El balance de los cinco elementos de la naturaleza: madera, fuego, tierra, metal y agua en nuestros espacios propicia la armonía, la creatividad, la buena salud física, mental y espiritual, la expansión, la fluidez, la concreción de proyectos, la alegría y la convivencia familiar y/o laboral en amor infinito. Descubre lo que cada uno de estos elementos tiene para ofrecerte, los colores y formas asociadas a cada uno de ellos, los aspectos positivos que favorecen en tu vida cuando estan en balance y los negativos cuando se encuentran en exceso en los ambientes.
La madera son los árboles, las plantas y las flores. Se alimentan y nutren del agua para vivir y para crecer. Se asocia a la primavera. Las formas rectangulares en posición vertical, columnas, plantas verticales y obeliscos simbolizan este elemento. La cualidad de la madera es la creatividad por lo que se asocia a los talleres artísticos o lugares de trabajos creativos, a lo juvenil, la inspiración, expansión y entusiasmo.
En los hogares donde predomina el elemento madera abunda la vegetación, flores y plantas, obras de arte que representen paisajes, jardines, frutos y flores. Se trata de ambientes cálidos y apacibles en los que puede resguardarse de la frescura del entorno.
En su aspecto negativo la madera retrasa la conclusión de asuntos, la maduración de proyectos por lo que se aconseja siempre tenerlo en balance junto a los otros elementos de la naturaleza en tus espacios.
El fuego favorece la actividad, el dinamismo, la excitación, la expansión y la extroversión. Un exceso de este elemento puede fomentar la agresividad. Este elemento se asocia al calor, al sol, al mediodía y al verano. En su aspecto negativo el fuego es el gran destructor de la vida orgánica, reduciéndola a cenizas.
Un ambiente en el que impere el elemento fuego puede tener colores muy vivos como el rojo, fucsia, anaranjado, iluminación impactante, y formas triangulares, piramidales. En los hogares se utiliza con moderación junto a otros elementos como la madera para dar calidez y vida, preferiblemente en tonos suaves como el melocotón, los tonos intensos los dejamos para pequeños detalles.
La tierra se asocia a la confianza, seguridad, a las formas cuadradas, estables y funcionales. Representa la energía de la tarde, el final del verano y el tiempo de cosecha. Las casas donde predomine este elemento suelen ser habitadas por personas que gustan de la tranquilidad y las bases sólidas. A las personas que parecen dispersión les va bien esta clase de ambientes, pues concretan proyectos y afirman su energía.
Un ambiente donde hubiese demasiados elementos tierra o mobiliario de color marrón oscuro o poca luz es donde puede llegar producirse estancamiento en su aspecto negativo. Los colores asociados a este elemento son el amarillo tostado (ocre) y el marrón. Los tonos terrosos oscuros han de mezclarse con tonalidades más claras como el amarillo, el ocre y el elemento fuego.
El metal representa la energía del atardecer y de las primeras horas de la noche, cuando empezamos a concentrarnos en nuestra casa y en la familia. Se asocia a la actividad mental, la concentración, el refinamiento, las formas esféricas, circulares y las piedras. Este elemento es habitual encontrarlo en las ciudades. Más bien está indicado para sitios comerciales y empresas, con frecuencia acostumbra a mezclarse con el elemento agua, que tiene que ver con la liquidez, el dinero y las inversiones.
El metal ayuda a crear sitios fuertes, asépticos y bien estructurados, pero su uso en exceso no es aconsejable para la decoración de viviendas pues podría generar lugares un tanto fríos y rígidos. Para contrarrestar un exceso de metal conviene acompañarlo con tonos cálidos como ocres, anaranjados y tierras.
El agua representa el estado de flotación y reposo del invierno, de la noche. Este tiempo pacífico un enorme potencial regenerador ya que procura el reposo físico y mental, y representa el espíritu de la meditación y la autoreflexión. Se asocia a la placidez, a la fluidez, a las formas y lugares irregulares y asimétricos, a los colores azul y negro.
Los ambientes donde predomina este elemento son habitados por personas que prefieren un modo de vida “diferente”, con una cierta tendencia a la bohemia por lo que el exceso de agua puede dar lugar a relaciones poco estables y producir angustia, introversión y depresión, por lo que se recomienda tenerlo en balance con los otros elementos en especial el elemento metal para aumentar la prosperidad y la madera para propiciar el crecimiento y la expansión.