La palabra metamorfosis alude a un concepto cuyo significado es «ir más allá de las formas» y está ligada íntimamente a la palabra trans-formar que implica «transcender las formas».
¿Cuáles son esas formas a las que alude este cambio? Son los condicionamientos, nuestras mecanicidades (pensamientos heredados, creencias, patrones emocionales disfuncionales, comportamientos, etc.).
El concepto de transformar va unido a otro, el de evolucionar o «ir hacia adelante» y por supuesto en un sentido positivo. Los cambios que no trasgreden, que no modifican profundamente lo que venía siendo, no pueden ser considerados como transformaciones. Algunas personas se preguntan sobre ¿cuál es su misión? y esta pregunta de carácter existencial, sólo puede ser respondida por la esencia revelada (Yo profundo, Espíritu). La misión existencial es una «verdadera vocación», lo que puede homologarse a un llamado interno, una voz que dice quién realmente somos y qué hemos venido en último término a manifestar y/o trascender.
En la metamorfosis, hemos de asistir a sucesivos cambios y transformaciones más o menos duraderas, más o menos dolorosas, antes de que la misión sea revelada, pero sin contactar previamente con la propia esencialidad, el Ego no podrá transformarnos.
Hay algunas estrategias para el cambio y la transformación personal, y una de ellas consiste en aprender a ser flexible detectando y encauzando las actitudes y conductas rígidas que de una u otra forma, no son más que formas de resistencia al cambio. Lo estructurado, consolidado y duro es lo que tendrá que ser sometido a la transformación y para ser transcendido y llevado a una nueva forma, será quebrado y conducido a una crisis intensa si se mantiene rígido.
Las rigideces internas se parecen a las articulaciones bloqueadas en el cuerpo que al ser sometidas al movimiento duelen o se inflaman. El cambio explicado en forma de movimiento interno, requiere de la flexibilidad del pensamiento y los comportamientos.
¿Cómo se traduce esto? Por ejemplo admitiendo errores, entrando en contacto con la propia vulnerabilidad, reconociendo la «sombra personal«, permitiendo e impulsando el acercamiento afectivo, comunicando la emocionalidad sin dramatismo, rehuyendo de la victimización. Más de una vez, solo se apela a efectuar cambios externos, cambiamos lugares físicos, personas del entorno, hábitos, ocupaciones o trabajos sin conciencia que se está poniendo el cambio en el afuera, pero la rigidez y la necesidad de afecto y/o reconocimiento frente a la incertidumbre del cambio, hace que cuando parece todo resuelto, volvemos a re-crear las mismas estrategias o modelos afectivos, emocionales o de conductas… y el ansiado cambio ha sido una fantasía más del ego, otra trampa en la que hemos caído.
Recordemos la analogía de la Metamorfosis: «sin el cambio de la oruga, no hay mariposa», la oruga tendrá que aceptar su condición de vulnerabilidad y construir un capullo para asistirse en su cambio y reservará su fortaleza interna, para romper el capullo y emerger, y todo ello podrá concretarse a partir de ser flexible para dejarse transformar.
¿Cuál es la estrategia del Ego que se mantiene rígido y duro frente a la emocionalidad o aparenta no sentir o se muestra categórico en sus afirmaciones? Mantener el control como expresión de temor a «quedar desnudo», a quedar expuesto a la propia mirada desaprobatoria o a la de otros. Porque cuando estamos en proceso de transformación «nos desnudamos de varias capas de Ego» y sentimos vergüenza por lo que aún no somos. Esa vergüenza algunas veces se puede ocultar con falso orgullo, como que somos mejores que otros, y no somos comprendidos o no recibimos la justa atención o reconocimiento que merecemos. El Ego también usa otra estrategia y consiste en juzgar, fiscalizar y reprobar las conductas ajenas, antes de comprender o intentar abarcarlas empleando la empatía.
Como ven, la falta de flexibilidad o el exceso de rigidez, es un verdadero obstáculo para la propia transformación y será positivo observarse en lo personal para implementar las correcciones necesarias y hacer el trabajo interno correspondiente. Hay además otro obstáculo al Cambio y la Transformación personal y es el Re-Sentir lo que a veces deviene en resentimiento y enojo y esta actitud es consecuencia de experimentar las emociones negativas a repetición (sentir abandono, no valoración, falta de amor, de empatía, de apoyo, etc.).
Es esta reiteración de las emociones y sentimientos ligados a ello, la expresión del no uso de una estrategia que a veces decimos conocer, pero no vivenciar: se llama soltar. El resentimiento tiene mucho que ver con el no saber o no querer soltar y acompaña a la rigidez, lo rígido mantiene la tensión, soltar es relajar esa rigidez. La dificultad para pasar al opuesto complementario que algunas personalidades tienen, es un obstáculo para el cambio personal.
Como estrategia positiva, la emocionalidad se vive, se comunica o expresa y allí se suelta, de lo contrario los residuos puede ser la base de futuros resentimientos. No resulta beneficioso como en todo proceso biológico que los desechos y toxinas se acumulen o guarden. A veces será necesario «forzar el soltar» con un acto de la voluntad que podrá consistir en pequeños actos de desapego emocional o intelectual, para experimentar con más facilidad esto durante los procesos de cambio personal.
En conclusión: lograr ser flexibles recurriendo al respeto y a la empatía, renunciando al Resentir (se), aceptando la propia desnudez y vulnerabilidad, no cubriéndola con el falso orgullo, ejerciendo el soltar, sin victimizarse, son todas estrategias de crecimiento y cambio personal.
Por María Inés Figueroa
Fuente:https://bit.ly/38GHcgP
