7 comidas que parecen saludables pero que no lo son tanto
¿Qué tan saludable son esos alimentos que nos venden con la etiqueta light o diet? No mucho, de hecho basta con revisar el rotulado y notar que su diferencia es bien mínima comparada con otros alimentos que no son catalogados como bajos en calorías.
Chequear en la información nutricional las proteínas, azúcares, grasas y carbohidratos pueden sin duda servirnos para elegir qué comer y no dejarnos llevar por una publicidad en que una atlética persona nos invita a coger cierto producto en el supermercado.
Fuente : http://www.biobiochile.cl/
El tema no es nuevo, ha sido incluso reportaje en la TV nacional, pero aún así pareciera que se olvida.
Chequear en la información nutricional las proteínas, azúcares, grasas y carbohidratos pueden sin duda servirnos para elegir qué comer y no dejarnos llevar por una publicidad en que una atlética persona nos invita a coger cierto producto en el supermercado.
Kris Gunnars, del sitio especializado en alimentación y vida saludable Authority Nutrition, aconseja siempre preferir la comida que nosotros prepararemos, que la que viene lista para servir. A su vez, detalla cuáles alimentos son justamente con los que se debe tener cuidado.
Aliño de ensalada: Nadie dice que las ensaladas son malas, pero ¿qué pasa con esos aditivos que le agregamos para darle mayor sabor? Pues tienden a ser peor que una hamburguesa. Nos referimos a las salsa césar, salsa de queso o salsa rosa, aliños que pueden llegar a tener hasta 200 calorías.
Lo mejor es preferir un aceite de oliva, vinagre balsámico o el clásico limón.
Jugo de frutas: Este tema es ya sabido. Los jugos de fruta parecen muy saludables, pero no lo son, sobre todo los envasados que pierden casi todo su aporte en fibra, manteniéndose sólo su azúcar.
Los néctar no se salvan, pues son igual de peligrosos.
Margarina: Conocido es que entre la margarina y la mantequilla, es mejor utilizar la margarina ya que tiene menos sal y grasa, pero aun así no es tan saludable como su hermana.
Si bien han disminuido con los años sus grasas trans, existen margarinas de aceites vegetales refinados, que cuentan con ácidos poliinsaturados omega-6, apuntados como responsables de enfermedades cardíacas, tipos de cáncer y osteoporosis, según estudios.
De todas formas si aún tienes dudas, te recomendamos este artículo sobre cómo elegir entre la mantequilla o la margarina.
El pan de trigo: Es precisamente el último elemento, el trigo, el que está siendo cuestionado por los especialistas. Ocurre que su modificación genética desde la década del 60, ha equiparado su índice glucémico con los panes normales.
Lo anterior puede incidir en diabetes, cardiopatías y afectaciones a los intolerantes al gluten.
Cereales: Es uno de los mayores mitos de la industria alimentaria. Se dice que es lo mejor, pero basta echar una mirada a su información nutricional y composición para descartarla de plano.
Granos refinados, azúcares y colorantes son algunos de los elementos dañinos, incluso los cuales se encuentran en cereales integrales. Un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania recomendó preferir los con granos enteros ya que son ricos en magnesio, un mineral fundamental en la regulación del metabolismo de las grasas.
Aceite vegetal: Un estudio del British Medical Journal afirmó que la sustitución en la dieta de grasas saturadas por ácido linoleico poliinsaturado -parte elemental de los aceites vegetales- aumentan las probabilidades de muerte por problemas cardíacos, ya que no consiguen los niveles de colesterol requeridos.
Authority Nutrition recomienda preferir los aceites de oliva y coco, que sí aumentan en colesterol, y evitar de paso los procesados.
Comida baja en grasas: Claro, es el enganche de muchas comidas que dicen ser saludables, pero nuevamente se insiste en revisar el etiquetado y notar que hay altas cantidades de azúcar y carbohidratos. Un artículo del diario español El Confidencial pone de manifiesto que el problema en la búsqueda de la dieta perfecta es apuntar a las grasas, cuando en realidad todo indica que el culpable de la obesidad son los carbohidratos.