Sanos para un buen sexo
La calidad de vida es fundamental para una buena vida sexual
La sexualidad en la pareja no hay que entenderla como algo separado de la realidad. Por tanto, la inclusión de ella en la rutina de las parejas y entender que existen factores que pueden incidir en la disminución de la libido, es algo totalmente reversible si ambos están dispuestos a mejorar su calidad de vida. Algunos dirán, ¿pero qué tiene que ver la obesidad, la mala alimentación o el consumo de fármacos en la falta de deseo sexual? Y claro, estas preguntas podrían ser totalmente válidas si se entiende la sexualidad como algo separado de la cotidianeidad, una experiencia reservada sólo para algunos días o simplemente una acción que hay que cumplir de vez en cuando.
Fuente: www.puntovital.cl
Lamentablemente, llevar una mala calidad de vida está muy ligada a tener también una sexualidad no satisfactoria y ése es precisamente el problema que hoy tienen algunas parejas no sólo en Chile, sino también en el resto del mundo, donde incluso hay estudios que certifican que son muchos los que prefieren dormir a sostener una relación íntima con su compañero (a) durante la noche.
Así lo comenta el psicólogo de Clínica Santa María (CSM), Raúl Carvajal, quien menciona que efectivamente la calidad de vida “es fundamental para una buena vida sexual”, ya que tener rutinas que comprendan la inclusión de actividad física, alimentación sana, buena salud y estabilidad emocional, “nos permite estar más en contacto con nosotros mismos y con nuestra pareja, lo que significa mejor comunicación y mejor manera de enfrentar los problemas”, define.
Por su parte, el psicólogo y psicoterapeuta Antonio Godoy pone énfasis en la idea de que aquí no se puede hablar de “factores externos o internos” cuando se habla de aquellas cosas que afectan en la disminución de la libido, sino más bien hay que entender de “cómo nosotros insertos en este mundo tenemos que estar de alguna forma en él” y por lo tanto nos van a afectar de alguna u otra manera todas las condiciones antes dichas.
Es así como el especialista menciona que “debemos funcionar de una cierta forma socialmente en distintos dominios de existencia, el laboral, el familiar, el de pareja, etcétera. Estamos enfrentados a múltiples demandas”, agrega.
Para el psicólogo de CSM, la disminución de la libido puede estar asociada a muchos factores, pero indica que “encontramos en el estrés y la dificultad para enfrentar los problemas cotidianos, los principales responsables”.
Más allá del estrés laboral
Para Antonio Godoy, el siglo XXI ha venido cargado de “demandas con las cuales debemos hacer ciertas transacciones para poder sobrevivir” y asegura que hoy esas demandas “son muchísimo mayores y están distribuidas en distintos ámbitos”.
Lo anterior tiene que ver con que desde hace un tiempo se viene diciendo que el estrés laboral sería un gran culpable en la disminución del deseo sexual. Largas horas de trabajo, múltiples exigencias y la necesidad de producir hasta más no poder, contribuirían de mala manera en el cansancio y de frente a las pocas ganas de sostener un encuentro íntimo.
Para Godoy, “la sexualidad es un momento tremendamente intenso en toda pareja, ya que no sólo hay una entrega física sino que también emocional” y al respecto menciona que “el ser pareja con otra persona hoy es un punto más de estrés y por lo tanto ya no sólo el laboral estará comprometido en este tema”, indica.
De esta manera, sentencia que tanto hombres como mujeres, “están metidos en una vorágine de demandas” en donde no sólo se comprometen las actividades asociadas a cada uno de los géneros, sino que ahora todo se reduce a un complemento entre lo llamado masculino y lo femenino (paternidad, proveedor económico, etcétera) donde “además tienen que funcionar como pareja”, remata.
En cuanto a otros factores de los que muchos no se dan cuenta, pero que aún así están presentes y a veces en medio de una relación sexual, incidiendo en forma directa sobre la libido, están el consumo de ciertos fármacos, enfermedades como la obesidad, la mala nutrición y trastornos como la depresión.
Con respecto a este tema, Raúl Carvajal menciona que efectivamente todos estos agentes de alguna u otra manera afectan en el deseo y hablando específicamente del consumo de medicamentos, el psicólogo dice que es totalmente cierto que “existen fármacos que inhiben el deseo sexual y que incluso pueden producir algún tipo de disfunción como efecto secundario”.
