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Nov 13, 2012
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El juego de los espejos

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El juego de los espejos

El espejo viene a nuestra vida, a mostrarnos lo que menos nos gusta de nosotros y lo que somos incapaces de ver de modo propio. El espejo puede ser un amigo, tus padres, tus hijos, la vecina del 5º, el portero, la frutera, tu pareja, etc.
Aceptar y perdonar ese espejo
Aceptar que lo que lo que no te gusta del otro es lo que tienes que trabajar en ti es el paso fundamental y quizás el paso más duro, el más difícil, ya que hay que desterrar el ego y perdonar a los demás y a nosotros mismos. 
 

 
Esta es la fase en la que tenéis que contar con la ayuda de un profesional, pues sabrá conduciros por las diferentes etapas que se pasan.
 
La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario, a gotas, pero que finalmente nos termina envenenando.
 
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que, los únicos beneficiados somos nosotros mismos. El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. Perdonar significa respetar al otro y aceptar con humildad lo que hace. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
 
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado
y es el veneno más destructivo para el espíritu, ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
 
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo, por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
Le ponemos a las relaciones una carga existencial y la realidad no es así. Nuestra existencia sólo depende de nosotros mismos.
Esta es quizás la parte más complicada, una vez visto el espejo, una vez aceptados nuestros errores, llega el perdón. La teoría que os he puesto anteriormente, la sabemos todos ¿pero como ponerla en práctica? Os puedo decir que es una tarea compleja. ¿Por qué? Pues nos ponemos una gran cantidad de disculpas para no desterrar el ego.
 
El ego, suena a palabrita pero mirad lo que conlleva, estas son algunas de las cuestiones que nos dificultan el proceso de perdón. “Es que yo tengo la razón”. “Es que yo soy así”. “Es que yo no quería que pasase esto”. “Es que el es así”. “Es que yo tengo la razón y punto”.
 
Para poder desterrar estos pensamientos e instalar el nuevo chip, aquí hay algunas frases repuestas que te ayudarán.
 
– Cada uno es libre de pensar como quiera, él tiene su razón, tú la tuya, acéptala, deja que el otro gane, si él gana tú ganas, respeta la postura del otro, está en todo su derecho de actuar así, estoy aprendiendo de esto él es mi espejo.
 
Es que estoy sufriendo mucho
 
– El sufrimiento y el dolor emocional es el resultado de contarte mentiras, y de no aceptar lo que te está sucediendo, cuéntate la verdad, mírate en el espejo, deja de culpar al de enfrente cuéntate la verdad y cesa el dolor.
 
Es que ahora me culpabilizo por los errores que he cometido.
 
– Pues aprende de ellos y así dejarán de suceder.
 
Es que quiero controlar todo.
 
– No hay cosa que genere más frustración y sufrimiento que el control. Respeta al otro, repítete una y mil veces yo te respeto, estás en tu derecho, te dejo margen para que crezcas, tengo responsabilidad sobre mí, cada uno es responsable de su tarea.
 
Es que el orgullo no me deja.
 
Acepta que no tienes que tener la razón ni tienes que ser el mejor, ponte al nivel del otro y escucha lo que tiene que contarte, sin resentimientos, sin presiones. Deja que cada uno vaya a su ritmo, respetarlo es desear que se sienta bien, que sea feliz y hacer todo lo que puedas por el.
 
Es que siento apego.
 
La necesidad de querer poseer algo o alguien te hace infeliz, nada exterior te puede dar una felicidad verdadera solo tú.
 
Es que odio, estoy enfadada.
 
Es el resultado de las emociones negativas que han surgido en ti hacia esa persona, porque no has sabido ser el guardián de tu mente y se colaron pensamientos indeseables que te produjeron sufrimiento por que las cosas no han salido como tú querías y esto te pone furioso y enfadado.
 
Es que, es que… no puedo dejar de quejarme.
 
Cada vez que te quejas es porque la situación no te gusta o no aceptas ninguna circunstancia en tu vida, rechazas lo que sucede en este momento y eso te produce ira. Acepta lo que te ocurre ahora, acepta el comportamiento de otras personas aunque no te guste y después cambia la situación, acepta o abandona, lo demás será alargar y generar sufrimiento, enfado, depresión y malestar.
 
Es que no paro de juzgar.
 
