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Oct 24, 2018
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El campo energético humano, mapa de la conciencia

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El campo energético humano, mapa de la conciencia

 

 

El ser humano es un ser energético. Al igual que incorporamos una anatomía física, tenemos también una anatomía energética. El campo energético de cada persona refleja su estado físico, mental y emocional, además de mostrar el grado de integración, bloqueos y desafíos de la persona en todos los niveles y temas vitales.

La conciencia del ser humano del siglo XXI está abriendo la puerta a una nueva concepción de quiénes somos. Que el ser humano es un ser ante todo energético, es algo reconocido por las tradiciones orientales desde hace miles de años. Occidente, poco a poco, está integrando esta dimensión energética y cada vez son más las terapias que se ocupan de tratar a las personas desde este nivel.

Mi experiencia con la energía es algo vivencial. En un momento de mi vida pude ver y sentir esta realidad energética; en realidad incluso aquello que llamamos “físico”, el cuerpo, los tejidos, hasta los huesos, sigue siendo un nivel de energía, vibrando a una frecuencia específica. A partir de ahí, inicié una exploración y estudio que me hizo llegar a tener una visión completa de esto que llamo “campo energético” y pude comprobar que cada nivel de este campo refleja a su vez diferentes dimensiones de la conciencia humana.

 

El primer nivel

El más básico, es el configurado por puntos energéticos pequeños, distribuidos por todo el cuerpo. Es lo que en la Medicina China se conoce como los puntos de Acupuntura, que a su vez, se unen formando una intricada red conocida como vasos y meridianos. En la India, estos puntos podrían equipararse a otros llamados marmas, aunque no coinciden exactamente, y los meridianos, podrían equipararse a los canales conocidos en la India como nadis. Aunque estas dos concepciones difieren, en mi opinión, no son contradictorias sino complementarias.

Esta red energética de puntos y meridianos (marmas y nadis) discurre por el interior del cuerpo y refleja el estado físico de la persona, el funcionamiento de sus órganos, tejidos y sistemas, y en el caso del sistema chino, también nos está dando información de su estado emocional. En una terapia energética, intervenir en este nivel es fundamental; digamos que equivale a desatascar las pequeñas “tuberías” energéticas del cuerpo, que permiten revelar y resolver bloqueos a nivel físico y emocional, que a su vez permitirá que la energía circule de nuevo de un modo fluido y prepara a la persona para una intervención en el segundo nivel.

 

El segundo nivel

Está conformado por los centros energéticos conocidos como chakras. Estos centros se subdividen a su vez en chakras principales y chakras secundarios. Los chakras principales son 7, son centros de mayor tamaño que los secundarios y se distribuyen a lo largo de la línea media del cuerpo desde el perineo hasta la coronilla. Cada uno de los chakras principales es como un pequeño disco duro que contiene información energética que vibra en distintas frecuencias.

Los 7 chakras reflejan casi la totalidad de la conciencia del ser humano. Desde el primer chakra, que se ocupa del nivel más básico y material (supervivencia, cuerpo, instinto) hasta el séptimo, que constituye el nivel más alto de vibración y que refleja la puerta de entrada de la conciencia espiritual. Distribuidos por los 7 chakras encontramos casi la totalidad de los temas vitales que como seres humanos, nos toca vivenciar; por tanto, intervenir a este nivel, permite resolver bloqueos en la totalidad del espectro vital.

Por su parte, los centros secundarios, menos conocidos, se distribuyen también por todo el cuerpo. Son centros energéticos más pequeños que los chakras principales y están asociados a ellos. Por ejemplo, existe un par de chakras secundarios en los pies que están asociados al primer chakra, y otros dos en las manos, asociados al cuarto chakra (chakra del corazón). Existen otros muchos, menos conocidos, como el chakra secundario del hígado o del bazo. También los chakras secundarios reflejan temas vitales específicos y han de tratarse junto a los chakras principales.

