Permitir que el propio cuerpo sea el que active sus mecanismos de sanación es quizás una de las tareas más importantes que los seres humanos debemos (re) aprender. Para eso está la medicina biológica, acción preventiva y también curativa que está cautivando a cada vez más profesionales de la salud.
La búsqueda de una mejor calidad de vida y en cierto modo, esta especie de desencanto por la medicina alópata que ha llevado a muchas personas a seguir un largo camino por una recuperación que en muchas ocasiones pareciera no llegar, hacen que la vista se amplíe y se logre ver más allá de lo convencional o lo utilizado de manera clásica.
Así, la integración entre mente, cuerpo y espíritu revive una vez más y toma el lugar que le corresponde para desde ahí sanar o mejor dicho, trabajar por la prevención de las enfermedades sin la necesidad de recurrir al ya tan conocido coctel de químicos que actualmente muchos ingieren para poder mitigar al menos, los síntomas que los aquejan.
La unión de disciplinas llamadas complementarias que de alguna u otra forma, estimulan al organismo para que dé paso a la recuperación, formó el concepto de medicina biológica, que aunque parezca una idea nueva, muy del siglo que vivimos, agrupa a quizás las técnicas terapéuticas más antiguas utilizadas por el ser humano.
En la búsqueda por conocer acerca de esta rama de la medicina, el pediatra de Clínica Las Condes, doctor Sergio Vaisman Weinstein, menciona que este concepto “involucra a todas aquellas disciplinas que de alguna forma activan, estimulan y potencian a los mecanismos normales que utiliza el organismo para defenderse de las diversas agresiones”.
Algunas de las agresiones a las que están expuestos los seres humanos son en palabras del doctor Vaisman, los virus, bacterias, contaminación ambiental, metales pesados, polen, toxinas, comida chatarra, entre otros.
Por su parte, el odontólogo doctor Horacio Kinast Feliú, menciona que la medicina biológica “siempre ha existido” y que a pesar de haberse llamado de diferentes formas, de alguna u otra manera, todas ellas corresponden al mismo concepto y al igual que el médico pediatra, coincide en que éste “engloba aquellas técnicas y métodos que buscan que el organismo sea capaz de repararse a sí mismo”.
En cuanto a estas terapias, ambos médicos mencionan que algunas de ellas son la acupuntura y medicina tradicional china, la medicina ayurvédica, homeopatía, yoga, homotoxicología, reiki, sintergética, magnetoterapia, aromaterapia, musicoterapia, la terapia neural (terapia antienvejecimiento que normaliza el organismo, logrando su reactivación), el naturismo, la actividad física, el saber pararse y respirar en forma correcta, la nutrición, biocibernética, entre muchas otras.
Con respecto a ellas, el médico odontólogo comenta que todas “son de tipo estimulante, normalizadora y no funcionan como procedimientos de reemplazo” (en este caso de la medicina clásica), sino como una manera integrativa – y no excluyente – de sanación. Además manifiesta que esta rama de la medicina utiliza muchos conceptos diferentes al mundo de la alopatía; uno de ellos es la concepción de enfermedad, la que se considera como “la forma en que se manifiesta la defensa del organismo ante una agresión”, dice.
A mayor evolución, más retroceso
Al escuchar algunos de los nombres de las terapias que los médicos que hoy trabajan con medicina biológica mencionan (respirar correctamente, actividad física y nutrición, por ejemplo), uno se atrevería a pensar que en el fondo basta con retroceder un poco e ir hacia lo básico, es decir, hacia las actitudes que en definitiva fuimos perdiendo con el paso del tiempo y el desarrollo tecnológico.
En ese sentido, el doctor Sergio Vaisman afirma que “muchas veces el organismo se ve sobrepasado en sus capacidades regulatorias propias” y será entonces a través de, por ejemplo, la acumulación de arsénico, mercurio o plomo; la ingesta de lácteos a pesar de tener alergia a la proteína de leche de vaca; el no lograr el manejo del estrés e incluso la intoxicación por uso prolongado de medicamentos tradicionales, algunas de las formas en que se desestabilizará nuestro sistema.
En este mismo contexto, el doctor Horacio Kinast dice que tal como sucede con muchas habilidades, la posibilidad de que sea el mismo organismo el que se autorepare, se va perdiendo “por la mal llamada civilización”.
Para explicar mejor sus dichos, ejemplifica contando que algunas de las capacidades que el individuo ha ido perdiendo con el paso del tiempo son la telepatía (aún en práctica por los aborígenes australianos), el olfato, el oído, entre otros. “Son capacidades naturales que se pierden por el tipo de uso que les damos o simplemente porque dejamos de usarlas”, menciona.
