MCA Canal 2024

El ser humano y el arte

EL ARTE ES SENTIR

“El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre, pero quizá tampoco hombre sin arte”. Estas son las famosas palabras de René Huyghe; escritor francés de historia, filosofía del arte y psicología, quien trabajo en el museo de Louvre. Y es que el arte rige muchas de las manifestaciones emocionales e intelectuales del hombre, y es una de las formas más importantes y diversas que tenemos para comunicarnos y transmitir emociones y realidades que van más allá de nuestra conciencia. Porque el arte es comunicación; y la comunicación es necesaria e importante para el ser humano.

El arte es evolución también y con el paso del tiempo uno va descubriendo nuevos gustos e inclinaciones. Hay tantos tipos distintos de arte, y estos al igual que nosotros fluyen y cambian. A veces experimentamos unos de una forma plena y otras veces no; todo depende de un sinnúmero de factores. Como con todo tipo de comunicación, a veces el mensaje que se trata de transmitir es entendido y apreciado mejor por unos que por otros, o a veces el medio que se usa para transmitir un mensaje es más idóneo para unos que para otros, lo que explicaría la preferencia de algunas personas por distintas expresiones artísticas y no por otras, o nuestro gusto por determinado escritor, músico, pintor, escultor, bailarín, director o fotógrafo que por otros.

Sólo hasta que tomé una clase de arte y otra de apreciación musical en la universidad es que logré entender mejor lo complejo e interesante que es el arte y como este está arraigado a todo lo que nos rodea. Mi hermana menor, al igual que yo, tomó la misma clase de arte y fue como si nos quitaran una venda de los ojos. De repente pudimos percibir mejor los colores, formas y perspectivas en las cosas. El rojo, ya no era sólo rojo; el horizonte era distinto… Aprendimos sobre la armonía y contexto de colores. Distintos movimientos y escuelas. Compartí con mi profesor la fascinación por Joseph Albers y sus teorías. Después de esta clase no pude ver el mundo y el arte de la misma forma, y entendí que esa cualidad innata con los que unos nacen para disfrutar, experimentar, entender y crear ciertas cosas, específicamente arte, puede también cultivarse. Lo mismo pasó con la clase de música. Poco a poco fui aprendiendo, entendiendo y apreciando más este arte ajeno a mí. El mundo se abre y se expande cuando aprendemos cosas, y el mundo florece y se vuelve más rico y vibrante cuando distintos tipos de arte entran en él.

El arte es sentir. Y sentir es bello. Pero el sentir y la belleza pueden ser considerados peligrosos por algunos, por eso es que a veces se trata controlar las artes y mitigar las expresiones artísticas. Esto ha ocurrido y sigue ocurriendo en distintas partes del mundo. Es tanto así que en películas e historias de mundos distópicos las fuerzas autoritarias tratan de controlar y contener cualquier expresión artística y real de sentimientos. Claros ejemplos se encuentran en obras monumentales como Un mundo feliz de Adolus Huxley (Brave New World ) y 1984 de George Orwell (Nineteen Eighty-Four). El arte es un derecho fundamental de libertad de expresión, es innato y espontáneo, por lo tanto considerado “peligroso” para algunos pues nos hace sentir, pensar y nos libera. Incluso nos inspira a seguir creando.

Tal vez en el mundo occidental tanto hombres como mujeres gozamos plenamente del arte y de nuestras propias manifestaciones artísticas y preferencias estéticas, pero no obstante en lugares como el Oriente Medio este gusto y libertad no se dan por completo. Por ejemplo ciertas formas y estilos de arte están prohibidos en el Islam para evitar percepciones de idolatría. Por lo tanto cualquier uso de arte figurativo u orgánico, en particular estatuas, pinturas, u otras representaciones de seres vivos están prohibidas. Las formas geométricas son las que predominan, y en la literatura la censura es extremadamente fuerte incluso hoy en día. Uno de los ejemplo más terribles fue cuando el escritor hindú, ahora nacionalizado británico, Salman Rushdie sufrió en los países musulmanes prohibición y quema de sus libros tras publicar su cuarta novela Los versos satánicos (1988). El ayatolá Jomeini proclamó una fetua (pronunciamiento legal) incitando a la población musulmana a matar a cualquiera relacionado con la publicación del libro, y efectivamente el editor noruego William Nygaard y los traductores Ettore Caprioli y Hitoshi Igarashi fueron brutalmente atacados por fanáticos musulmanes. Igarashi murió por la gravedad de sus heridas.

Qué terrible tratar de controlar el arte y al artista y encontrar lugares donde no se respeta esta manifestación tan única del ser humano. ¿No somos acaso afortunados de gozar de literatura, música, pintura, esculturas, películas, bailes, y otro tipo de arte que nos permite ser nosotros mismos y explorar los confines de nuestros sentimientos, inquietudes, creatividad e intelecto? El arte es comunicación, libertad y vida. Es algo que debe apreciarse y cultivarse. No todo tiene que gustarnos y ser digno de nuestra admiración, pero es importante recordar que aquellas cosas creadas por otros son manifestaciones artísticas únicas, la realidad íntima de otro ser humano que quizá ha sido expuesto a circunstancias inimaginables por nosotros, es su forma de comunicación y su derecho. El arte es una verdad subjetiva.

Fuente: elplaneta.com

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