“Pero, ¿qué hago ahora con mi vida?”, todos en algún momento nos hemos hecho una pregunta así. Es probable que ahora mismo esta frase te ha hecho recordar aquel despido de una empresa donde no hacía tanto te habían calificado de imprescindible, aquella ruptura sentimental donde ‘aparentemente’ todo era felicidad, aquel bache económico donde te viste tan agobiado para llegar a fin de mes, aquel familiar o amigo con el que compartiste tanto tiempo y que de repente dejó de estar en tu vida y te desmoronaste, aquel cambio forzoso de domicilio a otra ciudad nueva tan diferente de la tuya o quizás el momento en que te jubilaste y tenías todo el día por delante y ninguna obligación que cumplir… entonces te sentiste perdido, sin energía, ya que te tuviste que adaptar a unas condiciones distintas de las que tenías y todo te parecía muy complicado, inesperado y lleno de incertidumbres.
No te preocupes porque esta sensación es normal, ya que no estamos preparados para tener que volver a empezar. Eso nos sucede cuando nos sacan de “nuestra zona de comodidad o confort”.
Además, gran parte de las veces, esta nueva circunstancia incluye algún tipo de sufrimiento emocional. Es entonces cuando mantener una actitud vital positiva se convierte en algo fundamental. Es en esos momentos cuando una persona tiene que echar mano de su capacidad para sobreponerse a las adversidades. A eso se le llama resiliencia, es decir, la adaptabilidad emocional de la persona frente a las dificultades y su capacidad para salir fortalecido del conflicto o de circunstancias difíciles transformando una derrota en oportunidad. La buena noticia es que la resiliencia no viene ‘de serie’ sino que podemos desarrollarla con actitudes correctas.
Es cierto que volver a comenzar requiere un gran esfuerzo, pero se logra. Además tienes la oportunidad de empezar de nuevo, de reinventarte y, esta vez, puedes crearte la vida que realmente quieres vivir. Como decía Henry Ford: “El fracaso es una oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”. Así que no prejuzgues ni te pongas barreras, la vida sigue y pondrá en tu camino tantas oportunidades como estés dispuesto a aprovechar. Las claves para empezar esta nueva etapa de forma adecuada se pueden resumir en 6 puntos:
# 1.- Analiza la situación tratando de encontrar el lado bueno
“Toma las cosas por el lado bueno”. Thomas Jefferson
Seguro que te estás preguntando: “pero, ¿puede haber algo positivo?”. Aunque te parezca imposible, lo hay; así que debes quedarte con el lado bueno aunque cueste encontrarlo.
Por ejemplo, si se trata de una ruptura sentimental, no te martirices recordando todas las cosas que os llevaron a la separación, concéntrate en los buenos momentos y en las cosas que funcionaron y que te gustaría repetir con una nueva pareja. Piensa en esas idílicas vacaciones, en los maravillosos hijos que habéis tenido en común… y, por otro lado, piensa que, si en esta relación no encontraste lo que buscabas, al menos has aprendido lo que necesitas.
En el caso de un despido o de un cambio de trabajo, piensa todo lo que has aprendido y cómo ello ha revalorizado tu experiencia laboral o en la gente con la que te has cruzado y que te ha aportado tantos grandes momentos.
Si has perdido a una persona importante en tu vida, alégrate de haber podido conocerla y que ella te haya querido. Seguro que no serías cómo eres ahora si no fuese por su influencia.
# 2.- No busques culpables ni te victimices
“Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender”. Charles Dickens
“¿Por qué a mí? No me lo merezco”. Sentirse víctima puede convertirse en una fácil salida, utilizando el arte del sufrimiento para conseguir consuelo, atenciones y comprensión de los demás a la vez que, con esta autocompasión, nosotros mismos nos disculpamos de cualquier responsabilidad. Como bien dijo en su día John W. Gardner, secretario de Salud de EEUU, “la lástima por uno mismo es uno de los narcóticos no farmacéuticos más destructivos. Es adictiva y separa a la víctima de la realidad”. Cuando caemos en la pena, podemos adoptar una actitud que nos engancha al dolor y mucho más si lo alimentamos con pensamientos negativos.
Trata por tanto de ser honesto contigo mismo ya que es fundamental y hacerte cargo de tu parte de responsabilidad, seguro que no toda la culpa ha sido de tu ex pareja, antiguo jefe o de aquel compañero envidioso que se sentaba cerca.
“Todo es culpa mía”. Tampoco es raro el extremo contrario y echarse a uno mismo la culpa de todo lo trágico que sucede en tu vida. La culpa es un estado mental y tiene que ver con nuestros pensamientos, así que por tanto no es reflejo de la realidad y en el fondo sabemos que es imposible que sea así. A menudo, tras perder a un ser querido, nos podemos incluso sentir culpables de seguir viviendo.