Otra de las capacidades que el ser humano ha ido perdiendo es la de visualizar las patologías en el enfermo. “El médico viejo miraba al paciente y ya sabía lo que tenía porque no había, como hoy, los recursos de diagnóstico artificiales. Hoy, se piden cinco mil exámenes para ver si por ahí llegan a una posible prescripción”, enfatiza.
El ser humano como un todo
Una de las características más importantes de la medicina biológica es su forma de ver a la persona. Y es que a diferencia de la medicina alópata, este otro prisma observa bajo las gafas de la integridad, contemplando al ser humano como un todo compuesto de cuerpo, alma – espíritu y entorno.
Para el doctor Kinast, la medicina clásica “atiende sólo el 35% del peso corporal de un adulto. Para el resto no tiene medicina”, indica, añadiendo que para ella el 65% restante se dejó de lado por considerarlo sin importancia. “En el organismo no existe nada sin importancia”, asegura y esto sería un claro ejemplo de las diferencias que existen entre una y otra rama médica.
Otra de las cosas a las cuales la medicina biológica le da mucha importancia – y que lamentablemente en nuestro país y en occidente en general no se le ha dado el espacio suficiente – es a la prevención de las enfermedades por sobre su tratamiento. A partir de aquello, el doctor Sergio Vaisman afirma que al tener ésta una estrecha relación con el concepto de vida sana, ya estaríamos hablando de un carácter de prevención en su desarrollo.
“Si no tenemos obesidad infantil – que Chile está con cifras incluso más altas que en Estados Unidos – vamos a estar disminuyendo significativamente enfermedades del adulto como diabetes, hipertensión, infarto del miocardio, accidentes vasculares cerebrales, entre otros”, ejemplifica.
“La medicina biológica es personal”, manifiesta el doctor Kinast, quien hace un parangón con la medicina farmacológica, de la cual menciona que “es una técnica masiva”, olvidando que en definitiva “somos todos parecidos, pero diferentes”, esto por el tema del código genético.
Para el médico pediatra, estas acciones no sólo permitirán aumentar los años de sobrevida, sino que además y quizás más importante, se mejorará la calidad de vida de las personas. En el caso específico de la medicina biológica y sus tratamientos, menciona que existen algunos casos en que puede combinarse e integrarse perfectamente con la medicina convencional.
Con esto, el pediatra de Clínica Las Condes dice que todas las terapias que confluyen en la medicina biológica tienen estrecha relación con el concepto de vida sana, “que viene de la época prehipocrática (400 años antes de Cristo)”.
Por lo tanto, temas como la alimentación sana, actividad física adecuada, funcionamiento correcto de las vías de eliminación de toxinas, aire puro, respeto por las horas de sueño y manejo adecuado del estrés, entre otros deben ser tratados en cada nivel de la sociedad, es decir, desde la familia hasta los colegios y medios de comunicación, en éste, un proceso cultural que según sus palabras, “toma tiempo, pero hay que hacerlo. Son demasiados los intereses económicos que atentan contra una vida sana”, asegura.
Especialistas en medicina biológica: profesionales completos
El doctor Horacio Kinast es enfático al mencionar que los médicos que dedican su profesión a la medicina biológica deben conocer todas las técnicas que la componen, esto además de los procedimientos alópatas con los cuales fueron formados.
Por otra parte, es sincero al mencionar que “para los médicos clásicos toda escuela que sea diferente a la de ellos, no vale ni sirve”, pero hace hincapié que en cuanto conocen de la medicina biológica, “no salen nunca más (de ella), se enamoran”, asevera.
El doctor Vaisman en tanto, cuenta que “existen otros países que enseñan algunas medicinas biológicas en la carrera de medicina” y dice que si bien en nuestro país esto aún no es una realidad, poco a poco se ha ido insertando a través de conferencias, seminarios, cursos y diplomados. “Hoy tenemos un número creciente de médicos que se están incorporando gradualmente al estudio y práctica de estas disciplinas”, manifiesta.
Los pacientes por otro lado, hoy están mucho más informados de este tipo de terapias y además se manifiestan mucho más exigentes frente a los médicos, solicitándoles una solución eficaz a sus dolencias.
Según lo que cuenta el doctor Sergio Vaisman, al creciente interés de los profesionales de la salud por aprender de esta rama de la medicina, se suma la inquietud de los pacientes, quienes “preguntan a los médicos acerca de la posibilidad de otros tratamientos, sobre todo en enfermedades crónicas cuya respuesta al procedimiento tradicional no es tan buena como ambos (paciente y médico) esperan”.
Fuente : http://www.puntovital.cl/