Es por esta razón que manifiesta que es de suma importancia “informar de cualquier dificultad al médico tratante para analizar si hay formas de revertir el efecto indeseado o reemplazar el fármaco”, dice.
Para Raúl Carvajal la disminución de la libido “se presenta más allá de una edad determinada” y mientras aún se asocia como un problema de la tercera edad, es en los más jóvenes donde hoy también se presenta. El problema es a juicio del especialista una dificultad que queda “en el silencio de la habitación”.
En cuanto a otros factores como el sobrepeso y la mala nutrición, el psicólogo de CSM comenta que en el caso de la primera, hay dos temas que pueden llegar a afectar una relación íntima, estos son “los cambios químicos que pueden conllevar un cuadro de obesidad y en segundo lugar la baja autoestima e inseguridad que este cuadro tiene asociadas”.
Con respecto al segundo factor – el de llevar una mala alimentación – el terapeuta asegura que una nutrición deficiente “tendría un efecto en la disminución de la libido, ya que algunos alimentos producirían alteraciones hormonales y fatiga, lo que incidiría en la baja de deseo”.
En relación a la depresión, Antonio Godoy dice que en este estado la emoción básica es la pena y con ella, todo el resto de cosas puede perfectamente quedar en segundo plano. “En la pena, la sexualidad está bastante excluida, porque se supone que éste es un acto más bien amoroso, donde tenemos que estar conectados con el otro. Aquí la libido baja rotundamente”, sentencia.
Hombres de 30 en alerta
Para el psicoterapeuta, el tema de la disminución de la libido es tan común como otros problemas como el de la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. Al respecto, cuenta que en su trabajo junto a la Doctora en Psicología – Alejandra Godoy – con quien está trabajando específicamente la falta de deseo en los hombres de 30 años, se ha podido dar cuenta de que actualmente está naciendo una nueva patología sexual, el llamado “deseo sexual hipoactivo”.
En palabras del terapeuta, éste es “un fenómeno creciente en todas partes” y que definitivamente llama la atención por afectar a hombres jóvenes que cumplen con ciertos requisitos que llenan aún de más dudas acerca de la procedencia de este trastorno.
“Son hombres que aman a sus mujeres, tienen buena comunicación con ellas y que a pesar de que trabajan bastante no se sienten tan agotados, pero aún así no tienen ganas. Todo esto ¡claro que se nos ha transformado en un misterio!”, reconoce.
Buscando respuestas o al menos planteando hipótesis al respecto, Antonio Godoy dice que esto va más allá del estrés laboral y que en el caso de los hombres, afecta de sobremanera, al ser ellos considerados seres que viven la sexualidad de una forma “disociada” – como seres sexuales y luego emocionales – cosa que con el tiempo ha comenzado a cambiar.
Según sus palabras, esto tendría que ver con el cambio en los roles de género en cuanto a la relación de pareja, en donde “la mujer se ha masculinizado y el hombre femeneizado. El machismo como se entendía hace un tiempo atrás, está en absoluta retirada”, menciona.
Entonces, sentencia que con esta nueva camada de varones más sensibles, “más dóciles” si se quiere, se plantea la interrogante acerca de ¿qué es ser hombre en estos días? Es allí cuando estos “nuevos machos” quedan paralizados frente a sus mujeres, cuando ellas les ponen en frente algún problema.
Disminución de la libido: una solución
Lo primero que se debe tomar en cuenta es que si tal como en aquel estudio, se prefiere dormir antes que tener relaciones sexuales o se elige salir junto a los amigos antes que enfrentarse a la pareja, es porque hay un problema.
Para Raúl Carvajal, “hay que entender que la libido es una energía que se presenta de manera natural” y donde la pregunta no será cómo potenciar el deseo, sino ¿qué situación de mi vida está inhibiendo mi libido? De allí enfrentar el problema.
“Cuando descubro que hay tal o cual preocupación o factor de estrés y logro afrontar de buena manera el tema, mi libido retomará su curso. ¡Eso es lo que necesitamos!, no remedios mágicos que a la larga sólo generarán frustración y confusión”, sentencia.
Antonio Godoy en tanto dice que “cuando se ha descartado todo lo biológico y se tiene una hipótesis psicógena a la mano, uno puede trabajar con el tema. Lo que define una relación de pareja es la sexualidad, entonces quienes presentan falta de deseo, es porque finalmente ¿quieren ser hermanos o una pareja?”, sentencia.
Carla González C.