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El vínculo de la película Arrival con la teoría de un científico chileno

La aclamada película Arrival tiene un argumento que se enfrenta a la teoría científica clásica, que postula que las matemáticas son un lenguaje universal. El experto en ciencia cognitiva Ricardo Martínez desmenuza el filme de Denis Villeneuve y destapa el origen chileno de la teoría que contradice a Carl Sagan y experimentos como SETI que han intentado, sin suerte aún, comunicarse con especies de otros mundos.

Arrival, la película de Denis Villeneuve sobre la llegada de extraterrestres a la Tierra, no solo ha tenido la aceptación general de la crítica y el público en todo el mundo, sino también goza de buena salud en las opiniones de científicos.

Ricardo Martínez es lingüista, experto en ciencia cognitiva y autor de The Libro, junto a Remis Ramos, filósofo coautor del libro y también experto en ciencia cognitiva. Los intentos humanos por comunicarse con extraterrestres a través de lenguaje binario y la suposición de que la percepción del tiempo es inherente al lenguaje son algunos de los tópicos abordados por el académico, quien destapa el origen chileno de la teoría de la comunicación con otras especies, empleada por el personaje de Amy Adams, y el enfoque contracultural con que se enfrenta el filme a los desafíos que antes sortearon películas como Contacto y Encuentros cercanos del tercer tipo a través de las matemáticas.

–Como lingüista, ¿qué te pareció Arrival?

—Es una súper buena película. La parte lingüística está super bien trabajada, para ser una película para el gran público y no una que trate de hacer divulgación científica. Las ideas son buenas, los lingüistas están bien encantados con la película porque los muestra en una postura bastante distinta a lo que se hace habitualmente.

–¿Por qué dices que es rupturista en su manera de imaginar el contacto con extraterrestres?

—Hasta ahora la especulación de cómo podría darse el contacto se basaba mucho, particularmente por todo el mundo de la astronomía que está ahí involucrado con los radiotelescopios desde los años sesenta, estoy hablando de SETI y otros proyectos similares como las sondas Voyager, que plantean que un sistema de comunicación tendría el problema de que no hablamos la misma lengua. Ellos no tendrían por qué hablar la misma lengua. El sistema de comunicación tendría que ser lingüístico. Finalmente, se llegó a la conclusión de que solamente desde el punto de vista de las matemáticas podría haber una especie de lengua universal, o sea que la comunicación básica entre especies inteligentes de cualquier parte del universo debería desarrollarse en las matemáticas, porque se supone que son lo mismo en todas partes y la mayor parte de los mensajes enviados al espacio están basados en eso, es decir que “ellos” son capaces de reconocer mensajes como sumas, multiplicaciones y operaciones de distinto tipo. Que podían entender figuras geométricas también y así entender que nosotros podíamos ser una raza inteligente.

–¿En qué punto entra a tallar la teoría del chileno que dice todo lo contrario, que es también lo que postula la película?

—La idea de que las matemáticas son universales entra en contradicción con esta propuesta que hace Lakoff, que es uno de los grandes cientistas cognitivos de toda la historia, y Rafael Núñez, que es un cientista cognitivo chileno super destacado. Las matemáticas que tenemos en la tierra, las que usamos los seres humanos, no necesariamente son las mismas que podrían usar otras especies, porque están determinadas porque somos de carne y hueso, porque tenemos una cierta forma de percibir la realidad. Tenemos ciertos aparatos mentales desarrollados de cierta forma de comprender el mundo bajo nuestra cognición, por lo que nuestras matemáticas dependen siempre de nuestra naturaleza como seres humanos. En ese sentido las matemáticas no tendrían por qué ser algo independiente de la especie. Dependen mucho de la especie. Pensar que nos vamos a comunicar con otras especies por cosas como figuras geométricas o una suma, no tendría por qué ser así. Las matemáticas son menos abstractas y más concretas, por lo tanto se parecen mucho más a las lenguas. Sería algo así como el inglés o el francés, o sea, los extraterrestres podrían tener lenguas de otros tipos. Él -Núñez- no dice eso directamente respecto a la comunicación, pero neutraliza la idea de que las matemáticas son una cuestión inherente a la condición humana.

–¿Hay guiños directos al trabajo de Núñez en la película?

—La película lo dice de forma súper clara. En el primer encuentro que tiene la científica lingüista con el científico de ciencias duras o naturales, ella le habla sobre la comunicación y lo importante que es el lenguaje y él le dice lo importante que es la ciencia. Ella le levanta la ceja y le dice que eso no tiene por qué ser así. Gran parte del debate que tienen los protagonistas tiene que ver con eso. Él piensa que el lenguaje formal de las matemáticas y la ciencia sería una forma de comunicación y la película de alguna forma va contra de esa idea. Eso la hace distinta a muchas otras películas. Me acuerdo de dos directamente: Contacto, que está basada en un libro de Carl Sagan, y Encuentros cercanos del tercer tipo, donde las comunicaciones son siempre a través de las matemáticas.

–¿Te gustó el estilo de comunicación, “tarzanesco” si se quiere, que usa la lingüista de la película?

—Eso es una licencia que se toma. Si te fueras a comunicar con otra especie, lo más probable es que te comuniques en su sistema lingüístico A. Si tú te fijas en la película, se hace una distinción entre el heptápodo A y el heptápodo B -las criaturas extraterrestres. El A se comunica de forma normal o con el lenguaje de gestos que utilizamos los seres humanos. El B lo hace a través de la escritura, eso es medio tirado de las mechas. Sería complicado, ahora, si existen casos donde a través del sistema de escritura se ha podido acceder a otras lenguas y ese es el caso más clásico de Rosetta o los últimos veinte años con el desciframiento del código maya. O sea, no es tan tirado de las mechas que intentáramos comunicarnos a través de la escritura, aunque las formas naturales de comunicación son las no escritas.

–La película trabaja sobre la percepción del tiempo lineal, variada y cómo se relaciona con el lenguaje, ¿qué dijo Núñez?

—La idea de que la percepción del tiempo está relacionada al lenguaje está bastante aceitada ya y de nuevo Rafael Núñez tiene un paper clave que habla de cómo perciben el tiempo los aymaras, donde habla de que la forma típica en que percibimos el tiempo los occidentales es que el tiempo se desplaza. Nosotros vamos avanzando en un auto. El futuro está por delante y el pasado va quedando por detrás. En cambio, los aymaras ven también un desplazamiento, pero lo ven al revés, como si el auto estuviera en retroceso y la explicación es muy bonita, porque como el pasado lo ves, tienes un recuerdo del pasado, una imagen de él, es obvio que está frente a tus ojos, por lo tanto adelante tuyo. El futuro no lo ves, por lo tanto está detrás, entonces el tiempo va pasando como si este auto fuera en retroceso. Puede haber otras conceptualizaciones, la película especula con que se puede percibir el tiempo de otras formas también, de formas no lineales, en formas del espacio y ese estilo, eso es muy bonito también y está bien planteado. Rafael Núñez hablaba sobre eso hace ya unos diez años.

–¿Puede un lingüista exitoso tener la casa que tiene Amy Adams en esa película?

—De hecho, lo único que salí pelando de la película fue eso. La idea de que un lingüista tenga una casa como la que tenía la protagonista. Bueno, en Canadá que es donde se estudian estas cosas, o en Estados Unidos, sí, pero en Latinoamérica imposible.

Fuente: www.latercera.com/culto

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