Comer apurado y entre los quehaceres propios de la jornada laboral, sin percatarnos de lo que comemos, afecta a la concentración, memoria y a nuestro estado nutricional.
Prácticamente se ha vuelto una tradición que los trabajadores chilenos desayunen en sus trabajos. Algunos se toman unos minutos antes de comenzar la jornada laboral y otros lo hacen mientras chequean correos en su computador. Pero este hecho que a simple vista parece inofensivo, guarda algunos riesgos para la salud, advierte Gabriela Sarrat, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.
Tomar desayuno en el trabajo implica tener un ayuno mayor a doce horas, lo que no es saludable dice la nutricionista. Esto porque si se suma el tiempo requerido para levantarse, trasladarse al lugar y buscar algo para desayunar, el período de ayuno se alarga considerablemente. “Además, el momento del desayuno deja de considerarse un horario formal de comida, se toma apurado y entre los quehaceres propios del trabajo. Pasa casi sin percatarnos de lo que comemos”, asegura la experta.
La nutricionista dice que esta costumbre se debe a que los chilenos tenemos el hábito de hacer todo apurado, de levantarnos al filo del tiempo. “Las distancias del trabajo al hogar son normalmente bastante largas entonces la mayoría de las personas prefiere dormir un rato más y ‘sacrificar’ el horario del desayuno”, comenta. Sin embargo, advierte, no solo le restamos tiempo a la jornada laboral, también se perjudica la nutrición, al reemplazar el horario del desayuno por múltiples snacks.
Más calorías, menos salud
Según explica la académica de la UNAB, el mayor riesgo de no tener un horario formal de desayuno, es comer más de lo debido, durante la mañana laboral. En efecto, las personas comen alimentos con mayor contenido calórico porque se recurre en gran número de productos preparados, pastelería y sándwiches que vienen listos y que son de fácil acceso en el mercado.
“Con frecuencia estos contienen mayor contenido de alimentos grasos que aquellas clásicas tostadas con palta y acompañadas con leche descremada. Esto podría generar un aumento de peso si ocurre a diario”, dice Gabriela Sarrat. No tomar desayuno, en tanto, incide en la falta de concentración y de la memoria. Por eso la nutricionista aconseja dedicar tiempo todas las mañanas para tomar un desayuno saludable, como una comidas más del día, que incluya lácteos descremados, frutas, cereales y pan.
Fuente: Diario La Segunda