Ninguna de las dos posturas es saludable para poder disfrutar la nueva etapa que está comenzando.
# 3.- Tómate tu tiempo
“Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo”. Mario Benedetti
No te apresures a hacer cambios en tu vida. Tómate un tiempo para adaptarte a tu nueva situación y descansar de lo acontecido. Seguro que, previamente a este problema, estuviste sometido a mucho estrés (discusiones con tu ex pareja, negociaciones con tu antiguo jefe para el despido u otras preocupaciones…), así que unas semanas de tranquilidad para tomar impulso son más que saludables. Aprovecha este tiempo para volver a conocerte y decidir qué te gustaría hacer.
Si acabas de romper una relación sentimental, date un tiempo para estar a solas o, si te han despedido, no te embarques corriendo en un nuevo proyecto. Si tu caso es la pérdida de un ser querido, es normal pasar un tiempo de duelo.
En cualquiera de las situaciones anteriores, siempre es mejor esperar a que se curen las heridas y no forzar las situaciones, ya que de lo contrario sufriremos cierta ansiedad y desasosiego.
# 4.- Adáptate a la nueva situación
“La vida consiste en adaptarse y volver a adaptarse”. Anthony Burgess
“No puedes quedarte ahí sentado esperando que el nuevo mundo se adapte a ti, eres tú el que tiene que adaptarse… A pesar de los errores pasados”. Markus Zusak
Trata de disfrutar de la nueva situación que se te presenta.Si ahora no tienes pareja, aprovecha tu independencia para dedicarte a tus aficiones. Si tienes que encaminar de nuevo tu futuro profesional, a lo mejor es el momento de pensar si realmente te gusta tu profesión o hacer aquel curso que nunca tuviste tiempo.
Si tienes muchas horas de tiempo libre y no sabes qué hacer, siempre puedes dedicarte a algún tipo de voluntariado que te haga sentir útil, ya que eso siempre hace crecer nuestra propia autoestima.
Ahora que empiezas a ser más dueño de tu vida, piensa que nadie podrá quitarte la felicidad que tú mismo te estás dando. Esto te permitirá explorar nuevas facetas de tu personalidad y recuperar otras olvidadas.
# 5.- No te aisles
“Un hombre aislado se siente débil, y lo es”. Concepción Arenal
No estás solo y aislarse o encerrarse en uno mismo no es la mejor solución. Si pones un muro a tu alrededor, no podrás relacionarte con los demás. Habla de tu problema y de tus sentimientos con la gente que te aprecia, con tu familia y amigos, compartiendo con las personas de tu confianza tus ilusiones y tus miedos.
La gente que te quiere, no te juzgará. No te avergüences de cómo te sientes. Seguro que te sorprenderá saber que mucha gente cercana ha pasado situaciones similares a la tuya y las ha superado con éxito.
Apóyate en tu familia, en tus hijos si los tienes y en tus amigos, pero sin hacerte dependiente, ya que el lado positivo de tu nueva vida es volver a decidir por ti mismo, conducir tu vida hacia donde tú quieras.
# 6.- Trata de cuidarte
“El ánimo es la más sana medicina”. Salomón
“La felicidad del cuerpo se fundamenta en la salud”. Tales de Mileto
Es bastante común, tras un problema de este tipo, descuidarse. Recuerda que, para encontrase bien a nivel físico y mental, debes cuidar de ti mismo.
Trata de llevar una alimentación saludable, aunque sientas que no tienes apetito. No dejes que la tristeza afecte tus hábitos de alimentación. No te saltes comidas y evita la tentación de la comida basura, que es muy poco digestiva.
Descansa de manera adecuada. Dormir las horas necesarias es importante. Trata de no dejarte dominar por las preocupaciones.
Procura hacer algo de ejercicio físico, aunque lo que más te apetezca sea quedarse en el sofá, ya que, cuando perdemos la alegría, nos desvitalizamos. Aunque parezca una paradoja, el ejercicio te dará más energía y te ayudará además a conciliar el sueño con más facilidad.
Recuerda que el cuerpo no es una máquina incansable y que todo descuido de este tipo, tras una situación emocionalmente complicada, termina pasando factura en forma de agotamiento.
Por último, desde Cuida tu salud emocional queremos desearte lo mejor para esta nueva etapa, porque tú te lo mereces. Como decía el filósofo ateniense Sócrates: “El secreto del cambio es enfocar tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
Fuente: Noelia Ballesteros / Portal www.cuidatusaludemocional.com