MCA Canal 2024

El Cajón de la Inocencia

 

Por mucho que maduremos y experimentemos, siempre permanece en
nosotros la inocencia con la que nacimos. Aquella que nos permitía, de niños,
decidir de forma espontánea qué es lo que realmente deseábamos hacer por
el mero hecho de disfrutarlo. Aquella que la mayoría de nosotros metimos en
un cajón interno conforme despertó y cogió fuerza nuestra racionalidad.

Racionalidad que emergió de ver a nuestros padres cómo afrontaban sus
propios retos y de comenzar a concebir que debíamos también afrontar los
nuestros. Una forma de usar la mente que pasó, de enfocar la vida como
medio de disfrute, a un lugar donde se debe sobrevivir.

Muchas personas caminan por la vida con una mirada triste fruto de la
profundidad del cajón donde metieron su inocencia y acumularon
responsabilidades de supervivencia. Una mirada que refleja el mismo peso
que soporta la alegría de su alma.

Si tu vida interna se ha vuelto muy seria, mira a tu alrededor y observa si
también se ha convertido así tu casa. De ser así, en el caso de que te cueste
recuperar la sonrisa interna, crea un pequeño espacio en tu vivienda donde tu
inocencia asome y recobre vida. Puede ser un pequeño cuadro, una foto, un
pequeño dibujo, o mejor aún; un cajón…
Prepara un cajón de tu casa con recuerdos de lo que disfrutabas en tu infancia
e incluye también unas hojas en blanco y un bolígrafo cuyo tacto despierte tu
ternura.

Dedica unos minutos del día a abrir conscientemente ese cajón, rememora tus
antiguas pasiones y coge una de esas hojas en blanco y el bolígrafo. Al
hacerlo, trata de conectar con tu inocencia y permítele que escriba, que
exprese aquello que le duele y cuente lo que anhela. Permítele que llore y
también que sonría.

Tu racionalidad es necesaria en este mundo, forma parte de él, pero no para
ocultar tu sentimiento más íntimo auto dañándote, si no para protegerlo y
disfrutar de él.

Cuando en la relación contigo mismo cobra de nuevo valor tu inocencia, se
trasparenta tu mirada, logras identificar con más nitidez aquellos quienes
también cuidarán de ella y aquellos de quienes debes protegerla.

El compromiso de abrir cada día ese cajón, también lo hará en tu interior y
más allá de recuperar la alegría, recuperarás tu mejor y más importante
relación, aquella que un día, creyendo que la prioridad estaba en sobrevivir,
se rompió.

Siempre tienes la oportunidad de volverte a nacer.

Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)

Exit mobile version