El lenguaje del cuerpo
Reflejo de la actitud frente a la vida, las posturas física y psíquica son inseparables. La manera de caminar, la forma de pararse, los movimientos y la expresión corporal pueden decir mucho de una persona. Sin duda, recuperar la agilidad y la armonía en el andar va mucho más allá de exigirle a nuestra espalda que, obediente, se enderece. El secreto, dicen los que saben, está en modificar la actitud cuerpo-mente.
Fuente: www.buenasalud.com
– “¡Sentate derecho!”, le dice la madre al hijo. El niño intenta y, cuando se distrae con las figuritas, vuelve a su postura habitual. ¿Por qué será que al niño le gusta estar torcido? ¿Quiere desobedecer a su madre o bien su cuerpo le desobedece a él?
La postura es una expresión universal que se tiene frente al mundo; es decir, la expresión del Ser, la respuesta ante un estímulo continuo permanente de la gravedad. El aparato locomotor está compuesto por músculos, tendones, articulaciones, huesos y nervios, los materiales. La cultura, es el medio. Las emociones, finalmente, esculpen la postura bípeda.
La bipedestación es una gran conquista para el hombre, le permitió tener las manos libres para hacer y así desarrollar su inteligencia. Pero esta conquista tiene su precio, con ella comienzan los problemas posturales.
Existe una postura ideal inalcanzable en la que hay una conservación de las curvas fisiológicas (cervical, dorsal y lumbar), una correcta alineación de la cabeza con la pelvis, y una armonía entre los miembros superiores e inferiores. Sin embargo, nadie tiene la postura ideal. La posibilidad es acercarse a ella con trabajo corporal.
Todo aquello que se aleje del ideal es una alteración que puede ser leve, moderada o grave, independientemente de los síntomas que conlleve. Malas posturas leves, como la típica del oficinista que es la rectificación de la columna cervical -es decir, el cuello pierde su curvatura natural-, puede traer trastornos muy molestos como dolor de cabeza, mareos, cansancio.
Músculos como rocas
Cada vez, los movimientos humanos son mas cortos, reducidos y repetitivos. La silla se convirtió en la mejor amiga. Casi todas las actividades se realizan en posición sentada. Si se observa al hombre primitivo, se verá que desarrollaba distintas actividades para procurarse el vivir, tenía un repertorio de movimientos amplios y múltiples.
Los factores hereditarios, los malos hábitos en la vida diaria, el calzado inadecuado, alteraciones visuales y/o auditivas, llevar continuamente pesos excesivos, determinados puestos de trabajo, posiciones inadecuadas de pie y sentado, el stress, las tensiones emocionales, son otras causas de mala postura.
El esquema corporal está asegurado por los músculos posturales o estáticos que representan las dos terceras partes de la musculatura total. Son principalmente los músculos posteriores, de la espalda y piernas. Cuando estos músculos se enferman no se debilitan, por el contrario, se ponen rígidos, hipertónicos, y se retraen (se acortan), provocando malas posturas.
Los músculos actúan en cadena, no aisladamente, por eso una reeducación postural debe involucrar tanto la cadena anterior como la posterior del cuerpo. Los músculos estáticos puros a los cuales hay que estirar, y también los dinámicos puros (abdomen y cuádriceps), todos, deben fortalecerse.
Ágiles de adentro hacia fuera
Debido a que las malas posturas, en su mayoría, salvo que existan problemas óseos u otras anormalidades físicas, se deben a un acortamiento muscular, las kinesiólogas no recomiendan el uso de pesas, estar mucho tiempo sentados ni en la misma posición.
En cambio, son aconsejables los deportes como la natación, el atletismo, el vóley donde se involucran todas las partes del cuerpo. Los deportes asimétricos como el golf, el tenis, no serían recomendables para niños en edad de desarrollo.
Las posturas rígidas, de tensión constante, de ensimismamiento, favorecen los procesos de osteoporosis, los problemas cardiovasculares, el envejecimiento precoz.. En cambio si la actitud es de apertura, la circulación, la respiración, las funciones del organismo son mejores. Por este motivo, las profesionales recomiendan actividades de elongación, respiración y de apertura de los músculos, articulaciones y tendones.
Las emociones juegan un papel fundamental. En una situación angustiante y tensa, la postura corporal será cerrada, encorvada. En cambio, una situación alegre, distendida, placentera, abrirá el pecho. El estado de ánimo se expresamos continuamente a través del cuerpo. Incluso, él contradice muchas veces lo que se dice verbalmente. Nunca miente dicen los especialistas.
Otro factor importante son las posturas que se sostienen a través del tiempo por el puesto de trabajo. Todo esto contribuye a que las partes blandas se retraigan y entonces se ubican en una situación cómoda que no concuerda con la función original, perdiendo elasticidad.
Técnicas de reeducación funcional
El primer paso en la reeducación es darse cuenta. Sin ese registro no hay cambios. Luego, hay que trabajar sobre el equilibrio de la musculatura, relajar y elongar las zonas tensas y fortalecer las débiles, y tener en cuenta todas las estructuras desde los pies a la cabeza; es decir, una mirada global. Pues para evitar dolor, el cuerpo hará cualquier trampa, se encorvará o compensará desde otro lugar.
