8 Cosas que las personas extraordinarias le dan a los demás
No hay mejor ejercicio para tu corazón, que agacharte y levantar a los demás.
Fuente: www.escuelapararicos.net
Hoy, mientras estaba sentada en el borde de un acantilado en un parque local, mirando a la distancia y pensando en mi día, me di vuelta y vi a una joven que estaba a punto de llorar, caminando lentamente hacia donde yo estaba sentada. Me levanté, me acerqué a ella y le pregunté: “¿Qué te pasa?” Me dijo que estaba muerta de miedo por las alturas, pero que estaba preocupada por mí y quería superar su miedo porque me veía muy sola sentada sola, y quería asegurarse de que estuviera bien y en buen estado de ánimo.
Su nombre es Kate, y su valentía y bondad me dejaron alucinada.
Pasé el resto del día pensando en la extraordinaria persona que Kate es y en sobre lo que significa ser extraordinario. Por encima de todo, creo, las personas extraordinarias dan generosamente de muchas maneras. Específicamente, les dan a otros…
1. Confianza, apoyo sincero.
Lo más parecido a ser cuidado es cuidar de los demás. Estamos todos juntos en esto y debemos tratarnos los unos a otros como tal. Los mismos demonios que nos atormentan a cada uno de nosotros, atormentan a todos demás en el mundo entero. Son nuestros desafíos y problemas los que nos conectan en el nivel más profundo.
Si piensas en las personas que tuvieron mayor impacto positivo en tu vida (los que realmente marcaron la diferencia) es probable que te des cuenta que no son aquellos que trataron de darte todas las respuestas o resolver todos tus problemas. Son los que se sentaron en silencio contigo cuando necesitabas un momento para pensar, los que te prestaron un hombro cuando necesitabas llorar, y que toleraban que no tuvieras todas las respuestas, pero se quedaban a tu lado de todos modos. Sé esta persona para los que te rodean cada vez que puedas.
2. Completa atención y enfoque.
Hay grandeza y belleza en hacer tiempo (especialmente cuando es inconveniente) por el bien de alguien cercano.
No tienes que decirle a la gente que les importas, simplemente demuéstraselos. En tus relaciones e interacciones con los demás, nada que puedas dar es más apreciado que tu sincera atención. Estar con alguien, escuchando sin mirar el reloj y sin prever resultados, es el mayor cumplido. De hecho, es el gesto más valioso que puedes hacerle a otro ser humano.
Cuando nos prestamos atención los unos a los otros, respiramos un nuevo aire de vida. Prestando atención y afecto frecuentemente, nuestras relaciones prosperan, y nosotros, como individuos crecemos más sabios y más fuertes. Nos ayudamos a sanar nuestras heridas y apoyamos nuestro crecimiento. Así que da a alguien el regalo de TI; tu tiempo, atención y amabilidad. Ese es el mejor de los regalos, no se romperá ni se perderá, y siempre será recordado. (Marc y yo hablamos de esto con más detalle en el capítulo “Relaciones” de 1,000 Little Things Happy, Successful People Do Differently.)
3. La libertad de ser ellos mismos.
El privilegio más grande de la vida es llegar a ser quien realmente eres. Tienes que atreverte a ser tú mismo, cien por ciento tú, sin importar lo ansioso o extraño que puedas llegar a ser. Las personas que te apoyen al hacerlo, son extraordinarias. Aprecia estas personas y su bondad, y devuélveles el favor cuando puedas hacerlo.
Nunca intimides a alguien en silencio. Nunca victimices a otros por ser diferentes. Acepta la mentalidad cerrada de otra persona. Que la gente se defina. Tienes la posibilidad de mostrarle a la gente lo maravillosos que son, tal y como son. Así que usa esta habilidad sin dudarlo, y no olvides mostrarte la misma cortesía.
4. Su voluntad de tener la mente abierta y equivocada.
La mentalidad es como un paracaídas; no funciona cuando está cerrada.
Está bien estar en desacuerdo con las ideas u opiniones expresadas por los demás. Pero eso no te da derecho a rechazar inmediatamente cualquier cosa que digan. Tampoco te da derecho a acusar a alguien de mal expresar sus creencias sólo porque no te gusta lo que están pensando y diciendo. Aprende a reconocer la belleza de las diferentes ideas y puntos de vista, incluso si eso significa apartar tu orgullo y abrir tu mente más allá de lo que es cómodo.