Si criticas a los demás solo te haces daño a ti. Si piensas que el otro es irresponsable, egoísta, insensible… estás permitiendo que esos pensamientos entren en ti y solo te producirán emociones negativas, y que, en primer lugar, solo te hacen daño.
 
Es que tengo la sensación de que pierdo el tiempo con todo esto.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que, los únicos beneficiados somos nosotros mismos
Centrarte en lo que no puedes cambiar es pasado y en lo que sucederá es futuro. Sólo existe este momento y ahora. Por mucho que te desgastes no puedes dar marcha atrás y tampoco puedes acelerar el paso del tiempo.
 
EL VACÍO
 
Después del perdón, te invade un enorme vacío, ya no tienes a quien culpabilizar, ya no tienes a quien herir, te has dado cuenta de que tú eres el responsable de todo lo que te sucede ¿Qué hacemos ahora entonces? De pronto tu vida, que antes llenabas con mentiras, con culpas, con dolor. Ahora no hay nada, la nada, el vacío. El vacío, la nada?, ocupa más lugar en el universo que todo lo demás. El vacío también está adentro.
 
Quizás por eso tenemos siempre la sensación de que nos falta una parte y erróneamente sentimos, de bebés, que esa parte nos la brinda nuestra madre, después nuestra familia, y a medida que vamos creciendo, vamos transfiriéndolo a nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestros hijos, etc. Le ponemos a las relaciones una carga existencial y la realidad no es así. Nuestra existencia sólo depende de nosotros mismos.
 
Tan arraigado está el concepto de falta, que el amor no se comprende si no es como el aporte de aquello que carecemos, como el cuento de la media naranja. Desde niños nos enseñan que vamos a encontrar en nuestra media naranja a aquella persona que nos brindará la felicidad. Así nos cercenan la posibilidad de entender que la felicidad sólo nos la podemos brindar nosotros, para después compartirla.
 
Nos enseñan un concepto de amor romántico que no nos permite desarrollarnos como personas independientes y maduras. Nos enseñan un amor idílico, dependiente, demandante, y enfermo. Nos cuentan un cuento donde finalmente viviremos felices para siempre, completitos, satisfechos, sin necesidades, sin fisuras; cuando la realidad es que sólo hay falta, fisura, necesidad, distancia, agujero, incompletud, deseo, anhelo, hambre.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
Ilusoriamente creemos que las relaciones, el coche nuevo, la casa con jardín, el ascenso, el desafío superado, la tarea cumplida, nos va a llenar, pero la fisura invisible hace que, en poco tiempo, la falta aparezca de nuevo.
 
Y entonces ya no estamos enamorados, porque el amor te llena, dijeron, y esto ya no está lleno. Porque la sensación de completud no dura, sencillamente porque es ilusoria. No existe la ausencia de vacío. No existe la fusión con el otro. La distancia es eterna y el amor romántico es la peor enseñanza.
 
Amar, realmente, es entender que hasta el otro siempre habrá un abismo infranqueable. Es tender puentes para ir de visita, pero saber que siempre hay que volver a casa.
Amar, realmente, es compartir el camino de la mano, sabiendo que el otro tampoco está completo, que al otro también le faltamos, y siempre será así. Amar, realmente, es aceptar con amor esa falta, entenderla y, si disfrutarla. Eso es todo, así es la vida, así es el amor. Así estamos llenos de amor para todos, amor incondicional, Amor infinito.
 
Déjate llevar por tu interior, por tu alma y por la verdad. Obtendrás tu verdadera felicidad, contigo mismo y tus circunstancias. Agradeciendo cada situación, agradeciendo cada momento y dando Gracias a todos esos ESPEJOS que tanto nos enseñan.
 
La conclusión es que cada día nos enfrentamos a “opciones”. Cada uno de nosotros podemos optar por reaccionar de una forma o de otra. Podemos enfocar el problema como “oportunidad” o como “me tocó la negra”. Sin embargo abrir la ventana a la esperanza, aceptar que nuestra vida está tejida por nosotros mismos con agujas propias, lana propia y diseño propio, es escoger las riendas de nuestra vida. Atrevernos a ser libres, a ser quienes realmente somos y mostrar eso a los demás desde el Amor incondicional.
 
Ana Lopez
Pepe Cortiñas
Terapeuta de El Juego de los Espejos
Article Categories:
Desarrollo Personal
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