ERASE UNA VEZ EN AMERICA (1981)
Director: Sergio Leone
Intérpretes: Robert de Niro, James Woods, Elizabeth McGovern, Joe Pesci.
Nueva York, años 20. Un joven judío llamado David “Noodles” Aaronson (Robert de Niro) entabla amistad con Max (James Woods), otro chico hebreo con el que anhela llegar a lo más alto.
Para ello y en plena época de la prohibición, forman una banda de gángsters con la que van prosperando en el violento mundo del crimen organizado.
Sergio Leone tiene la excelente capacidad de enganchar al espectador, más que por un argumento original o innovador (que también) por el tratamiento de las imagenes y de las escenas que compone este genial publicista en la mayoría de sus peliculas. “Érase una vez en América” no es una excepción, sino que por el contrario es la culminación en forma de obra maestra a su corta carrera cinematográfica.
Es de esas peliculas que necesitan verse unas cuantas veces para consumar tu relación con el filme, su compleja estructura narrativa que se mueve hacia atrás y hacia delante en el tiempo, está resuelta de manera brillante, propia de un genio como Leone.
Estrenada en 1984, narra la vida durante la primera mitad del siglo XX de un gángster de origen judío residente en New Jork. La peculiaridad de la cinta y a la vez lo que la eleva a esa zona donde solo están las mas grandes, es la manera que tiene Leone de narrar la fatalidad que envuelve la vida de Noodles ( protagonista principal interpretado por Robert de Niro), lo hace a través de 218 minutos de duración contados de un modo encantadoramente dramático, dibujando la vida de unos cuantos gángsters con un romanticismo desbordante, creando así personajes y situaciones llenas de pasión.
Toda la magia que consigue crear Leone en esta espléndida obra no sería posible sin la maravillosa banda sonora del sorprendente Enio Morricone, que se mete en la cabeza del espectador sin remedio alguno posible. Y son precisamente esas situaciones y esa vibrante música lo que utiliza Leone para componer el lenguaje cinematográfico de esta gran obra del cine.
No puedo más que acabar este comentario tildando esta película de imprescindible para la cultura cinematográfica y de obligada visión para todos aquellos que aprecien y quieran presenciar el cine en su más pura esencia.
Pablo Gonzalez Taboas
En la era de la ley seca, cuatro amigos judíos luchan por sobresalir en el mundo del hampa, tras haber vivido juntos desde su infancia.
Su amistad se verá comprometida en numerosas ocasiones. Descubrirán, además del amor fraternal, un mundo de mentiras y trampas que llegarán a culminar en un sinfín de amargas decepciones y desengaños.
La obra cumbre en la corta filmografía del gran Sergio Leone, una oda a la amistad, por encima de su contenido de cinta gangster o film-noir, un idóneo retrato de comienzos de siglo, y unas más que maravillosas actuaciones de todo el plantel, especialmente de la pareja Robert De Niro – James Woods.
Leone es un realizador cinematográfico nato, tanto su genial argumento (con un extenso guión, basado en la novela “The Hoods”), como su fastuosa puesta en escena enganchan desde el primer instante, a todo esto se le suma el valioso trabajo de Tonino Delli Colli en la fotografía y la siempre majestuosa partitura de Ennio Morricone.
El ritmo trepidante de la cinta permite absorber sus casi cuatro horas de metraje con bastante facilidad. Su escena de clausura pasará a la historia tanto por la belleza con la que es narrada como por su naturaleza críptica.
El director trasalpino siempre tuvo el tacto adecuado para cada fotograma, llevando al espectador a niveles épicos sin precedentes, así lo demostró en sus Spaghetti-westerns, y así habría de despedirse, con broche de oro, en esta gloriosa epopeya, que conservará por siempre un merecido lugar en la cúspide del séptimo arte.
Pierluigi Puccini
Fuente: http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1694.html