El tao de la sexualidad
El tao de la sexualidad tiene como principal objetivo liberar a ésta de las dependencias físicas, mentales y emocionales, de todos los bloqueos y cargas, a fin de que pueda utilizarse como enorme fuente de fuerza y vitalidad.
La energía sexual es la única fuerza que se multiplica. Este potencial puede utilizarse para profundizar e intensificar los procesos internos, como el de la autocuración y la meditación.
Fuente : http://www.mundomujer.cl
El idiograma chino del tao representa el origen, la inteligencia, la verdad, la dirección espiritual superior, la senda, el viaje, el viajero, el objetivo, el ser. En el tao, se considera que la energía sexual es la base de la salud física y espiritual, así como de la creatividad y la meditación.
El tao de la sexualidad tiene como principal objetivo liberar a ésta de las dependencias físicas, mentales y emocionales, de todos los bloqueos y cargas, a fin de que pueda utilizarse como enorme fuente de fuerza y vitalidad.
La energía sexual es la única fuerza que se multiplica. Este potencial puede utilizarse para profundizar e intensificar los procesos internos, como el de la autocuración y la meditación.
El tao nos enseña a dirigir de forma consciente la sexualidad, a elevarla hacia los centros de energía superiores, a unirla al amor y la espiritualidad. Sólo se desarrolla el potencial de la sexualidad en un entorno de responsabilidad e independencia. La individualidad de la persona, su historia personal, su actitud y todas las circunstancias de su vida se manifiestan en su sexualidad e influyen sobre ella. Observando cómo vive cada persona, lo que siente y cómo dirige su sexualidad captamos el grado de dependencia emocional y física en el que se encuentra, así como la des- dicha que ésta genera en su vida.
El vacío interior y el hecho de no estar centrado lleva a que en nuestra sociedad la sexualidad se desarrolle básicamente en la superficie y en el exterior. Y esto significa que la mayoría de las personas necesita una estimulación externa, como la fantasía u otra persona, para establecer contacto con su energía sexual. Muchas mujeres se enfrentan a su sexualidad únicamente en una relación íntima. Cuando están solas, en general no se plantean el sexo.
Puesto que por lo general se percibe únicamente la energía sexual en estado de excitación, muy pocas personas son conscientes de la presencia permanente de la sexualidad como fuente de energía. Asumir la responsabilidad sexual implica establecer contacto con ese estrato más profundo de nuestra propia sexualidad. Se trata de una fuente interior de fortaleza a la que podemos recurrir en todo momento y no sólo cuando ha sido estimulada externamente. Para vivir la sexualidad nadie tiene que depender de la pareja «ideal», que nos acaricia en el momento «ideal» y en el lugar «ideal», la que nos susurra tiernamente al oído: «Te quiero, muñeca».
El diccionario define la sexualidad como el proceso por medio del cual se produce la reproducción. La sexualidad es un mecanismo para conservar la especie. El mecanismo de reproducción no sólo afecta al plano físico sino que también influye en nuestras emociones y en nuestra energía. Las relaciones sexuales, la concepción, el embarazo, el parto y la menstruación forman parte de la sexualidad femenina.
La sexualidad tiene distintas caras y facetas, encubiertas bajo imágenes, mitos, fantasía, sentimientos, sueños y pensamientos. La dificultad que plantea abordarla radica en el hecho de que mientras permanece como algo sexual, atrapada en los centros de energía inferiores, constituye una pugna constante entre dos fuerzas, la masculina y la femenina, lo positivo y lo negativo, la tensión y la relajación, que se afanan por conseguir la armonía del agua y el fuego, la unidad del yin y el yang
El tao ha utilizado la sabiduría del yin y del yang como guía principal para descubrir los tesoros de la sexualidad. «La persona que desee trabajar con su propia energía vital debe conocer las artes de la alcoba. Aquél que no conoce el arte del yin y el yang no conseguirá mantener ambas fuerzas en armonía y, por consiguiente, quedará agotado, consumido y rendido. Sólo conseguirá recuperar su fuerza interior con un esfuerzo enorme.» La cita es del Maestro Ge Hong, extraída de las sutiles enseñanzas traducidas por Thomas Cleary.
Mientras las características del agua representan el yin, el fuego simboliza el yang. Ambas influyen en la sexualidad y están movidas por ésta. El agua no posee color ni forma propios, aunque es capaz de asimilar y adoptar distintas cualidades, imágenes, fantasías, sentimientos y pensamientos. A causa de sus cualidades, la sexualidad se manifiesta bajo distintas formas en cada uno de nosotros.
El agua, por su permeabilidad, absorbe las cualidades más dominantes de la persona. Éstas nacen del consciente o el inconsciente de ella. En general, las fuerzas inconscientes y las emociones o ideas negativas dominan la sexualidad humana.
El fuego es el responsable de la intensidad y la fuerza de la sexualidad. Éste tiene la capacidad de intensificar todas las cualidades y aspectos de nuestro interior.
Libro: El poder de la sexualidad femenina
Maitreyi D. Piontek
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Sexualidad