Las hormonas, descubiertas hace menos de un siglo influyen en todo nuestro organismo, desde la estatura que tenemos hasta la cantidad de cabellos sobre nuestra cabeza. Una hormona es una sustancia química que, producida en algún lugar del cuerpo por un grupo de células, regula y controla a distancia el funcionamiento de otras células o tejidos. La característica que define a las hormonas es que son producidas por un grupo celular (una glándula), para actuar sobre otro grupo celular distante. Las hormonas actúan en pequeñísimas cantidades pero con enorme potencia, y siempre a distancia, lejos de su lugar de origen. En el cuerpo humano se conocen gran cantidad de hormonas, y cada año se descubren otras nuevas. Para notar cómo nos influyen las hormonas tengamos en cuenta que unos escasos miligramos de testosterona o estrógenos durante la vida intrauterina es lo que decide que nos formemos como hombres o mujeres. Por otra parte, el exceso o la falta de pequeñísimas cantidades de hormonas generan enfermedades.
Características de las hormonas
Son producidas por glándulas. Siempre actúan sobre otro grupo celular. Trabajan en pequeñísimas cantidades pero con enorme potencia. Ejercen su acción a distancia, lejos de su lugar de origen.
Estrógenos: las hormonas femeninas
Los estrógenos son tres hormonas (estradiol, estriol y estrona) que se sintetizan principalmente en los ovarios. Le dan a la mujer las características sexuales primarias (órganos genitales femeninos) y secundarias (voz afinada, menor fuerza muscular, mayor depósito de tejido graso) que las distinguen de los varones. Su síntesis está regulada por las hormonas de la hipófisis. Luego del climaterio sus niveles disminuyen, por lo que la mujer pierde las menstruaciones y la capacidad de concebir. Sin embargo, su producción continúa (aunque en menor cantidad), gracias a lo que la mujer continúa teniendo las características físicas propias de su sexo.
Testosterona: la hormona masculina
La testosterona es el principal andrógeno, hormona sexual masculina. Se elabora en los testículos, y al igual que los estrógenos, su producción está gobernada por la hipófisis. La testosterona brinda las características sexuales masculinas primarias (órganos genitales) y secundarias (voz grave, mayor masa muscular, más vello corporal, caída del cabello).
La hipófisis o pituitaria es una pequeña glándula, del tamaño y forma de un poroto, que se halla ubicada en la base del cerebro, justo en el medio. En esta pequeña glándula, celosamente rodeada por paredes óseas que la protegen (la “silla turca”), se decide el destino de toda persona. Secreta nueve hormonas, las que a su vez controlan la producción hormonal de todo el organismo.
El hipotálamo, sector del Sistema Nervioso Central justo por encima de la pituitaria, produce a su vez gran cantidad de hormonas que regulan la síntesis y liberación de hormonas hipofisiarias. Por lo tanto, la hipófisis es también controlada a su vez por otras hormonas. Algunas provienen del hipotálamo y otras de otros sectores del organismo.
Las principales hormonas de la hipófisis son:
Tirotropina: controla a la glándula tiroides.
Somatotropina: estimula el crecimiento.
Vasopresina o antidiurética: retiene líquidos y eleva la presión arterial.
Corticotropina: regula la corteza suprarrenal.
Melanotropina: estimula a los melanocitos.
Folículotropina, luteotropina, ocitocina, prolactina: hormonas relacionadas con funciones sexuales o reproductivas.
Progesterona: la hormona protectora del embarazo
La progesterona es producida por los ovarios en la segunda fase del ciclo menstrual. Su principal acción es preparar al endometrio (mucosa interna del útero) para que pueda recibir y nutrir al óvulo fecundado.
Prolactina: la hormona de la lactancia
Aumenta hacia el final del embarazo y estimula la formación de leche en los senos. Sus tenores son elevados mientras la madre amamanta; luego del destete vuelve a los niveles normales.
