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Nov 25, 2016
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Aprender a ser feliz

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Somos buscadores incansables… Cada cual busca ser feliz por todos los medios, detrás de cada cosa que hace, de cada persona con la que entabla una relación. Buscamos tener, ganar, pretendemos el éxito y el poder, pensando que, una vez que logremos nuestros objetivos, obtendremos la ansiada felicidad. Sin embargo, tras conseguir nuestros logros, la felicidad no llega tal y como la habíamos imaginado.

No se puede ser feliz si no conocemos quiénes somos. A menos que conozcamos la verdad de nuestro ser, no podremos experimentar la gran bendición que es la vida, no podremos inundarnos del gozo de ser, simplemente por ser.

La felicidad no está allí dónde la buscas. La felicidad está en ti, en quien eres, en el amor que sientes y, a menos que sientas con intensidad esa fuerza interior que conforma tu ser, no podrás conectar con tu poder, y no me refiero al poder sobre los demás, ni a una posición de poder, sino a ese poder con el que naciste y que fuiste perdiendo con el paso de los años.

Pretendo que otro me posibilite ser feliz

Buscamos que los otros nos proporcionen la felicidad y nos confundimos. Equivocamos el camino y comenzamos a buscar nuestro poder fuera: en la pareja, en los padres, en los sabios, en los gurús, en los fármacos, en la religión… Resultado: una búsqueda infructuosa para ser feliz porque, en realidad, nuestra felicidad y nuestro poder siempre han estado dentro de nosotros mismos, en nuestro interior. Nuestro poder interior brilla y se expande en función de nuestras vivencias y comportamientos, es el motor de nuestra felicidad.

El poder interior procede del tipo de persona que somos, de lo que hacemos cada día con nuestra vida. La persona que siente su fortaleza tiene una autoestima saludable, se conoce bien, se acepta como es y acepta tanto sus capacidades como sus limitaciones, sus debilidades, sus miedos, sus errores. No necesita satisfacer ideas de perfección, es capaz de ser fiel a sí misma, sin pretender ser lo que no es para impresionar, no necesita dominar a los demás para sentirse poderosa, se siente libre y persigue sus propias metas.

Nuestra fortaleza es esa energía que nos permite permanecer equilibrados y persistir ante las diversas circunstancias que podamos vivir a lo largo de nuestras vidas, nos otorga la capacidad de decidir y nos permite mantenernos en pie sin perder nuestro equilibrio mental y emocional. Es el motor que nos permite alcanzar nuestros objetivos, de tal modo que nos posibilita ver los obstáculos como aprendizajes para crecer a través de ellos e impedir que se transformen en una traba en el logro de nuestros propósitos.

Una persona conectada con su fortaleza interior es aquella que sabe adecuarse a los cambios, aceptarlos como un modo de crecer y evolucionar, que se deja fluir sin resistirse a su realidad, que es flexible como el bambú que se dobla pero no se rompe.

Algunas claves para ser feliz

# 1.- Acepta quien eres y tus circunstancias

Somos seres completos, nacimos con todo lo que se necesita para ser feliz, disponemos de las capacidades para vencer cualquier obstáculo que nos ponga por delante la vida, solo falta que creamos en nosotros mismos, que conectemos con nuestra fortaleza, que pongamos en marcha nuestros recursos y nos dejemos fluir.

Aceptarnos significa que dejemos de juzgarnos, de criticarnos, de infravalorarnos o de etiquetarnos. Significa que aprobemos nuestras cualidades físicas, intelectuales y emocionales, con lo que nos gusta más y con lo que nos gusta menos. Significa que asumamos nuestras experiencias, lo que no supone que se correspondan con nuestros deseos.

