Desde hace algunos años, se han puesto de moda las caminatas en el bosque como un remedio al estrés de la vida moderna. Por supuesto, los también llamados “baños de bosque” no son algo nuevo y son parte del saber popular de casi todas las culturas.
Algunos estudios ya habían mostrado que salir a caminar al aire libre nos revitaliza tanto como tomar una taza de café (y sin el bajón subsecuente). Y la sabiduría milenaria de grandes artistas y filósofos nos dice que caminar es el mejor estimulante para el pensamiento (muchas de las grandes ideas de la humanidad surgieron en una caminata). En otro estudio se encontró que las caminatas grupales en la naturaleza son especialmente benéficas.
Más recientemente, en un estudio llevado a cabo en Inglaterra con más de 20 mil personas, se descubrió que existe una correlación entre la salud y pasar tiempo en la naturaleza. En esta investigación se confirmó que pasar 2 horas a la semana en el bosque o en el parque puede predecir indicadores de salud física y mental, incluida la satisfacción con la vida.
Por supuesto, falta resolver la cuestión de siempre, de si las personas que son sanas y felices por eso mismo salen a la naturaleza o si el hecho mismo de salir a la naturaleza es lo que las hace sanas y felices. Lo más probable es que sean las dos cosas, y queda también el consejo de fake it ’till you make it (copiar hábitos sanos hasta ser sano).
Los médicos británicos creen que pronto se podría recomendar pasar tiempo al aire libre junto con hacer ejercicio, comer frutas y verduras y hacer actividades nuevas, dentro de una “canasta básica de salud”.