Tiroxina: la hormona estimulante
La tiroxina u hormona tiroidea es liberada a la circulación sanguínea desde la glándula tiroides, y actúa a distancia sobre gran número de órganos y tejidos. Estimula todos los procesos metabólicos del organismo: aumenta la temperatura corporal, estimula el crecimiento, acelera todos los procesos orgánicos como la respiración, la función cardíaca, la función digestiva, e incluso las funciones mentales como el pensamiento y el razonamiento. A nivel celular incrementa los procesos de producción de energía y la síntesis de proteínas.
Insulina: la hormona del azúcar
La insulina, secretada por el páncreas, tiene varias acciones metabólicas. La principal es facilitar el pasaje del azúcar de la sangre hacia las células del organismo. De esta manera regula los niveles de azúcar tanto en la sangre como en los tejidos.
Adrenalina: la hormona de la guerra
Es la principal hormona de la médula de la glándula suprarrenal. Tienen múltiples funciones metabólicas, entre las que se destaca que nos prepara la lucha (o la huida) y el esfuerzo muscular. Aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio y favorece el aporte de sangre y nutrientes hacia los músculos.
Feromonas: las hormonas del amor
Las feromonas, conocidas popularmente como las hormonas del amor, fueron descubiertas en los insectos hace apenas poco más de 30 años atrás (Keller, 1964). Son sustancias químicas que secretadas en pequeñísimas cantidades atraen a un espécimen del sexo opuesto. Primero fueron descubiertas en las mariposas, y posteriormente se encontraron en otros insectos. En el ser humano, a pesar de que se las buscó con insistencia, aún no se ha podido demostrar su existencia en forma convincente. De cualquier manera, todas las personas están de acuerdo en que la atracción tiene una cierta “química” inexplicable que despierta la pasión entre los amantes. Quizás algún día sepamos porqué.
La corteza suprarrenal, pequeña glándula ubicada sobre los riñones, secreta una gran variedad de hormonas que en forma grupal se conocen como corticoides (cortico, de corteza). Todos los corticoides son derivados del colesterol y tienen fórmulas químicas muy parecidas, pero pequeñas modificaciones de su estructura produce grandes diferencias en su funcionamiento. Los mineralocorticoides regulan la concentración de los minerales, como sodio, potasio y cloro, en la sangre y los líquidos corporales. Los glucocorticoides regulan la concentración de glucosa (azúcar) en el cuerpo, pero también regulan el metabolismo de las proteínas y las grasas.
Calcitonina: la hormona de los huesos
Es secretada por la glándula tiroides, y junto con la parathormona, regulan el depósito del calcio y fósforo en los huesos.
Somatotropina: la hormona del crecimiento
La somatotropina, conocida también como hormona del crecimiento, es una pequeña proteína liberada por la hipófisis que estimula el crecimiento de todos los tejidos. La principal acción a nivel celular es estimular la formación de proteínas, y para conseguirlo moviliza toda la producción de energía celular y el transporte de sustancias hacia la síntesis proteica. En la infancia y la adolescencia, la somatotropina cumple un papel esencial en el crecimiento de los cartílagos y de los huesos.
La opnion del especialista. Dra. Laura Maffei, endocrinóloga
• ¿Qué es la endocrinología?
La endocrinología es la ciencia que estudia las glándulas que fabrican las hormonas, son las llamadas glándulas de secreción interna, las hormonas sus sustancias que actúan lejos de las glándula que las fabricó, gracias al torrente sanguíneo viajan al órgano en el cual ejercerán su función. Por ejemplo, la glándula tiroides se ubica en la base del cuello y las hormonas tiroideas actúan en el intestino, el cerebro, la piel, el corazón y otros órganos.
• ¿Cómo nos afectan las neuronas?
Las hormonas tienen receptores en el cerebro, es decir en las células que lo conforman y que se llaman neuronas. Muchas de ellas son muy importantes para el desarrollo de las capacidades cerebrales como, por ejemplo, las hormonas tiroideas, otras como las hormonas sexuales (los estrógenos en la mujer y la testosterona en el hombre) son muy importantes para las funciones del cerebro.
• ¿Cómo inciden según el género?
