El camino hacia una sociedad inclusiva
Muchas veces cuando percibimos estar extraviados nos enfrentamos ante el dilema de cuál camino tomar. Como detenerse es muy costoso y seguir avanzando es urgente, nos genera una situación al menos de incertidumbre. No resulta correcto, en este sentido, olvidar la primaria pregunta a resolver: ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es el estado deseado a alcanzar?
Fuente: www.senadis.gob.cl
Nuestro país generoso en resaltar diferencias y distancias, entre unos y otros, logra alcanzar espacios colaborativos de miradas comunes, la respuesta que hemos acordado es: la plena inclusión social de todos y todas.
Los Derechos Humanos consagran el respeto a la dignidad de todas las personas y la obligación de velar por su férrea defensa, tarea que debe comprometer la convicción de la nación entera.
Chile se encuentra dentro del primer grupo de países que ratificaron la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo durante 2008, lo cual le da una categoría significativa a nivel internacional. Paso siguiente, la promulgación de la Ley N°20.422 que establece normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, la cual establece principios claros sobre autonomía, diseño universal y diálogo social.
No obstante, lo anterior, su expresión concreta en el ámbito de la cotidianeidad, se evidencia pendiente. Nuestro país está en deuda con las personas en situación de discapacidad.
En este camino hacia la construcción de un sociedad inclusiva, que abrace la idea que en nuestro país no sobra nadie, se vislumbra la próxima discusión de una Reforma Educacional, lo cual abre un camino de enormes oportunidades a objeto de relevar la importancia del respeto y la valoración de la diversidad en su enfoque de derechos, en su amplio sentido. Que considere las barreras tanto del acceso, del proceso de aprendizaje, y la participación educativa, considerando aspectos contextuales, físicos y situacionales, que permitan identificar todos los modos de apoyo necesarios para hacer efectiva la inclusión en el sistema educativo desde la etapa pre escolar hasta la superior.
Las barreras vinculadas a condiciones de financiamiento, segmentación y consecuente reproducción de desigualdades no contribuyen en lo más mínimo a la inclusión.
Los sistemas de selección excluyentes, marginan con brutalidad a niños, jóvenes y adultos en situación de discapacidad del sistema educativo. De esta manera, mientras existan pruebas estandarizas como en la actualidad ocurre con el SIMCE, no habrá integración efectiva ni menos inclusión.
Mauro Tamayo Rozas
Director Nacional (TyP)
SENADIS
