Todos lo principios del Feng Shui se basan en la idea de encontrar los mejores lugares donde el Qi “fluye armónicamente” para vivir y trabajar, ya que de eso depende nuestra salud y prosperidad. El estudio del Feng Shui consiste en saber definir cuál es el Qi que llega a un lugar, cómo lo recorre a través de los distintos espacios, cuándo se acelera y cuándo se estanca.
El principio básico del Feng Shui es el concepto del Qi (Chi) y su flujo. El Qi es la energía vital que preside la existencia humana, el aliento de la naturaleza o, para los orientales, “el aliento cósmico del dragón.”
Todos los conceptos modernos de la energía se adaptan perfectamente al Qi, pero éste es mucho más que eso: es aire, luz, destino y suerte. Para nuestra mente occidental, es difícil a veces entender y aceptar conceptos tan amplios, pero en ello está la comprensión del pensamiento chino.
Las diferentes culturas lo han llamado de forma diferente: los japoneses lo llaman Ki, los hebreos Ruah, los hindúes Prana.
Para los chinos, el Qi es la fuente de la buena salud, la paz y la prosperidad. Está en todas partes y en todas las cosas. Le da vida a todo lo que nos rodea, fluye a través del cuerpo humano, recorre cualquier forma y materia, acumulando y dispersando.
Si analizamos etimológicamente la palabra Qi, nos damos cuenta de que se compone de dos caracteres con significado preciso: el primero significa “arroz” y el segundo “vapor” o “aire”. Entre muchas interpretaciones diferentes, podríamos entender que el Qi es algo que nutre, alimenta y sostiene.
El Qi del Cielo, de la Tierra y del Ser Humano
En el estudio del Feng Shui, el Qi está considerado como la energía que fluye en el espacio. En este estudio, nosotros estamos interesados en los tipos de Qi, es decir, el Qi del Cielo, el Qi de la Tierra y el Qi humano.
El Qi del Cielo es la energía cósmica que une el Universo y nos explica la influencia de los astros en el destino humano. Es la gravitación, la radiación solar y lunar, pero también es el clima, el frío y el calor, la luz y el viento.
El Qi de la Tierra viene de nuestro entorno y de sus formas, del paisaje: montañas, ríos, valles, y de la creación humana: edificios, calles, represas y caminos. El Qi también es el campo magnético de la Tierra, que los chinos identificaron hace más de dos mil años y que los llevó al descubrimiento de la brújula.
El Qi del ser humano es el que circula en nuestro cuerpo por los meridianos de acupuntura y puede clasificarse de muchas formas. Entre otras definiciones, podemos hablar de energía prenatal y postnatal. La primera, llamada también energía congénita (esencial), proviene de los padres y se alberga en la zona renal. La energía postnatal o adquirida está formada a partir de la energía del cielo (el aire que respiramos) y la energía de la tierra (los alimentos y el agua). Podemos observar que lo congénito y lo adquirido son interdependientes. El Qi del ser humano también es nuestra personalidad, nuestras actividades y sentimientos, los ideales y la familia.
El Flujo del Qi
Todos lo principios del Feng Shui se basan en la idea de encontrar los mejores lugares donde el Qi “fluye armónicamente” para vivir y trabajar, ya que de eso depende nuestra salud y prosperidad. El estudio del Feng Shui consiste en saber definir cuál es el Qi que llega a un lugar, cómo lo recorre a través de los distintos espacios, cuándo se acelera y cuándo se estanca.
En nuestra vida diaria, estamos inmersos en los movimientos sutiles de la energía a cada instante: al trabajar, viajar, estudiar o dormir. Los flujos de esta energía son una de las influencias más importantes que recibimos durante nuestra existencia. Esto depende en gran medida del diseño arquitectónico y del ordenamiento interior de los espacios.
El Qi es dinámico, su flujo puede ser reducido o aumentado en velocidad, también puede ser cambiado y manipulado. Las puertas y las ventanas crean menos obstrucción para que fluya el Qi, también pueden crear una nueva dirección para el flujo de éste. Podemos manipular de dónde viene y a dónde va. Esto nos lleva al gran secreto del Feng Shui: lo que debe estar cerrado y lo que debe estar abierto, el más importante de los remedios Feng Shui.
Naturaleza del Qi
La naturaleza del Qi es otro de los factores importantes en este estudio. Hay dos tipos de Qi: tangible e intangible.
