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Etapa de balance

La crisis de los cuarenta

Llegar a los cuarenta es llegar al ecuador de la vida. Tomamos conciencia del paso del tiempo y empezamos a valorarlo más, recordamos aquello que queríamos hacer y no hicimos, surge el temor hacia el envejecimiento y nos preocupa el deterioro físico. Aun así, es el mejor momento.

Fuente: http://www.pulevasalud.com/

Etapa de balance
 
Los 40. Una etapa donde se hace balance de la vida. 
 
 
Es alrededor de los cuarenta cuando se supone que una persona ha alcanzado la madurez personal y profesional, tiene una estabilidad en el trabajo y en la familia.
Ha alcanzado el equilibrio en su vida, pero como todo en la vida está en continuo cambio tendrá que adaptarse a los cambios tanto sociales como personales.

Llegada esta etapa, también conocida como edad intermedia, la persona hace un análisis sobre su vida, sobre los logros que ha obtenido y los objetivos que tenía previstos, sobre su familia y su matrimonio. A veces se siente atrapada por las responsabilidades profesionales y familiares. Aún se siente joven y se lamenta y de no haber realizado todo aquello que tenía previsto. Surgen dudas sobre el propio trabajo, y en ocasiones se plantea lo que habría pasado si hubiese optado por otro diferente, incluso algunas personas llegadas esta edad es cuando se atreven a realizar proyectos profesionales, como abrir sus propios negocios.

 

2. ¿Por qué a los cuarenta?
 
 
El hecho de cumplir los cuarenta años aparece como una fecha clave por el efecto psicológico que encierra. Alrededor de los cuarenta años se producen normalmente las circunstancias personales que dan origen a esta crisis, pero realmente ésta puede sobrevenir antes o después, y se produce cuando ya hemos adquirido una estabilidad en nuestra vida, tanto desde el punto de vista profesional como personal y familiar.

Hasta esta fecha solemos vivir una serie de hechos que marcan nuestras vidas: el acceso al mundo laboral, los primeros años de matrimonio o el nacimientos de los hijos.

Es posteriormente cuando nuestra vida se estabiliza y empezamos a tener cierta perspectiva, puede aparecer la rutina y se produce un deseo de cambio y en ocasiones incluso de ruptura.

3. La crisis profesional
 
 
Hay un fenómeno que se está produciendo en los últimos años en el mercado laboral y que acelera la aparición de esta crisis; muchas empresas están apostando por directivos cada vez más jóvenes, premiando más la imagen que la experiencia y las mujeres y hombres de esta edad perciben que es probablemente su última oportunidad para cambiar de status laboral, pero a la vez se produce cierta angustia por un posible desempleo, debido a la competencia juvenil en el caso de tener que buscar un nuevo trabajo.

4. Cambios físicos
 
 
Cuando llegamos a esta edad empezamos a percibir el deterioro corporal, que dependerá en gran medida del estado de salud, de la alimentación y del ejercicio físico que hayamos realizado.
Tienen lugar unos signos típicos como la tendencia a engordar, van apareciendo las primeras arrugas y el cabello se cae o se vuelve más canoso. Surge entonces la necesidad de seguir sintiéndose atractivo.

Los cambios físicos también los notamos, aparecen los primeros achaques, el cansancio físico es mayor, se produce una disminución del rendimiento sexual, sobre todo en el hombre que es quien más lo padece y a quien más le afecta.

La salud que había sido hasta el momento un factor al que no prestábamos excesiva atención empieza a ser un tema importante, aparece la preocupación por las enfermedades, comienzan los chequeos médicos y en ocasiones una cierta actitud hipocondríaca.
 
 

5. Actitudes ante la crisis
 
 
Obviamente esta crisis no afecta por igual a todas las personas. Dependerá de la situación de cada individuo. En una persona que ha conseguido en mayor o menor medida los objetivos tanto profesionales como personales a los que aspiraba de joven, la incidencia de esta crisis será menor.
Por otro lado es en esta época cuando se produce una relación óptima a nivel laboral, una mezcla entre el empuje y la ambición de los jóvenes y la experiencia de los mayores, siendo un buen momento para conseguir objetivos profesionales.

Desde el punto de vista de la relación de pareja, si bien se ha perdido el factor novedad que generaba ilusión los primeros años, se llega a un periodo de plenitud con un conocimiento mayor de la otra persona desde el punto de vista psicológico, emocional y sexual, en el que se puede disfrutar de la relación completamente. En este periodo, la rutina es el mayor enemigo de la pareja.

Por lo tanto podemos concluir que es la predisposición de la persona ante esta etapa de la vida lo que la puede convertir en una época de crisis y frustración o en una etapa de esplendor.
 

Dª. Trinidad Aparicio Pérez 

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