Cada cierto tiempo vuelvo a Interstellar. No es la actuación de Matthew McConaughey la que me hace volver (que bien valdría un paseo por este largometraje al menos una vez al año) sino la sensación de estar frente al espejo como ser humano. Al ver esa odisea entre el espacio y el tiempo me acuerdo de los campos de maíz, de las tormentas de polvo y de las duras condiciones climatológicas que azotan a la Tierra en esta ficción. Este lunes conocimos la noticia de que nosotros, los seres humanos, hemos llevado a la Tierra hasta extremos que ni el propio planeta puede sostener en el tiempo. Lo estamos calentando con nuestra actividad diaria y hemos provocado cambios irreversibles con nuestras necesidades energéticas y nuestro modo de vida. Las nuevas generaciones ya no conocerán el planeta tal como es ahora mismo. Ni es una ficción, ni tenemos un planeta de reserva al que huir. No existe un planeta B. El informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es una suerte de Interstellar que nos pone frente al espejo, una píldora difícil de tragar ante la que no podemos hacer oídos sordos. A lo largo de 8 años de exhaustivo trabajo de análisis y estudio que separan este último informe del anterior, que data de 2013, el panel de expertos ha recabado evidencias suficientes como para afirmar que la acción del ser humano está “inequívocamente” relacionada con el cambio climático. Así, sin medias tintas. Somos los culpables y por tanto también debemos ser parte de la solución. “Las emisiones de gases de efecto invernadero están asfixiando nuestro planeta y poniendo a miles de millones de personas en peligro. El calentamiento global está afectando a todas las regiones de la Tierra y muchos de los cambios son irreversibles. Debemos actuar ya para evitar una catástrofe climática”. Así reaccionó António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, en relación al gran informe científico sobre el cambio climático Mar Gómez, meteoróloga en eltiempo.es y doctora en Físicas, nos explica qué significa este informe tan contundente. Ella también se acuerda de Interstellar y las tormentas de arena cuando piensa en el futuro de nuestro planeta. “Mucha gente comenta que la Tierra ha pasado por varios cambios climáticos, pero lo cierto es que se han producido en periodos de tiempo mucho más prolongados que los que estamos viendo ahora y no lo habían hecho por la acción del ser humano. Cuando empezó la Revolución Industrial comenzamos a emitir altas tasas de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estos gases por sí solos son positivos, pero la acción del hombre ha hecho que haya más concentración, que almacenen más calor y que se calienten la tierra, los océanos y la atmósfera. Además, lo que subraya el informe es que se ha producido de forma muy rápida y generalizada, así que ningún punto del planeta está a salvo de estos efectos”, comenta la meteoróloga. Este informe llega en un momento en el que la metamorfosis de nuestro planeta es innegable. En plena ola de calor en el Mediterráneo, este miércoles se batió el récord de temperatura más alta registrada en Europa desde que se tienen registros cuando los termómetros de Siracusa marcaron 48,8 ºC. A lo largo del verano las temperaturas en Canadá han superado los 50 ºC, muchas regiones de Europa central se han visto azotadas por las inundaciones y tanto Grecia como Turquía han sido arrasadas por los incendios. Es un preludio de lo que está por llegar. Estamos en plena emergencia climática, el mundo está transformándose y estamos siendo testigos del cambio, como nos explicó en esta entrevista exclusiva para suscriptores el hombre del tiempo en TV3, Tomàs Molina. Los próximos años se espera que sigan aumentando las temperaturas y que los extremos se vuelvan aún más extremos. Sobre todo el calor. Con esta deriva avanzamos hacia 2050, el límite marcado por el Acuerdo de París en el que nuestro planeta debería haber aumentado su temperatura media global como máximo en 2 ºC por encima de los niveles preindustriales, aunando esfuerzos para intentar que no se sobrepase la barrera de los 1,5 ºC. Son las líneas rojas. A falta de 3 décadas para llegar a 2050, esas fronteras están más cerca que nunca. Ahora mismo navegamos sobre los 1,2 ºC de aumento y las conclusiones del informe auguran más calor en el futuro. 2020 ya fue el segundo año más cálido de la historia. “La temperatura de la superficie global continuará incrementando al menos hasta mitad de siglo teniendo en cuenta todos los escenarios posibles de emisiones”, añade el panel de expertos del IPCC en su informe. Sin embargo, no todo está perdido. También hay lugar para el cambio: “El calentamiento global de 1,5 ºC e incluso de 2 ºC se sobrepasará durante el siglo XXI si no se producen unas reducciones profundas en las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera en las próximas décadas”. Es decir, que estamos a tiempo de transformar nuestro modo de vida para evitarlo. Ante los argumentos negacionistas del cambio climático, nos hemos querido parar a reflexionar y hacernos una pregunta: ¿Dos grados son para tanto? Mar Gómez arroja luz sobre el tema: “Es un dato de aumento de temperatura a nivel global, pero cada región tiene sus propias condiciones climáticas y su propio comportamiento. Ya lo estamos viendo, en este siglo estamos presenciando una serie de comportamientos que no habíamos visto antes, al menos desde que tenemos registros, y este verano esta siendo prueba de ello. No es que no hayamos tenido olas de calor antes, pero sí que vemos que se han duplicado en este siglo. Esto es lo que nos espera”. La humanidad arrancó su viaje por la Tierra hace cerca de 100.000 años y con la llegada de la Revolución Industrial cambió el billete a largo plazo para acomodarse en clase premium. Eso trajo un desarrollo innegable en todos los sentidos y forjó las sociedades modernas, pero la cuerda no se puede tensar más y el tiempo apremia. Dos grados sí son para tanto. Y debemos actuar ya mismo. |
Fuente: David Miranda. Redactor web National Geographic España. 14 agosto 2021.