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El sentido de la vida es aprender a trascender nuestro ego

“El sentido de la vida es aprender a trascender nuestro ego “

Entrevista a Claudio Naranjo
Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como EGO o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.
 

 
 
“Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural
recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza”
Claudio Naranjo
 
La biografía oficial de Claudio Naranjo dice que está considerado uno de los maestros de la psiquiatría moderna, pero se queda corto. A sus 76 años, este sabio chileno es uno de los Maestros contemporáneos en vida y sus reflexiones y trabajo están encaminados a despertar las conciencias de las personas y construir un mundo mejor.
 
 
Es el fundador del programa Searchers After Truth (SAT), orientado a promover el autoconocimiento y el desarrollo personal, integrando herramientas y disciplinas occidentales y orientales, algo que también integró el físico-budista Allan Wallace.
 
Claudio Naranjo ha sido invitado recientemente por la Escuela de Negocios Esade para reflexionar sobre soluciones a la deshumanización de las empresas y de la sociedad, como también lo hicieron Fredy Kofman en “estamos en una crisis de conciencia” y Alex Rovira.
 
Pero Naranjo incide más en las causas reales y en esta jugosa entrevista titulada realmente “El hombre de hoy sigue siendo un esclavo” nos habla del ego y del Alma/verdadera Esencia, del vacío interno, de nuestros gobertantes e instituciones, de nuestra sociedad competitiva, avariciosa y enferma, de nuestra esclavitud, y sobre todo, de nuestra LIBERACIÓN.
 
Estas son sus palabras:
 
¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?
Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como EGO o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.
 
¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?
Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un VACIÓ EN SU INTERIOR como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.
 
¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?
Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.
 
¿A qué se refiere?
El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.
 
De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas…
Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.
 
¿Y cuál es su propuesta?
Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.
 
Usted suele hablar de “la búsqueda de la verdad”
Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio.
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