La parentalidad positiva se basa en conocer, proteger y dialogar
El cambio que implica la parentalidad positiva significa que pasamos desde el énfasis en la autoridad de los padres hacia el énfasis en autorizar la voz de los niños, entendiendo que ellos tienen su propia voz.
Dialogar implica resolver los problemas de un modo positivo, constructivo, respetuoso y creativo.
Fuente: http://www.educarchile.cl/
Cuando nos adentramos en el compromiso por ejercer una parentalidad positiva nos damos cuenta que es un modo de criar que exige mucha paciencia y esfuerzo. A pesar de que todos hemos sido niños, algo nos pasa que nos cuesta recordar cómo es que era ser niño, qué queríamos, qué nos gustaba que nos hicieran nuestros padres, cómo nos gustaba que nos trataran cuando éramos niños. Pero no sólo por eso, sino también porque no a todos nos trataron de este modo, no todos fuimos cuidados positivamente ni recibimos una guía apropiada, como dicta el principio número uno de parentalidad positiva. Por lo tanto, estamos aquí para detenernos en estos 10 principios que nos ayudarán a cuidar y guiar más y mejor a nuestros hijos y, a su vez, a nosotros mismos. Este segundo principio se basa en tres premisas: conocer, proteger y dialogar. Conocer a los niños significa que entendemos que son distintos a nosotros los adultos, que si bien avanzan en su desarrollo en esa dirección, hay un largo trayecto antes de llegar a ser como nosotros. Por tanto tienen sus propios pensamientos, sentimientos y deseos. Actúan al modo de los niños, se portan como niños y reaccionan como niños, de acuerdo a la etapa de desarrollo en la que están. El cambio radical de la parentalidad positiva se ubica aquí en tanto pasamos desde el énfasis en la autoridad de los padres hacia el énfasis en autorizar la voz de los niños, porque partimos de la base de que ellos tienen su propia voz. Como conocemos y escuchamos a nuestros pequeños, podemos responder brindándoles la seguridad, protección y estabilidad que se merecen para crecer y desplegar sus potencialidades. De eso se trata proteger a los niños. Y dialogar significa que ante los problemas, que sabemos que habrán, optamos por resolverlos de un modo positivo, constructivo, respetuoso y creativo. ¿Cómo? Con la palabra, dialogando, poniendo palabras sinceras que traduzcan y nos permitan entender lo que el problema tiene que contar y cuál es el aprendizaje que nos invita a realizar como familia. Detengámonos primero en conocer. Material donado por Revista Carrusel www.revistacarrusel.cl
