Pero entonces sufrió un traumatismo de cráneo que resultó en una pérdida de la memoria y el habla. No pudo practicar con su violín por meses; cuando pudo tocar de nuevo el instrumento, solo podía hacerlo por no más de 20 minutos por vez.-
De repente, Koh quiso saber todo sobre el cerebro. Leyó, persiguió a los amigos que trabajaban en medicina y esta semana en Duke, se sometió a una resonancia magnética funcional con la esperanza de que pudiera explicar cómo funciona el cerebro de los músicos.-
“Tengo curiosidad acerca de las relaciones entre las personas y la música”. dijo Koh, una profesional siempre de gira, que ha tocado el violín desde que tenía 3 años. “No importa la cultura o el país…la música es una parte fundamental de la humanidad”.-
La RMIf de esta semana, fue la consecuencia inesperada de una visita al campus en Enero pasado dentro de un programa de residencia para artistas esponsoreado por Duke Performances, durante el cual dio un recital en el Baldwin Auditorium y participó de algunas clases. Una de ellas fue”Música y Cerebro”, que exploró la intersección de la música y la neurociencia conjuntamente con los profesores Scott Lindroth del Dpto. de Música y Tobías Overath. Del Instituto de Ciencias del Cerebro de la Universidad de Duke.-
Koh es uno de los músicos más reputados de USA. Nacida en Chicago, hizo su debut a los 11 años con la Chicago Simphony Orchestra y ha participado en presentaciones con decenas de orquestas sinfónicas de todo el mundo. Recientemente fue nominada “Instrumentalista del año” por la Musical American Magazine, la revista más antigua del mundo de la música clásica.-
Sabiendo que Koh volvía al campus esta semana para interpretar el concierto para violín de Beethoven con la Duke Symphony Orchestra, Overath reservó un hueco en el UNC Brain Imaging and Analysis Center (BIAC)-que financió el exámen-y propuso realizar una investigación sobre el cerebro de la violinista.-
Extendida inmóvil en el resonador magnético y mientras medían su actividad cerebral, se le pidió a Koh que se visualizara tocando piezas clásicas para solos de violín de Paganini y Bach, que las escuchara o leyera las partituras. Overath, estudio cómo reaccionaba su cerebro en cada caso.
El resultado mostró un único patrón de activación cuando escuchaba, leía o se visualizaba ejecutando música. Sin embargo, había también algunos rasgos en común: las áreas responsables de la planificación de movimientos estaba activa en las tres actividades, aún cuando Koh nunca movió un dedo.-
“El cerebro de un músico es exquisitamente sensitivo a todos los aspectos de la música, ya sea si se la escucha, se la lee o te imaginas ejecutando un instrumento”-dijo Overath-.”Por lo tanto, intervienen muchas áreas cerebrales-es casi literalmente toda una experiencia física. Desde el punto de vista cognitivo pero también físico es extenuante”.
El mismo Overath es músico: ha tocado el violín desde los 16 años antes de pasarse a la viola, que tocó por años y que todavía ejecuta algunas veces. Ha estudiado musicología como estudiante universitario en Alemania antes de darse cuenta que estaba más interesado en la química cerebral de la forma en que los humanos percibimos la música que en el meollo técnico de la teoría y la composición musical. Así se convirtió en neurocientífico, con el background ideal para el estudio de Koh.
Para Overath, la ocasión de estudiar el funcionamiento cerebral de un músico del calibre de Koh fue una rara oportunidad, y sus estudiantes también se beneficiarán. El y Lindroth discutirán los resultados en clase. “Ocupa ciertamente un lugar en el contenido del curso”, dijo Lindroth, el compositor.“Vamos a tener una clase completa sobre las formas que el cerebro participa en las dimensiones físicas y auditivas de la interpretación musical. Es maravilloso que nuestros estudiantes puedan conectar personalmente con Jennifer en su visita este semestre”.-
Fuente: www.neurosciencenews.com
Traducción : Raquel Ferrari