Hay situaciones que no buscamos y, sin embargo, llegan. ¿Quién puede querer la pérdida de un ser querido o padecer un cáncer? Ante situaciones así, solo hay dos posibilidades de respuesta: rechazar o aceptar. Si elegimos rechazar la vivencia, entraremos en un bucle de angustia y ansiedad, nos enfadaremos con el mundo: “¿Por qué me ha tocado a mí?” Si uno elige aceptar la situación tal cual nos la impone la vida, esa persona puede aprender a través de lo que está viviendo y descubre lo que realmente le hace ser feliz y lo que es bueno para ella. Aceptando, abrimos nuestra consciencia a la experiencia, fluyendo, acogiendo cada momento como un regalo que es fuente de energía y nos restituye nuestro poder.

# 2.- Ámate a ti mismo

Amarnos a nosotros mismos es creer en nosotros, en nuestras posibilidades y permitirnos crecer.

Abandonarnos, no creer en nosotros ni en nuestras capacidades, es darle la espalda a quienes somos realmente. Si alimentamos creencias limitadoras de nuestras potencialidades, si nos colocamos en la posición de víctimas de los demás y de las circunstancias, entonces no nos permitimos ser felices.

Cuanto más nos negamos a nosotros mismos y más negamos nuestras capacidades, más contaminamos nuestra mente con falsas creencias sobre nosotros mismos y tendremos más dificultades para reencontrarnos con quienes realmente somos. El riesgo, entonces, es seguir patrones aprendidos, vivir como nos dijeron que teníamos que vivir y actuar imitando modelos que impiden que salga a la luz nuestro verdadero ser.

Amarnos significa atrevernos a ser quienes somos, abrazar nuestra realidad, asumir el aquí y el ahora de nuestra vida, acogerla y vivirla con intensidad.

La única vía para ser feliz es conectar con nuestra esencia. En la medida que logramos vivir más de acuerdo con nosotros mismos, nos hacemos más fuertes y crece nuestro poder interior.

# 3.- Respétate a ti mismo

Respetarnos significa tener una actitud positiva hacia nuestro derecho a ser felices. Es reafirmar nuestra valía personal, así como nuestros pensamientos, deseos y necesidades. Es sentirnos merecedores de todo lo bueno que ocurre en nuestra vida.

Cuando nos respetamos, recuperamos nuestro lugar en el mundo y legitimamos nuestro derecho innato a la alegría y la felicidad.

La falta de respeto a uno mismo se manifiesta por comportamientos auto-disruptivos y por la traición que hacemos a nuestras necesidades. La consecuencia es devastadora: nos quedamos estancados, nuestra autoestima resentida, el concepto que tenemos de nosotros devaluado. La falta de respeto a uno mismo es terreno abonado para la depresión y la ansiedad, además de otras disfunciones emocionales.

# 4.- Pon límites adecuados

Poner límites adecuados también tiene que ver con el respeto por nosotros mismos y por nuestras necesidades. Sin embargo, con frecuencia, tenemos miedo a ponernos “firmes” para evitar que los demás nos rechacen o se enfaden con nosotros, y aguantamos y seguimos aguantando…

No deja de ser una triste forma de boicotear nuestra capacidad para ser felices y despreciar la satisfacción de nuestras necesidades.

¿Te ha ocurrido alguna vez que has explotado? Seguramente sí, cuando ya no podías más y la tensión te rompía la espalda. ¿Qué sucedió cuando estallaste? Probablemente ocurrió lo que temías: se enfadaron contigo. De ese modo confirmaste este pensamiento: “Ves, ya sabía yo que no podía expresar lo que necesito”. Errónea conclusión. Se enfadaron porque, al aguantar tanto, no te expresaste. ¡Explotaste! Y una explosión arrastra. No esperes a estar saturado para poner límites, di no a las demandas que no te resulten aceptables, di no a lo que no quieras y dilo en su momento. Siente el derecho a satisfacer tus necesidades y mantén tu derecho a ser feliz con una actitud positiva hacia ti mismo. Si tienes miedo a decir lo que sientes, recuerda: cuando tienes miedo a perder, nunca puede ganar.

