5 alimentos que podrían provocarte ansiedad e insomnio
Si bien existen tratamientos farmacológicos y terapéuticos, es importante comprender cómo los orígenes fisiológicos pueden afectar el estado de ánimo –como por ejemplo, la dieta–.
Algunos de los trastornos psiquiátricos y emocionales tienen orígenes fisiológicos, desde la producción excesiva –o insuficiente– de ciertos neurotransmisores, alteraciones en el sistema endócrino hasta una dieta pobre en nutrientes. Algunos de estas afectaciones mentales pueden estar relacionados con los trastornos de la ansiedad – ataques de pánico, bipolaridad– e insomnio.
Si bien existen tratamientos farmacológicos y terapéuticos, es importante comprender cómo los orígenes fisiológicos pueden afectar el estado de ánimo. Principalmente cuando se relaciona con la dieta, impactando en el sistema digestivo y nervioso. A continuación te compartimos cinco alimentos que podrían provocarte ansiedad e insomnio:
– Cafeína. De acuerdo con un estudio publicado en la National Library of Medicine sobre los ataques de pánico, el café incrementa los niveles de cortisol –neurotransmisor del estrés–, lo cual produce insomnio y algunos trastornos de la ansiedad; así como dolores de cabeza, fatiga y problemas de concentración.
Papas, jitomates, pimientas, etcétera. Las plantas llamadas glycoalkaloides, son naturalmente depredadores de insectos y lombrices. Poseen un químico bloqueador llamado acetilcolinerasa, resultando en la sobreestimulación del sistema nervioso en individuos sensitivos; tales como: fécula de patata, chiles, pimientos, pasta de tomate, el pimentón, la pimienta roja y pimienta.
– Alcohol. Pese a que puede ser un elemento relajante al principio, el alcohol puede provocar serios problemas de sueño; principalmente provocando una sensación de poco descanso y esto, en casos extremos, puede resultar en ataques de pánico.
– Comidas fermentadas o curadas. Tales como salami, queso brie, sauerkraut, vino rojo, etcétera. Durante la fermentación, la bacteria puede reducir los los niveles de proteínas a pequeñas moléculas llamadas “aminos biogenes” que se acumulan conforme la comida envejece. Junto con los aminos, se encuentra la histamina que puede perjudicar el sistema digestivo, endócrino, cardiovascular y nervioso, provocando ansiedad e insomnio.
– Azúcar, harina y otros carbohidratos refinados – como junk food, chatarra, dulces, papas fritas, etcétera–. Algunos azúcares y carbohidratos refinados pueden producir efectos negativos en nuestro cuerpo; principalmente en una cadena hormonal que afecta en nuestro estado de ánimo, concentración de energía, apetito e inclusive en la regulación de cortisol. Esto puede producir síntomas de ataques de pánico, como sudor, palpitaciones y vértigo.
Fuente: www.ecoosfera.com