Todos los chakras están conectados entre sí, formando una red, en este caso etérica (discurre fuera del cuerpo). Conocer y tratar estas conexiones es fundamental, ya que además de asegurar un buen funcionamiento de los chakras, hemos de propiciar una óptima circulación energética entre ellos a fin de asegurar la transmisión de información.

 

El tercer nivel

Lo constituye el aura, un campo energético que rodea el cuerpo y se extiende más allá de él. El aura está formada por 7 capas, que vibran desde una frecuencia menor hasta la más alta. Las tres primeras capas representan el cuerpo físico, emocional y mental de la persona; los niveles más altos, contienen información de niveles más transpersonales.

Los chakras arraigan en el cuerpo físico y atraviesan el aura hasta la última capa, están por tanto, “insertados” en el aura, forman parte de ella. Por ejemplo, el primer chakra contiene sus temas vitales específicos y en su frecuencia, existe un nivel físico, emocional y mental correspondiente a esos temas (por ejemplo, el miedo, emoción asociada al primer chakra tiene una expresión física, otra emocional y otra mental), que están reflejados en el aura; y así con todos los demás chakras.

Además de intervenir en cada chakra, se puede operar directamente en el aura, el trabajo con los chakras se ve así complementado y reforzado. La intervención en el nivel del aura, en mi opinión, forma parte del tercer nivel de trabajo energético.

 

El cuarto nivel

Está constituido por los chakras transpersonales, que se subdividen a su vez en chakras superpersonales, situados en el campo etérico por encima del séptimo chakra, y los chakras subpersonales, situados a nivel etérico por debajo del primer chakra. Estos chakras reflejan temas que trascienden nuestra vida aquí en la Tierra. El nivel subpersonal está relacionado con temas de otras vidas, memorias ancestrales y el inconsciente colectivo. Por su parte, el nivel superpersonal refleja niveles espirituales de nuestra conciencia superior en relación con la Fuente.

En mi opinión, no ha de abordarse el trabajo a nivel transpersonal sin haber trabajado antes los chakras personales; movilizar esta información requiere un trabajo personal sólido.

Por último, existen dos estructuras energéticas que completan el campo. Una de ellas es el Torus. El toroide es una de las formas fundamentales de la geometría Sagrada que emana de la Flor de la Vida. El torus se puede visualizar como una rosquilla, que se dobla constantemente sobre si misma hacia adentro y hacia fuera a partir de su centro hueco. El aura es en realidad esta geometría toroidal, siendo el chacra corona y el chacra raíz los dos extremos superior e inferior del orificio de la rosquilla y el cuerpo áurico en sí la forma redonda alrededor del cuerpo, formando un flujo permanente de energía que se desplaza hacia los dos polos por el llamado tubo de luz pránica o anthakarana. El toroide es la forma geométrica que sido conocido a lo largo de los siglos como la Copa de la Vida o Grial.

La última estructura del campo es el vehículo energético denominado Merkabah. El Merkabah es el potencial de los campos geométricos de luz y es creado por medio de la conciencia. El ser humano está rodeado de numerosos campos geométricos de energía que son de naturaleza electromagnética dentro de esta dimensión. El Merkabah se extiende a todas las dimensiones posibles y en cada dimensión usa las leyes de esa dimensión para manifestarse. En nuestra dimensión, se manifiesta en forma de estrella tetraédrica y es necesario un trabajo consciente para activarlo. Este es el máximo nivel en el campo energético. Su activación deriva en una expansión hacia la conciencia trascendental.

Como vemos, el campo energético humano es un viaje por nuestra conciencia. Experimentar y trabajar sobre él es uno de las grandes posibilidades que como seres humanos del siglo XXI, tenemos. Os invito a abriros a esta dimensión energética y experimentar por vosotros mismos sus posibilidades infinitas.

Por Lucía Vizcaíno Espallardo

Fuente: https://espaciohumano.com/el-campo-energetico-humano/

 

Article Categories:
Desarrollo evolutivo
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