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Oct 23, 2012
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Silo y los vientos del gran cambio

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Silo y los vientos del gran cambio

¿Un pensador? ¿Un conductor de grandes conjuntos humanos? ¿Un estudioso y un explorador del verdadero sentido de la existencia? ¿Un hombre sincero que denunció desde el comienzo de su enseñanza los antivalores de esta sociedad y la deshumanización del momento histórico que vivimos? Silo fue todo eso y mucho más. Lo que mejor se ajusta a su vida e influencia: el guía espiritual de estos tiempos.
 
 

 
Silo en Punta de Vacas, año 2008.
Si usted viaja a Mendoza por tierra, a una media hora del complejo aduanero argentino y pasando una curva de la carretera conocida como “la curva del tiempo”, en un lugar llamado Punta de Vacas se encontrará con una semiesfera de cuatro entradas (la sala que sirve para meditación y ceremonias), un cilindro de acero inoxidable de 30 metros de altura señalando al cielo, y diversas construcciones de empinados techos azules para hacer frente a la nieve y el viento cordilleranos. Este complejo sirve para actividades conjuntas, el estudio y recibir visitantes.
Silo en Punta de Vacas, 1969 “… Hay un tipo de sufrimiento que no puede retroceder frente al avance de la ciencia ni frente al avance de la justicia. Ese tipo de sufrimiento, que es estrictamente de tu mente, retrocede ante la fe, frente a la alegría de vivir, frente al amor. Debes saber que este sufrimiento está siempre basado en la violencia que hay en tu propia conciencia. Sufres porque temes perder lo que tienes, o por la que ya has perdido, o por lo que desesperas alcanzar. Sufres por lo que no tienes, o porque sientes temor en general… He ahí los grandes enemigos del ser humano: el temor a la enfermedad, el temor a la pobreza, el temor a la muerte, el temor a la soledad. Todos estos son sufrimientos propios de tu mente; todos ellos delatan la violencia interna, la violencia que hay en tu mente. Fíjate que esa violencia siempre deriva del deseo. Cuanto más violento es un ser humano, más groseros son sus deseos.”
En ese mismo lugar, hace 41 años, Silo comenzó su enseñanza pública en medio del desierto de la montaña. El 4 de mayo del año 1969, más de un centenar de personas se congregó a oír la que se conoce como la Arenga de la Curación del Sufrimiento:
“Si has venido a escuchar a un hombre de quien se supone que transmite la sabiduría, has equivocado el camino, porque la real sabiduría no se transmite por medio de libros ni de arengas; la real sabiduría está en el fondo de tu conciencia, como el amor verdadero está en el fondo de tu corazón…”. Así comenzó Silo su alocución.
Por esos mismos días, y en una construcción precaria construida de piedras y barro, llamada “La ermita” por los lugareños, Silo escribió “La Mirada Interna”, libro que circuló al comienzo en fotocopias y fue publicado en 1972. En su primer capítulo señala:
“Aquí se da cuenta cómo al sinsentido de la vida se lo convierte en sentido y plenitud.
Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu.
Aquí se reniega de los sacrificios, del sentimiento de culpa y de las amenazas de ultratumba.
Aquí no se opone lo terreno a lo eterno.
Aquí se habla de la revelación interior a la que llega todo aquel que cuidadosamente medita en humilde búsqueda.”
Sin embargo, las cosas no se habían dado con facilidad ni se darían en los años siguientes. De hecho, la elección de la cordillera como lugar de comienzo del mensaje se hizo porque las autoridades no otorgaron los permisos para efectuarlo en la ciudad, y el jefe policial dijo despectivamente: “Si quieren, vayan a hablarle a las piedras…” En ese tiempo, Silo y sus seguidores fueron desalojados en San Pedro de Jujuy, Yala, Córdoba. La represión desmedida sólo se puede explicar por los nacientes regímenes dictatoriales que se impusieron en Latinoamérica y por los planteamientos de la no violencia, contrarios a los valores establecidos.
 
