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Nov 25, 2016
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CÓMO AFRONTAR EL EXCESO DE CONTROL

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CÓMO AFRONTAR EL EXCESO DE CONTROL

¿ De dónde nace la necesidad de tenerlo todo bajo control?.¿Por qué son tan habituales los hábitos y rutinas rígidos que regulan a veces de un modo absurdo nuestras vidas?.

Si nos remontamos a la 1ª infancia, podemos observar que los niños en su educación son premiados al comportarse de acuerdo a unas normas establecidas por los adultos, mientras que por el contrario se les castiga si incumplen dichas normas. Esto es así porque es necesario respetar unas consignas que regulen el autocontrol individual y al mismo tiempo faciliten una y un funcionamiento civilizado de la sociedad.

Para conseguir estos objetivos, la educación tanto en la familia como en la escuela, intenta conseguir unos niveles suficientes de autocontrol…

Sin embargo, observamos en la práctica clínica que un exceso de control lleva a la rigidez, a la obsesión, al estancamiento, impidiendo la innovación y la creatividad. En una palabra: FLUIR.

Ser creativos, innovadores, fluidos, implica saber soltar, adaptarse a lo nuevo, a lo imprevisto. Es cierto por otra parte que un nivel suficiente de autocontrol es necesario, pues no se trata de desbocarnos ante lo que deseamos, sino de combinar ambos principios. Los antiguos latinos decían que “la virtud está en el medio”. Este es el secreto.

Vamos a examinar lo que implica un exceso de control en nuestras vidas. En primer lugar, reduce la espontaneidad y la ilusión. Además reduce la capacidad de entrega, la confianza en uno mismo y en el entorno.

Al controlador no le gustan las sorpresas y los imprevistos. Quiere tenerlo todo atado y bien atado. Para ello repite y revisa sus tareas de forma obsesiva y compulsiva, con el fin de evitar cualquier imprevisto.

Detrás de la necesidad de control se esconde el miedo a descontrolarse o a que se descontrole el entorno. Cuando ocurre un exceso en una conducta es porque se teme todo lo contrario. Por ejemplo, si camino con demasiado cuidado, puedo caerme, debido a la rigidez de mis movimientos.

Para poder salir de esta necesidad compulsiva de tenerlo todo bajo control, es necesario entregarse y confiar: Aflojar las riendas. Si estamos continuamente en un estado de alerta, de vigilancia y de observación escrupulosa no es posible soltar, entregarse, relajarnos, desconectar.

¿Qué significa soltar el control?. Pues atrevernos a ponernos en contacto con lo que tememos. El miedo nos vuelve rígidos, tensos y agarrotados; mientras que la confianza nos relaja y nos permite fluir. Tenemos que enfrentarnos a lo que nos asusta, para así, quitarle poder o energía y dejarlo en su punto justo.

Si conseguimos aflojar en control de lo que sentimos como amenaza, empezaremos a funcionar de otro modo.

Soltar el control significa aprender a convivir con lo imprevisto, con el caos, con la inseguridad… Pero también lograremos ser más creativos, innovadores, abiertos, fluidos y por lo tanto más VIVOS.

CONSEJOS PARA AFLOJAR LAS RIENDAS.-

1.- Reconocer y aceptar nuestras emociones. No taparlas ni negarlas: Si nos escondemos, nunca nos conoceremos ni tendremos autoestima.

2.-Dejar de funcionar con el “todo” o “nada”. Se puede controlar un poco y se puede también soltar. No hay absolutos y sí muchas posiciones intermedias.

3.- No juzgar continuamente lo que es malo o bueno. Dejar de etiquetarlo todo.

4.-Ser espontáneos. Para ello hay que priorizar lo que sentimos por encima de lo que pensamos. Luego, improvisar, ser más creativos y menos repetitivos. Hay que arriesgar es vez de repetir siempre.

5.- Disminuir la rigidez de nuestras normas internas. Por ej. Ante una tarea, pensar si la queremos hacerla realmente o podemos optar por posponerla, cambiarla o anularla.

6.- Ser conscientes de que la disciplina es buena hasta cierto punto. Si se convierte en un yugo, hay que aflojar. No siempre hay que priorizar el deber antes que el placer. Hay que negociar con uno mismo y concedernos deseos de vez en cuando. En eso consiste la flexibilidad y la improvisación.

7.- Imponernos cambiar o romper rutinas. Ensayar conductas nuevas: desde visitar sitios nuevos, cocinar otros menús, cambiar de nuestro aspecto, prender nuevas cosas, en definitiva: introducir novedad en nuestras vidas.

Fuente:https://rincondeautoestima.wordpress.com/

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