Las distintas técnicas disponibles para realizar reeducación postural son:
Terapias manuales: maniobras que realiza el kinesiólogo pasivamente, tratando de normalizar la articulación /es involucrada. (masajes, maniobras osteopáticas).
Reeducación postural manual: su creadora es Francoise Mezieres. Se trata de posturas de estiramiento muscular activo dirigidas a elongar en conjunto y al mismo tiempo los músculos antigravitatorios, rotadores e inspiradores, con el objetivo de ascender desde el síntoma hasta la causa, recuperar la buena forma morfológica y en consecuencia restituir la función.
Gimnasia consciente: es un sistema de ejercicios que se procesan por el sistema consciente tratando de dar cuenta sobre el movimiento para poder vivenciarlo y evitar que se realice de manera mecánica. Sólo así se logra modificar el mal hábito.
Eutonia: su creadora es Gerda Alexander. El término significa buen tono muscular. En nuestros movimientos cotidianos malgastamos una cantidad de energía considerable utilizando una serie de músculos inútiles, esto deriva en una fatiga física y psíquica. Los objetivos de este método son: tomar consciencia de la forma de actuar, percibir las tensiones de las acciones, aprender sistemáticamente la libertad y economía del movimiento. Uno de los recursos son las posiciones de control que permiten evaluar el grado de movilidad articular que depende de las partes blandas.
Técnica de Klapp: son ejercicios basados en la cuadripedia. Inspirado en los animales cuadrúpedos que no poseen alteraciones de columna .
Técnicas de elongación: buscan el estiramiento muscular, respetando en principio las posibilidades de cada persona. Sin forzar para no obtener un efecto rebote.
Técnicas de Matias Alexander: su método propone eliminar las tensiones que parasitan la respuesta antigravitatoria. Analiza las diversas contracturas que se dan en tres instancias básicas: el pasaje de posición sentado a la posición de pie; el inicio de la marcha y el ascenso de escaleras.
Técnica Feldenkrais: prepara el cuerpo para lo que su creador denominó “integración funcional”, que sirve para ampliar y afinar el control general que tenemos sobre nuestros músculos. La fuerza y la fatiga no aportan nada a la calidad del movimiento.
Ejercicios para hacer en casa
Existen ejercicios fáciles de hacer que ayudan a mantener la vitalidad y flexibilidad cuerpo-mente:
La pausa de un minuto: estiramiento de hombros.
Con los brazos rectos y colocados a la espalda, tómese una muñeca con la otra mano y estire ambos brazos lentamente hacia atrás, separándolos de la columna al máximo posible mientras le resulte cómodo.
Aguante así unos segundos. Relájese.
Cambie de mano y repita. No arquee el cuello.
La pausa de un minuto, flexiones en posición de pie
Póngase de pie delante del marco de una puerta, tomando distancia con el brazo.
Con las manos sobre el marco de la puerta, a la altura de los hombros, inclínese hacia delante, con el mentón hacia adentro, hasta que sienta que el pecho se estira lo suficiente.
Mantenga la posición mientras cuenta lentamente hasta cinco.
Vuelva a la posición inicial.
Repita dos veces.
Repita el ejercicio levantando y bajando los brazos.
Postura erguida
De pie junto a una pared, con los pies a pocos centímetros de ella.
Flexione las rodillas.
Coloque la parte baja de la espalda contra la pared hasta que sienta que la toca.
Manteniendo el nivel del mentón eche la cabeza hacia atrás lo máximo posible. Permanezca en esta posición mientras cuenta hasta cinco. Relájese.
Repita cinco veces.
Levantamiento
Coloque un peso de uno o dos kilos encima de la cabeza. Una bolsa de harina o de azúcar le servirán.
Siéntese o quédese de pie, erguido, con el cuello bien alineado y el mentón hacia dentro.
Intente estirar el cuello tirando la cabeza hacia arriba, contra el peso, en dirección al cielorraso. Mantenga los hombros hacia abajo.
Repita cinco veces.
Estiramiento protector de la espalda y los músculos posteriores del muslo.
Sentado en el piso, flexione una pierna y estire completamente la otra.
Inclínese e intente tocar los dedos de la pierna extendida.
Mantenga la posición mientras cuenta lentamente hasta veinte. Relájese.
Repita otra vez.
Cambie de pierna y reitere el procedimiento. Recuerde: tensar la rodilla de la pierna extendida le permitirá estirarse un poco más.
Estiramiento de la cadera
Tiéndase de espaldas, con la región lumbar apretada contra el piso.
Mantenga una pierna extendida y lleve la otra hasta el pecho, flexionándola a la altura de la rodilla y sujetándola por debajo de ésta.
Permanezca en esta posición mientras cuenta lentamente hasta cinco. Afloje.
Repita una vez más.
Reitere el ejercicio cambiando de pierna