Las diferencias en la organización del cerebro que causan las hormonas sexuales permiten explicarnos, en cierta medida, por qué los hombres y las mujeres presentamos una conducta sexual diferente, no apreciamos de la misma manera las situaciones que se presentan en nuestras vidas y poseemos distintas habilidades mentales. Por ejemplo, por lo general las mujeres tienen mayor fluidez verbal, mejor coordinación motora fina y mayor velocidad en la percepción e identificación de objetos que los hombres, mientras que éstos presentan un mayor razonamiento matemático y una mejor comprensión de relaciones espaciales y de navegación a través de una ruta. Si llegáramos a entender que hombres y mujeres tenemos un cerebro diferente quizá nos comprenderíamos mejor y tendríamos menos problemas.
• ¿Cómo afectan el estado de ánimo?
El estado de ánimo de la mujer adulta está muy relacionado con los niveles de estradiol y progesterona. La ansiedad e irritabilidad que se presentan en muchas mujeres al final de la última fase del ciclo menstrual, la llamada fase lútea, se ha asociado con la disminución en los niveles de progesterona y de los productos derivados de su procesamiento, al no haber ocurrido embarazo.
Se ha sugerido también que los cambios emocionales de las mujeres embarazadas y la disminución en la sensación de dolor, se debe al aumento en los niveles sanguíneos de progesterona y de sus derivados. Estos últimos tienen efectos tranquilizantes, relajantes, anestésicos y ansiolíticos (disminuyen la ansiedad).
Otros cambios emocionales importantes en las mujeres son los que generalmente se presentan durante la menopausia, como nerviosismo, ansiedad, irritabilidad y depresión, y se han asociado a la disminución en los niveles de estradiol y progesterona propios de esta etapa.
En lo que se refiere a los hombres adultos, todavía existe controversia sobre si presentan un fenómeno similar a la menopausia, al que se ha llamado andropausia. Lo que sí existe en los ancianos, además de la disminución en los niveles de testosterona, es una caída en la producción de espermatozoides y en la función sexual, lo que se acompaña en muchas ocasiones de cambios en el estado anímico.
• ¿Pueden hacernos sentir sueño?
Sí la progesterona y sus derivados tienen propiedades hipnogénicas, esto es, que inducen el sueño. El aumento en el sueño durante el embarazo se debe en buena parte a los altos niveles de progesterona en las mujeres embarazadas y también se ha observado que la administración de progesterona induce el sueño en los varones.
• ¿Y cómo afectan al cerebro?
En investigaciones recientes se ha encontrado que las hormonas sexuales influyen en la memoria. En el caso de animales de experimentación, uno de los ejemplos más ilustrativos es el hecho de que el estradiol aumenta el número de sinapsis en el hipocampo (estructura cerebral fundamental en los procesos de memoria y aprendizaje), lo cual brinda mayores posibilidades de procesamiento de información.
Las hormonas sexuales además se comunican, a través de diferentes mecanismos celulares, con otros mensajeros químicos como los neurotransmisores, los factores de crecimiento y otras hormonas, lo que permite que todos ellos regulen de manera conjunta una función cerebral en particular de manera muy fina y muy precisa.
• En verdad, ¿nos pueden hacer engordar?
Muchas hormonas tienen acción sobre el metabolismo y pueden favorecer el aumento de peso, si la hormonas regulan el metabolismo y ciertos disbalances colaboran en el aumentos de peso.
• ¿Cuáles son los síntomas de que algo no anda bien hormonalmente?
Cansancio, desgano, alteración del ciclo menstrual, de la libido, caída de cabello, hematomas fáciles, aumento de peso a predominio abdominal aumentos e vello, estrías rojas en el abdomen, aumento de la tensión arterial y otros.
• ¿Hay alguna manera de prevenir enfermedades de las hormonas? ¿Cómo se cuidan las hormonas para que su equilibrio siempre sea perfecto?
No hay manera de prevenir enfermedades de hormonales pero una vida sana, un sueño regular, la actividad física y una alimentación saludable permite un equilibrio general en el cual los cambios son percibidos y deben ser comentados al médico.
Fuente: www.revistabuenasalud.cl