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Instrucciones para preparar germinados, la mejor manera de comer semillas

Instrucciones para preparar germinados, la mejor manera de comer semillas

Con la germinación aumenta el valor nutricional de la semilla. La adecuada combinación de humedad, temperatura y oxígeno genera procesos enzimáticos, y en tan sólo unas pocas horas se modifica la composición química de la semilla; exquisita alquimia de vida. Lo que sucede con esto es lo siguiente: 

Se quintuplica (al menos) el porcentaje de agua; los almidones se transforman en azúcares simples; aumentan las proteínas hasta un 20% y se descomponen en aminoácidos libres. Se magnifica la presencia de vitaminas (en especial B, D y E) y también se multiplican las enzimas y los oligoelementos. Las grasas se convierten en ácidos grasos libres, aumentan sus porcentajes de calcio, potasio y hierro y se sintetiza la clorofila.

La riqueza energética (nutritiva) presente en los primeros días de desarrollo del grano germinado nunca volverá a encontrarse a lo largo de la vida de la planta. Consumir germinados regula tu sistema digestivo y endócrino, depura tu organismo y acelera tu metabolismo.

Como es de esperarse, la mayoría de los brotes no se suelen encontrar en supermercados, pero sí se pueden preparar en casa. Es fácil y económico… y realmente saben mejor así. Al comer germinados tu jardín interno sonríe, te revitalizas y se reescribe la química de tu cuerpo. Son alimento de dioses, vida en un bocado.

A continuación una guía para alimentar el brote verde en ti:

¿Qué puedes germinar y qué aporta cada grano?

– Garbanzo: rico en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C y, a diferencia del frijol, no fermenta.

– Chícharo (guisantes verdes): brinda fibra, hierro, magnesio y potasio, clorofila, proteínas, carbohidratos y vitamina A.

– Sésamo, almendra y girasol: aportan calcio, que también se encuentra en la alfalfa y la lenteja.

– Alfalfa: es uno de los más completos porque tiene los aminoácidos más importantes, las vitaminas A, B, C, E y K, también calcio, hierro (mucho), zinc, selenio, potasio y magnesio.

– Berro: depura la sangre porque elimina toxinas. Contiene hierro, fósforo, zinc, cobre, manganeso, yodo y calcio. Asimismo, vitaminas A, B2, E y especialmente C.

– Mostaza: tiene proteínas, lípidos y vitamina C.

– Lenteja: rica en proteínas, vitamina C, hierro y, según dicen, retrasan el envejecimiento.

¿Cómo germinar en casa?

– Compra las semillas, granos y legumbres en tiendas de productos naturales o mercados orgánicos. Evita comprar semillas transgénicas.

– Lava las semillas y colócalas en el frasco con agua (3 veces su volumen). La boca del frasco puede cubrirse con una tela delgada de media o gasa para que no entren los insectos. Procura usar envases medianos y/o grandes.

– Evita colocar simultáneamente más de una clase de semillas, granos o legumbres en un mismo frasco.

– Deja el frasco en un lugar obscuro y cálido: de 10 a 12 horas para la alfalfa, de 12 a 15 horas para las lentejas y soya.

– Luego escurre el agua y enjuaga bien con agua tibia (la tela evitará que salgan las semillas).

– Acomoda los granos a lo largo de la pared del frasco y vuelve a colocar el frasco en un lugar oscuro y cálido, enjuagándolos dos o tres veces los primeros días y luego una vez al día.

– Cuando los brotes tienen de 2 a 3 centímetros de largo se exponen a la luz solar indirecta por espacio de unas 2 horas para que las hojas se pongan de color verde. Esto favorece el aumento de vitamina C y el sabor.

– Los brotes de ajonjolí (sésamo) se amargan si están en germinación más de dos días, se aconseja consumirlos a más tardar 48 horas después de haber iniciado el remojo.

– Si lo deseas puedes eliminar las cáscaras de las semillas antes de comer los brotes. Ponlos en una cubeta con agua y entonces las cáscaras flotan y se pueden recoger en la superficie.

Y así de sencillo, los brotes están listos para tu consumo.

Fuente: www.macroestetica.com

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