El Qi tangible está en todo lo que podemos percibir con nuestros cinco sentidos. Dicho de otra manera, es el Qi de las formas, colores, sonidos, olores, sabores, etc.
El Qi intangible es el que escapa a nuestros sentidos, pero sabemos de su existencia y se calcula con fórmulas matemáticas.
El estudio del Feng Shui combina estos dos tipos de Qi; es impensable obviar uno de ellos, ya que se complementan e interactúan permanentemente.
También hablamos del Qi bueno o Sheng Qi y del Qi negativo o Sha Qi. La palabra “sheng” significa vida, vitalidad, mientras que “sha” es muerte, maldad.
El Sheng Qi es el que fluye en forma lenta y ondulante, da vida a la tierra tornándola fértil y transforma los ambientes en lugares agradables para vivir. Cuando el Sheng Qi encuentra agua, se detiene y se acumula. El agua limpia trae energías positivas y es bueno tenerla en el jardín y en la casa. Es cosa de observar para encontrar el buen Qi en nuestro entorno:
Un jardín con pasto y plantas que crecen sanos y atraen pájaros e insectos.
Una casa limpia, ordenada, ventilada, llena de luz, risas y amor.
Una oficina grata para los que trabajan en ella, donde la atención es amable y eficiente.
Una persona alegre, llena de vitalidad que nos da confianza.
Un negocio que acoge a sus clientes para que se sientan bien atendidos y regresen con gusto.
Sha Qi
Por otro lado, las cosas feas, la basura, el desorden se consideran Sha Qi. Son desagradables a los sentidos y nos hacen sentir incómodos. Una casa construida cerca de un basural, con olores desagradables y moscas que contaminan, tiene muy mal Feng Shui. La gente que vive ahí sufre de toda clase de problemas. También son considerados Sha Qi los sonidos estridentes, el smog, las plantas secas, las peleas y los malos sentimientos.
El Sha Qi se mueve en línea recta como un proyectil, debilita y afecta negativamente la salud, la vida cotidiana y las relaciones. En el Feng Shui, se le da el nombre de “flechas venenosas o secretas”.
Las flechas secretas no son otra cosa que formas o estructuras afiladas, puntiagudas o rectas, que apuntan hacia la fachada o puerta principal proyectando energía negativa perjudicial para las personas y provocando mala salud, pérdida de oportunidades, dificultades y peleas. Para identificarlas, hay que recordar que el Sha Qi viaja en línea recta y transporta corrientes dañinas. La lista puede ser larga, de ahí que una de las primeras preocupaciones deba ser desviarlas o desactivarlas. Así podemos encontrar el Sha Qi en:
Las vías de un tren, los ríos y las carreteras que van en línea recta.
La esquina de una casa apuntando hacia la nuestra.
El final de una calle frente a nuestra casa o cuando la casa está justo en la curva externa de una calle.
Las líneas de alta tensión, postes eléctricos y faroles que están enfrente de nuestras casas.
Las columnas y pilares, árboles altos y antenas parabólicas.
Las grúas de construcción y las esculturas de formas irregulares y agresivas.
Ssu Qi
Hay un tercer tipo de Qi, el Ssu Qi. Es el Qi estancado, sin circulación. Cuando la energía se bloquea, provoca mala salud, estrés, depresión y afecta todos los ámbitos de la vida de las personas.
Para remediar los efectos negativos del Sha Qi en el Feng Shui, se utilizan las formas exteriores, el diseño interior y los ciclos de los cinco elementos.
Si aprendemos a descubrir el flujo del Qi y a conocer sus características y comportamiento, podremos disponer de las herramientas para manipularlo y, de esta manera, transformar nuestro entorno en un ambiente equilibrado y armónico, que tendrá como resultado final una mejor calidad de vida.
“Por muy abstracta que parezca la teoría del Feng Shui, se trata simplemente de otra forma de ver la vida cotidiana. No es exclusiva de sabios meditando en parajes idílicos. Tampoco es la única manera de ver el mundo que existe en China, ni se tiene que ser chino para apreciar o alcanzar a comprenderla. Una vez que se hayan asimilado los principios básicos, se comenzará a ver el mundo de otro modo”. –Lam Kam Chuen
Fuente: http://www.mundonuevo.cl/areas/Revista/mayo_2005/articulos/qi.php