Técnicas que abren las líneas de comunicación y facilitan el diálogo
A pesar de los increíbles avances en el campo de las comunicaciones, desde la telefonía celular hasta los medios como Skype que nos permiten vernos y conversar cara a cara con personas en casi cualquier parte del planeta, muchas personas tienen dificultad para entablar –y sostener– una conversación en persona.
Por suerte, el problema tiene fácil solución. Basta con aprender ciertas técnicas que abren las líneas de comunicación y facilitan el diálogo. Aquí tienes las “herramientas” necesarias para brillar en el arte de la buena conversación.
Fuente : http://vidasana.about.com/
1. Para resultar interesante, muestra interés. Hay personas que dicen que no saben qué decir para abrir la conversación, sobre todo cuando se trata de entablar el diálogo con una persona que acaban de conocer. “No tengo nada interesante que compartir” o “No se me ocurre qué decir” son sus excusas más comunes. La realidad es que el arte de encantar a otro ser humano consiste en el arte de dejarse encantar por él o ella. Dicho de la manera más simple: muestra interés en esa persona; dedícate a saber más de ella. ¿Cuáles son sus intereses? ¿Qué opina de tal noticia de primera plana? ¿De dónde es y qué le gusta del lugar donde ahora reside? Cualquier tópico puede generar una conversación si te interesas en saber qué opina la otra persona. Para asegurarte de que la conversación fluya, no hagas preguntas que puedan responderse con un “sí” o con un “no”, como “¿Te gusta tu trabajo?” En cambio las preguntas abiertas como “¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?” hacen que la persona se extienda en el tema.
2. Mantente informado. La persona que lee el diario, que se mantiene informada de las noticias, que va al cine o lee libros interesantes, siempre tiene un tema de qué hablar. O, al menos, un tópico de interés para comenzar el diálogo.
3. No monopolices la conversación. De la misma manera que algunas personas no saben qué decir, hay otras que no saben cuando deben callar y escuchar. Para que una conversación sea agradable y productiva para ambas personas, ninguna debe dominar el diálogo, con el peligro de convertirlo en un monólogo. Después que se inicia el diálogo, toma nota de cuánto hablas y deja un espacio para que la otra persona exprese su opinión de lo que acabas de decir o para que contribuya con su propio tema. Y si en el intercambio estás ofreciendo una crítica, trata siempre de dar una crítica constructiva.
4. Corrige los malos hábitos. Si hablas muy rápido, corres el peligro de atormentar a la otra persona y de causarle ansiedad. Si lo haces muy alto, puedes abrumarla. Por otra parte, hablar muy bajo, obligado a que la otra persona se esfuerce en escucharte, resulta trabajoso. Hablar de una manera muy lenta, o deteniéndote a cada momento para buscar la palabra perfecta, hace que la otra persona pierda interés o se impaciente. ¿Cómo puedes descubrir en qué áreas debes trabajar? Coloca una grabadora de las que se activan con el sonido de la voz cerca de la habitación donde más sueles conversar, y olvídate de ella. Y es que si tienes la grabadora delante, te esforzarás en hablar de una manera poco natural y diferente a como siempre lo haces. Cuando te escuches, conocerás cuál es tu verdadera “voz” y podrás corregir esos malos hábitos.
5. Mantente enfocado en esa persona. Sin acaparar a la persona, y asegurándote de incluir a los demás que se acerquen a ustedes, dale la atención y el respeto que él o ella merece. Es de mala educación mirar sobre su hombro para ver si alguien más interesante entra en la habitación, lo mismo que dedicarte a jugar con el teléfono celular o a enviar mensajes de texto.
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