 
El sabio de Los Andes
Silo -a quien el cineasta canadiense Daniel Zuckerbrot le dio el título de “Sabio de los Andes” en una entrevista que le hizo en 2007- no se interesaba en la política contingente y, sin embargo, su obra dio nacimiento a numerosos partidos políticos en todo el mundo. No fue un científico, en la acepción común de la palabra, pero fue galardonado con el título de Doctor Honoris Causa por la Academia de Ciencias de Rusia en el año 2003. No fue propiamente un filósofo ni un psicólogo en el sentido tradicional y, sin embargo, sus escritos hacen novedosos planteos y profundas revisiones a lo sostenido por Ortega y Gasset, Husserl, Nietzsche, Sartre, Hegel, Koler, Heisenberg, Jung, Freud. Sin ser budista, es declarado Maestro por la sangha budista de Sri Lanka.
En la base de las enseñanzas de Silo están presentes las ideas de la no violencia y la no discriminación. Ubica al ser humano como valor central; afirma la igualdad de todas las personas; reconoce la diversidad personal y cultural; auspicia el desarrollo del conocimiento por encima de prejuicios aceptados como verdades inmutables; afirma la libertad de ideas y creencias, y repudia toda forma de violencia, no sólo manifestada en la violencia física, sino también denuncia la violencia económica, la violencia racial, la violencia sexual, la violencia moral y psicológica. “Al mismo tiempo, estas propuestas terminan configurando un estilo de vida y un modo de relación del más alto valor moral, que puede expresarse en esta frase: “¡Trata a los demás como quieres que te traten!” (Silo, Punta de Vacas 4 de mayo de 1999, acto recordatorio del trigésimo aniversario).
 
Silo en 1969.
El año 2008 un grupo de seguidores organiza la Marcha Mundial por la paz y la no violencia, que termina siendo recibida por Silo en el Parque Punta de Vacas en un acto multitudinario. La marcha pasa por cerca de 100 países desarrollando actividades que suman a miles de personas.
Obras publicadas de Silo 
 Humanizar la Tierra
Experiencias guiadas
Contribuciones al pensamiento
Mitos, raíces universales
El día del león Alado
Cartas a mis amigos
Habla Silo
Apuntes de psicología
Diccionario del nuevo humanismo
Obras completas I y II
Una visión completa de su obra se puede ver en www.silo.net
Por todo el mundo se suman adherentes a sus planteos de esperanza, de posibilidad de cambio, de certeza en que el ser humano puede definitivamente devenir en un verdadero ser humano, dejando atrás la prehistoria de sufrimiento, de nihilismo, de violencia. “…pero a pesar de todo… a pesar de ese desgraciado encierro, algo leve como sonido lejano, algo leve como brisa amanecida, algo que comienza suavemente, se abre paso en el interior del ser humano…”
“En algunos momentos de la historia se levanta un clamor, un desgarrador pedido de los individuos y los pueblos. Entonces, desde lo profundo llega una señal. Ojala esa señal sea traducida con bondad en los tiempos que corren, sea traducida para superar el dolor y el sufrimiento. Porque detrás de esa señal están soplando los vientos del gran cambio” (Parque de Estudio y Reflexión La Reja, Buenos Aires, 7 de mayo de 2005).
 
Por Juan Chambeaux Saavedra
Fotografías de Rafael Edwards, Pressenza
 
 
Silo nació en 1938 y falleció el 16 de septiembre recién pasado (2010) en Chacras de Coria, lugar cercano a Mendoza, donde vivió toda su vida. Actualmente, su enseñanza se desarrolla a través de reuniones semanales en torno al texto: “El Mensaje de Silo” que consta de El Libro (la Mirada Interna), La Experiencia planteada a través de ocho ceremonias, y El Camino, un conjunto de reflexiones y sugerencias. Físicamente, en una treintena de países de los cinco continentes se organizan actividades en parques de estudio y reflexión. 
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Filosofía
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