El ego en la pareja
La pareja es mucho más que la unión de dos personas que quieren compartir su vida. Se trata de una unión muy especial donde se involucra al corazón. El corazón tiene su propia forma de sentir y de actuar que se distancia absolutamente de nuestro ego. Muchas veces parece que nuestro corazón se moviera sin nuestro consentimiento en cuestiones de amor, parece que nos impulsara a actuar o hablar por cuenta propia y nos sorprende.
Cuando el amor ha llamado a nuestra puerta, se abre un mundo nuevo donde el corazón comenzará a reinar sobre el ego. Al formar una pareja se ha creado el mejor terreno para que nuestro corazón despliegue todo lo que es y es la mejor oportunidad que tenemos para comenzar a empequeñecer a nuestro ego. Mientras más nos neguemos a este proceso, mas desestabilizados y vulnerables nos sentiremos, más doloroso puede resultar el juego.
Fuente : http://senderoespiritual.com/
Con mucha frecuencia nos hemos preguntado ¿qué me pasa que no puedo negarme? ¿Qué tiene él o ella que no puedo imponerme? ¿Qué fuerza me domina que no puedo hacer esto o aquello? ¿Qué es lo que me domina? Esas son señales de peleas entre el ego y el amor.
Pocas son las parejas que comienzan su relación con el corazón abierto de par en par. Generalmente será una práctica que iremos haciendo en el tiempo, con paciencia, con confianza, con seguridad y con libertad. Dejar que el corazón tome la batuta no nos resulta fácil, ya que nuestro ego se niega a dejar de existir, siente temor a esta postergación y piensa que morirá.
A medida que vamos viendo y reconociendo las diferencias de los dos mundos que se unen en la pareja, van apareciendo nuestros hábitos de reacción aprendidos a lo largo de nuestra vida. Si no estamos acostumbrados a dejarnos guiar por el corazón, nuestros pensamientos y actitudes se acercaran más a las reacciones propias del ego, el que se encargará de complicar la comunicación al interior de la pareja, enredándolo todo y haciendo que cada conversación sea fuente de más separación en vez de unión. Si dejáramos actuar al corazón veríamos lo sencillo que es para él resolver cualquier situación. Sin embargo, mientras más lo querremos dejar de lado, mas complicado se nos torna lo que queremos resolver. Para el corazón es tan fácil hablar de su verdad y para el ego es casi imposible.
El ego tiene buenas intenciones, siempre quiere protegernos de un riesgo, del riesgo de ser dañados(as), del riesgo de perder, del riesgo de no ser considerados(as), del riesgo que nos dejen de querer, del riesgo de ser abandonados(as) y muchos más. El ego tiene las mejores intenciones, pero lamentablemente tiene una visión muy pequeña de la realidad y sus consejos serán limitados a una realidad muy parcializada de la situación. Dejarse aconsejar por el ego, es contar con una ayuda que nos puede dejar aun mas confundidos y perdidos. Sentir que debemos protegernos no es el consejo más adecuado, ya que en los planos del amor nosotros somos invulnerables y jamás estamos en riesgo.
El amor, el amor verdadero no puede tener miedo. El amor se da solo por el hecho de sentirlo dentro, aunque la otra persona no lo quiera recibir. ¿Quién te puede abandonar? Puedes decir que el otro no quiso aceptar tu amor, pero ¿Por qué puedes decir que te abandono? Nadie puede abandonarte, solo puede preferir no estar allí. Ese alguien no te pertenece, es libre como el viento y no puedes amararlo de ninguna manera. ¿Cómo puede abandonarte?
Cuando comprendemos que nuestra pareja está con mostros por su propia voluntad todo cambia. Entonces podemos agradecer que esté allí para compartir y habrá celebración mientras esté. Nos empeñaremos en crear la mejor manera de disfrutar mientras esté, nos dedicaremos a alimentar la relación con miles de detalles, nos sentiremos agradecidos por la oportunidad de experimentar su compañía. Si se presentara algún inconveniente diríamos: ¿qué puedo hacer por ti para que esto sea mejor? ¿Qué puedo aportar para mejorar? Bajo esa libertad le damos la oportunidad al corazón para que guie nuestros pasos, nuestras palabras y nuestras acciones. El corazón, siendo más sabio que el ego, se esforzará por resolver todo bajo la luz de la verdad, queriendo profundizar en el tema en cuestión hasta ver la solución.
El ego, bajo su mirada de miedo diseñará una y mil estrategias para que no se concrete ninguno de sus temores, pedirá explicaciones, ocultará situaciones para no complicar las cosas, presionará para que se produzcan cambios , algunas veces mentirá para evitar problemas, elevará la voz para imponerse y exigirá respuestas que le satisfagan. Querrá asegurase de que nada de lo que teme pueda hacerse realidad. El ego no puede ver más allá del miedo y te puede llevar al extremo de complicar las cosas de tal manera que pueden encontrase dos seres distanciados por un abismo bajo el mismo techo y en la misma cama. Cuando sucede esto, puedes llegar a sentir que tu pareja es un monstruo deformado que te asusta, un ser duro de entender, difícil de manejar y que podrías llegar a detestar.
Cuando los corazones están dispuestos a abrirse, se encontraran dos seres en crecimiento dispuestos a aprender y lo harán. Tu corazón te llevará más lejos que el ego, te llevará a terrenos nuevos donde muchas veces te sentirás en riesgo, pero podrás confiar siempre en él. Si el amado(a) no acepta tu amor no habrá problemas, serás maduro para comprender que eso es así y que está en su derecho divino no hacerlo. Sin embargo, ¿Qué corazón querría dejarte si tú estás lleno de grandeza, armonía, paz y amor? Esa es la trampa del ego. Te dice que te protejas del miedo y el miedo te hace perderlo todo.
Cuando te sientas dominado por esa fuerza que te hace sentir incomodo, manipulado y fuera de control, la sabiduría del amor preguntará ¿qué puedo hacer? Y sabrá que hacer.
El corazón sí que sabe.
Patricia Gonzalez.