Los siete aprendizajes
Tenemos un sistema educacional que no se hace cargo de todos los aprendizajes que necesitamos para nuestro vivir en el mundo. Para ilustrar esto, a continuación siete campos que dan cuenta de los principales aprendizajes que nos son necesarios.
Fuente: http://www.revistasomos.cl/
Eduardo Yentzen P.
El primer aprendizaje es para ganarnos la vida. Este es el aspecto más práctico del aprendizaje y requiere conocer el campo de posibilidades existentes para ganarnos la vida, la estructura de ofertas de trabajo, los perfiles de las personas que ocupan los distintos campos, los modos en que se obtienen esos trabajos, el desarrollo de habilidades específicas para ello, etc.
Dentro de esto se requiere desarrollar un sentido práctico que vincule mi realidad y mis capacidades con el campo de posibilidades a mi alcance. Se juega mucho actualmente con la idea de la movilidad social, de que ‘todo es posible’, lo que no es real. No es que no sea posible desafiar los límites de lo que parece ser mi campo de posibilidades, pero si lo hago, necesito un aprendizaje para no apuntar a lo imposible, y para no frustrarme, autodesvalorizarme y deprimirme si no lo consigo.
Luego, necesitamos aprender a cuidar nuestra salud. Sobre esto no recibimos casi ningún aprendizaje, salvo el que nos dan revistas especializadas, libros y algunas personas. Los médicos, más que enseñarnos a cuidar la salud, buscan sanarnos cuando la perdemos. El campo de este aprendizaje es gigantesco.
Necesitamos también un aprendizaje para vivir bien en pareja y en familia. En esto somos muy claramente dejados ‘a la buena de Dios’, y ni siquiera sabemos que requerimos un aprendizaje para ello. La buena convivencia no se nos da de manera natural e intuitiva, y nuestro aprendizaje en base a imitar o negar modelos se llena de todas las malas prácticas de convivencia que nos rodean. Los aprendizajes para vivir bien en pareja y en familia los poseen en general las disciplinas terapéuticas, las que no han sido incorporadas aún a los espacios educacionales.
En cuarto lugar, necesitamos un aprendizaje para vivir en sociedad. En este campo necesitamos conocer el modo en que la sociedad se organiza y se regula; cuáles son los mecanismos de poder, los márgenes y mecanismos de cambio, las posibilidades de desafiar esas formas de vivir, lo que ha pasado en esa sociedad a lo largo del tiempo, los distintos modos de vivir en sociedad que han existido, con sus fortalezas y debilidades; las razones por las que nuestra sociedad optó por el modo de vivir que tiene; la rigidez o flexibilidad que tiene mi sociedad de tolerar modos distintos de vivir dentro del modo mayoritario u oficial, entre otros.
Realizarse es real-izarse, es decir, izarse como una persona real, desarrollarnos como una semilla que realiza todo su potencial de lo que le fue dado para ser.
Necesito luego un aprendizaje para comprender el mundo. Este es el campo en que se centra la educación formal, pero aunque enseña conocimientos, no enseña a comprender. Aprendemos ciencias, lenguas, historia, religión, pero en general a esas disciplinas no las guía un principio de motivación por comprender el mundo que nos cobija y sostiene. Y es esta búsqueda de comprensión lo que le da sentido al aprendizaje del mundo.
El modo en que se educa en estas disciplinas en general no motiva el aprendizaje, porque no somos nutridos en el deseo profundo por comprender el mundo y nuestro lugar en él, comprender el modo en que este mundo funciona en su integridad y en sus aspectos constitutivos, y cuáles son sus leyes para cuidarlo y conservarlo.
Un sexto aprendizaje necesario es el requerido para nuestra realización personal. Este campo está hoy fuera de los procesos educacionales, y no existe un aprendizaje de lo que significa o puede ser la realización personal.
Fuera del sistema educacional, se interesan por este tema la religión, la filosofía, la psicología y las tradiciones espirituales, pero tienen enfoques distintos, su presentación es compleja. Este es un campo muy profundo. Sólo por dar una imagen, realizarse es real-izarse, es decir, izarse como una persona real, desarrollarnos como una semilla que realiza todo su potencial de lo que le fue dado para ser.
Los siete aprendizajes
Finalmente, necesitamos un séptimo aprendizaje, orientado a nuestra vinculación con lo superior. Hay una fuerte convicción en la época moderna de que no existe lo superior. Esto ha provenido fundamentalmente de la mirada de la ciencia al mundo. Pero en el último tiempo, la propia ciencia se ha ido encontrando con la necesaria existencia de lo superior.
Quienes tienen mirada sobre lo superior son en general la filosofía, la religión, las tradiciones espirituales, y en parte la psicología que, aunque disciplina surgida desde las ciencias, se conecta a estos tres saberes que acabo de mencionar.
La ausencia de un sentido de lo superior ha producido la pérdida de sentido de autoridad legítima de los padres sobre los hijos y de los profesores sobre sus estudiantes, lo que está a la base de las dificultades en el sistema de educación formal y de socialización de los jóvenes con un sentido de aporte constructivo a la convivencia