo y relajado.
Método 1: Remedios para estirar y liberar la tensión en la espalda superior
1. Utiliza las manos: Coloca las manos detrás de la espalda, una encima de la otra. Presiona tus manos en la columna vertebral hasta donde te sea posible. Estira hacia atrás, mientras lo haces, deja que tus manos sigan ejerciendo presión sobre tu espina dorsal. Debe escuchar algunos crujidos satisfactorios.
2. Siéntate en una silla con la espalda corta: Siéntate en la silla y deslízate hacia el borde del asiento en la parte posterior de la silla hasta que la espalda se sienta más tensa. Cúbrete la frente con la palma de la mano. Exhala lentamente. Mientras lo haces, permite que la cabeza y los hombros se hundan detrás de la silla, ofreciéndole a la espalda superior un tramo de satisfacción profunda y un par de crujidos.
3. Ponte de pie contra una esquina de la pared: Toma tus brazos detrás de ti, apretando los omóplatos. Este tramo ayudará a liberar la tensión contenida en la espalda, con algunos crujidos suaves.
Método 2: Usa un balón medicinal
1. Suelta la tensión de la espalda media: Siéntate en la pelota y lentamente camina con los pies hacia fuera. Desciende sobre el balón, con tu espalda apoyada sobre él. Relájate por completo. A continuación, muévete lentamente para avanzar y retroceder el balón y descanzar las diferentes partes de tu espalda.
2. Suelta la tensión en la espalda superior: Arrodíllate delante de la pelota de ejercicio y poco a poco rueda la pelota hacia adelante, hasta que sientas que has extendido toda la columna vertebral. Con la pelota en frente de ti, deja que la espalda superior y media se relajen y se hundan un poco.
3. Suelta la tensión en la espalda baja: Coloca tu pecho y el abdomen en la parte superior de la bola de ejercicio. Rueda lentamente hacia adelante. Tus dedos de los pies deben tocar el suelo, pero debes mantener las rodillas altas. Permite que tus brazos cuelguen libremente alrededor de la pelota y relaja los músculos de la espalda.Método
3: Recibe la ayuda de otra persona
1. Colócate sobre una superficie firme con los brazos a los lados. Mantén los codos doblados y las manos a cada lado de la cabeza. Tu cabeza debe estar hacia un lado.
2. Obtén un masaje rápido hacia abajo que te ayude a relajar.
3. Sus manos deben estar a ambos lados de la columna vertebral, los dedos apuntando hacia los lados del cuerpo.
4. A medida que empujan suavemente hacia abajo y hacia delante, exhala
5. El punto de partida debe ser en el medio de la espalda y poco a poco ir moviendo hacia arriba. La persona que te masajea deben encontrar un lugar que seguramente producirá unos buenos crujidos.Método
4: Estiramientos profundos para liberar la tensión
1. Giro espinal: Siéntate en una estera, mantén la columna recta y las piernas en el suelo. Dobla la rodilla derecha y toma el pie en el exterior de la rodilla izquierda. Mantén la pierna izquierda extendida en el suelo. Toma el codo izquierdo y llévalo a la parte exterior de la rodilla derecha y pon el brazo derecho detrás de ti. Mantén esta posición durante un par de respiraciones y libera lentamente. Repite el mismo proceso con el otro lado.
2. Estiramiento de todo el cuerpo en la cama: Acuéstate en tu cama. Permite que los hombros, la cabeza del cuello y los brazos cuelgen en el borde de la cama. Relájate y deja que poco a poco la espalda superior y los brazos se hundan hacia el suelo. Mantente así, y luego desliza los omóplatos cada vez más lejos del borde de la cama. Cuando sientas que tu columna vertebral está comodamente estirada, en un pliegue hacia adelante, lleva las manos hacia tus pies.
3. Tramo de oscilación: Este estiramiento ayuda a aflojar los músculos de la columna vertebral. Acuéstate sobre una colchoneta y lleva ambas rodillas hacia el pecho, abrazándolas con tus manos. Siente cada pieza de la columna vertebral en la estera mientras que realizas movimientos oscilantes hacia atrás y adelante.
4. La grieta baja: Coloca tu columna sobre el suelo duro. Mantén los brazos estirados y las rodillas dobladas, los pies planos sobre el suelo. La región lumbar debe estar contra el suelo. Entrelaza tus dedos en la parte posterior de la cabeza y empuja la cabeza hacia adelante hasta que tu barbilla llegue al pecho. Presiona firmemente tu pecho. Ten en cuenta que esta postura no debe doler, si lo hace, aplica menos presión.
Fuente: www.todo-mail.com / Sección Salud y Bienestar