Por qué deberíamos instaurar las “escuelas en el bosque” en Chile
Un enfoque educativo innovador que está dando buenos resultados en otras partes del mundo, principalmente en Inglaterra y Dinamarca. Te contamos cómo funcionan estas escuelas y por qué sería una buena idea tenerlas acá.
Cerca de 1 de cada 10 jardines infantiles en Dinamarca es una escuela en el bosque. ¿Qué significa esto? ¿Cómo son estas escuelas?
Son guarderías en las que los niños literalmente aprenden al aire libre, fuera de la tradicional sala de clases, con la idea es dejar de centrarse solamente en las habilidades académicas y enfocarse en ellos por completo.
Así, en el contacto con la naturaleza, logran aprender distintas habilidades para la vida como el trabajo en equipo, el desarrollo de la curiosidad innata y la motivación para aprender (particularmente aquellos que les cuesta aprender en un ambiente estrictamente “de clase”). Además, tienen la libertad de explorar usando múltiples sentidos, lo que fomenta la creatividad, diversidad, el juego imaginativo y ayuda al que desarrollen un sentido de independencia.
En estos jardines no importa el clima (¡y hablamos de Dinamarca!), todos los días se juntan al aire libre y realizan actividades como cantar alrededor del fuego, aprender a usar y fabricar herramientas, construir guaridas, excavar en el barro, identificar insectos con lupas, leer en una carpa y resolver acertijos, por ejemplo. Los juguetes de estos niños son las ramas de los árboles, las piedras, hojas y el barro.
Incluso algunos usan cuchillos para hacer herramientas.
En estas escuelas, las actividades que realizan se vinculan con los objetivos del plan de estudios de cada país, pero lo logran a través de distintas actividades como juegos de exploración en el bosque, recolección de objetos, construcción de campamentos, cocina, narración de historias, etc. ¿Se imaginan el escándalo si un niño tomara un cuchillo en un jardín infantil tradicional? Bueno, acá ellos aprenden a utilizarlo con precaución.
Un método que se ha expandido
Este enfoque que pareciera ser bastante reciente, en realidad es muy antiguo. En Dinamarca lleva casi 70 años (aunque en el último tiempo se han multiplicado) y hay muchos profesionales observando con atención cómo lo están haciendo para replicar el modelo en otras partes del mundo (y por qué no, acá en Chile).
En Inglaterra ya hay varios jardines en el bosque, incluso existe la Asociación de Escuelas Forestales, que se encarga de entregar las bases del modelo.
En Alemania, por ejemplo, hay alrededor de 2.000 jardines de este tipo y en Corea del Sur también están copiando la idea.
“ Los niños deben ser capaces de desarrollarse a su propia velocidad y desde su propia motivación y fuerza interior. Deben poder aprender con entusiasmo y alegría, y adquirir una diversidad de habilidades para la vida”, dice el sitio web del jardín Robin Hood Waldkindergarten en Berlín.
Hay otras escuelas, en Inglaterra, por ejemplo, que no han sido tan radicales y que se han atrevido a adoptar este modelo, pero solo por un día. Lo llaman el día de bosque y al parecer está siendo bastante exitoso.
¿Creen que podríamos probar el método aquí en Chile, en las zonas cercanas a bosques o parques?
“Tienen una mejor concentración, son mucho mejores socialmente, más creativos, más innovadores” (Emily Markepramd, directora de una escuela bosque).
Los resultados
“Tienen una mejor concentración, son mucho mejores socialmente, más creativos, más innovadores”, explica Emily Markepramd, directora de uno de estos jardines en las afueras de Copenhague.
Los niños tienen la libertad de explorar usando múltiples sentidos y gracias a esto ellos pueden desarrollar la confianza y la autoestima en un entorno natural.
¿Y qué resultados tiene este enfoque? Un estudio sobre estas escuelas realizando en Inglaterra y Gales, indica que los niños presentan un aumento de las habilidades lingüísticas, una mayor motivación para participar y un mayor conocimiento del entorno natural, incluso también hay evidencia de que estimula el desarrollo motor.
La Universidad de Loughborough (Inglaterra), está realizando otro estudio para averiguar cómo estas escuelas pueden beneficiar a los niños. Los resultados preliminares indican que participar en una escuela en el bosque, puede contribuir al desarrollo de habilidades de aprendizaje colaborativo y también parece entregar a los niños con habilidades prácticas y un aprecio por estar al aire libre, que luego pueden transferir a las actividades familiares fuera de la escuela.
Según los defensores de los jardines infantiles en el bosque, este sistema, lejos de perjudicarlos académicamente, los prepara para la escuela.
¿Cuál es el rol de los profesores? Ellos están preparados para saber cuándo intervenir, cuándo no y también cuándo ayudar. Además, durante el día surgen dudas de los niños, que se van resolviendo y los profesores abordan los distintos contenidos dependiendo de las situaciones que van viviendo.
Los alumnos aprenden habilidades de trabajo en equipo a través de la resolución de problemas, exploración, descubrimiento y desarrollo de excursiones a lo largo de los días, todo esto bajo la supervisión de un profesor.
Más expuestos a riesgos
¡Pero qué peligro! No dejaría a mi hijo en un jardín así, porque le puede pasar algo. ¡Imagínate se sube a un árbol y se cae!
Es cierto, puede que tenga más probabilidades de caerse, de rasmillarse las rodillas, de ensuciarse o incluso de cortarse con alguna herramienta, pero ¿no se trata de eso la vida?
“Es parte de la filosofía de la enseñanza que a los niños se les permita hacer las cosas por su cuenta, y sí, a veces te lastimas un poco y eso es parte de la vida”, asegura Markepramd.
Obviamente nadie quiere que ocurra un accidente grave ni nada por el estilo y de hecho, según la Asociación de Escuelas Forestales del Reino Unido, no se han reportado casos así.
Las dudas sobre el enfoque
Además de la preocupación por los posibles accidentes a los que se pueden exponer los menores, también hay personas a las que no les convence mucho el método, porque se cuestionan el valor académico valor académico que este tiene.
¿Se pierden realmente una etapa importante de capacitación en alfabetización?
Hoy muchos niños aprenden a leer más temprano que antes, y de hecho hay expertos sostienen que la lectura y la escritura durante los primeros años crean las bases para el aprendizaje escolar. Sin embargo, en Finlandia (el país más alfabetizado del mundo), por ejemplo, no inician la educación formal en estas áreas hasta los siete años. Antes se enfocan más en el juego creativo y gran parte de este es al aire libre.
Fuente: www.eldefinido.cl / María Victoria Coutts