Nos apropiamos de nuestro poder interior en la medida que nos respetamos. A partir de ese respeto, los demás también nos respetarán.

 

# 5.- Asume tu responsabilidad

Es importante que vivamos conscientes de nuestras elecciones, y que sepamos que todo lo que hagamos tiene una consecuencia, ya sea positiva o negativa.

Cada uno es el único responsable de su felicidad. Cuando hay un conflicto en nuestra vida, seguro que estamos participando en su inicio o en su mantenimiento, así que no podemos culpar a otros y responsabilizarlos de nuestra propia infelicidad.

La responsabilidad es parte del respeto por nosotros mismos, así que, por mucho daño que nos hayan podido hacer, solo nosotros tenemos la llave para restaurar los agravios o decidir mantenerlos presentes en nuestra vida.

De nada sirve mendigar a otros que nos hagan felices. Nadie se hará cargo de nuestra vida. Ni aunque lo intente, conseguirá que mejoremos nuestra autoestima. Recuerda, si no, las ocasiones en las que te han dicho un piropo (¡guapa, inteligente…!) y lo has recibido con incredulidad, incluso has pensado que se reían de ti.

Solo tú eres el responsable del diálogo que mantienes contigo mismo, lo que te dices, cómo te tratas, cómo actúas y del resultado que obtienes para tu vida con tus pensamientos y tus actos.

 

# 6.- Vive de acuerdo con tus valores

Cuando elegimos libres de influencias externas, nuestros pensamientos y acciones están en armonía con nuestros valores y, entonces, crece nuestra confianza, sentimos nuestra fortaleza y nos apropiamos de nuestro poder interior. Ser feliz consiste en que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones estén alineados en la misma dirección y el mismo sentido.

Por el contrario, cuando alcanzamos nuestros objetivos y aún así no nos sentimos felices ni orgullosos de nosotros mismos, quizá sea porque no actuamos desde nuestros propios valores, sino que seguimos las directrices que nos marcaron.

Fíate de ti, de tu instinto, y no tengas miedo de seguir los dictados de tu corazón.

Conectamos con nuestra fortaleza interior cuando nos comprometemos con nuestro propio valor y actuamos de forma congruente. Cuando nuestras acciones contradicen nuestros compromisos o convicciones, perdemos el respeto por nosotros mismos y nos impedimos conectar con nuestro sentimiento de dignidad.

Tú vales tanto como cualquier persona por el hecho de serlo, eres digno de vivir desplegando todo tu potencial y eres digno de ser feliz, así que respira, siente tu poder y arriésgate a vivir siendo quien eres. Confía, el poder, la sabiduría y la fortaleza están dentro de ti.

# 7.- Pon en marcha tu creatividad

Nuestro poder interior nos permite conectar con nuestra creatividad para observar las circunstancias de nuestra vida desde diferentes ángulos y poder evaluar la mejor respuesta. Permanecer optimistas nos ayuda a sentirnos confiados de que tenemos los recursos suficientes para responder a cualquier situación. Si decidimos creer en nosotros, superar nuestras propias limitaciones y avanzar, sean cuales sean las circunstancias que atravesemos, seguro que saldremos fortalecidos de cualquier experiencia.

 

La fortaleza se fundamenta en la combinación de la dosis adecuada de confianza y seguridad en nosotros mismos. Es esa fuerza la que nos permite seguir adelante aún en medio de un contexto de incertidumbres, nos ayuda a que jamás nos demos por vencidos, nos estimula a transformarnos en un guerrero, perseverando en nuestros propósitos, desarrollando inclusive nuevas capacidades para adaptarnos a nuevos contextos en la medida que sea necesario.

Aprende a mirarte con confianza en ti mismo, aprende a manifestarlo en cada una de las acciones que realizas, ello contribuirá a engrandecer tu fortaleza interior y a que te sientas feliz.

Fuente: www.cuidatusaludemocional.com

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