Las relaciones sanas y las interacciones humanas no son una lucha de poder. Tienes que estar dispuesto a estar equivocado, mientras simultáneamente exploras tu verdad. (Lee The Four Agreements.)
5. Una voz de inspiración y positividad.
Si te quedas pegado al comportamiento negativo de otros, te rebajarás a ti y a todas las personas a tu alrededor a ese mismo nivel. Mantén una actitud positiva cuando la negatividad te rodee. Sonríe cuando otros frunzan el ceño. Es una manera fácil de hacer la diferencia. Cada vez que se pronuncian palabras, se crea algo. Sé consciente de lo que dices y cómo lo dices. Usa palabras que eleven, aprecien, alienten e inspiren.
Es tu trabajo inspirar y motivar a los demás, alimentar los sentidos del otro con ideas y esfuerzos que te muevan. La inspiración y la positividad, multiplican la inspiración y la positividad infinitamente. Imagina que hubiera pasado si las personas que se inspiraron en crear la bombilla, el teléfono y la computadora personal, no lo hubieran compartido con el mundo.
6. Reconocimiento y alabanza.
Un alma extraordinaria y valiente reconoce la fuerza de los demás. Da una alabanza genuina siempre que puedas. Hacer eso es un poderoso acto de servicio. Comienza con notar qué te gusta de los demás y dilo. Apreciar lo increíble que las personas que te rodean son, es muy gratificante. Es una inversión en ellos que no te cuesta nada, y la rentabilidad puede ser asombrosa. No sólo se sentirán motivados, sino también que lo que das, vuelve, y tarde o temprano la gente que estás animando, comenzará a animarte a ti también.
También, asegúrate de seguir esta regla: “Da los cumplidos en público, penaliza en privado.” Nunca ridiculices públicamente a alguien cuando tengas la opción de no hacerlo. Si no entiendes a alguien, hazle preguntas. Si no estás de acuerdo con ellos, díselos. Pero no los juzgues a sus espaldas con los demás.
7. La compasión y el espacio para salvar su dignidad.
Lo que los demás dicen y hacen, a menudo está basado enteramente en su propia auto-reflexión. Cuando alguien que está enojado y molesto te habla a ti, y tú sin embargo te mantienes atento y continuas tratándolo con amabilidad y respeto, te colocas en una posición de gran poder. Te conviertes en un medio para que la situación se difunda con gracia y sane.
Un maestro Zen me dijo una vez: “Cuando alguien se empuja a sí mismo hacia una esquina, mira hacia el otro lado hasta que consigue salir por sí mismo; Y entonces actúa como si nunca hubiera sucedido.” Permitir que la gente salve su dignidad de esta manera, y no recordarles lo que ya saben, no es el comportamiento más inteligente, es un acto de gran bondad. Esto es posible cuando nos damos cuenta de que la gente se comporta de cierta manera porque están en un lugar de gran sufrimiento. Las personas reaccionan según sus propios pensamientos y sentimientos, y su comportamiento a menudo no tiene nada que ver directamente contigo. (Lee Buddha’s Brain.)
8. Gentileza y consideración.
Sé amable y compasivo con los que te rodean. La madre naturaleza abre millones de flores todos los días sin forzar los brotes. Que esto te sirva de recordatorio para no ser duro con los que te rodean, sino darles simplemente suficiente luz y amor, y una oportunidad para crecer de forma natural.
En última instancia, lo lejos que vayas en la vida depende de tu voluntad de serle útil a los jóvenes, respetuoso con los mayores, tierno con el dolor, de apoyo ente la lucha, y tolerante con aquellos que son más débiles o más fuertes que la mayoría. Porque llevamos muchos sombreros a lo largo de nuestras vidas, y en algún momento de tu vida serás todas estas personas.
Reflexiones
La diferencia entre la gente ordinaria y la gente extraordinaria es la palabra “extra.” Como Anne Frank dijo una vez, “Nadie nunca se hizo pobre por dar.” Siempre que puedas, salte de tu camino y haz algo bonito e inesperado por los que te rodean, especialmente a aquellos que nunca puedan ser capaces de pagarte. Sé el “extra” del extraordinario.