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May 5, 2015
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Integración en la empresa

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Una sociedad inclusiva

Existe una percepción general de que los objetivos económicos de las personas o de las empresas están en contradicción con los objetivos sociales, tanto individuales como colectivos. Como consecuencia de ello, existe una tensión permanente entre los valores económicos (como la eficiencia, el beneficio, o la competitividad) y los valores sociales (como la justicia, la sostenibilidad, o el bien común).

Fuente: www.barcelonainclusiva2014.net

 

Esta tensión ha presidido y preside muchos de los enfrentamientos ideológicos y políticos a lo largo de la historia. Quisiera defender la tesis de que esta percepción, que obedece muy a menudo a la realidad, no es debida a una contradicción necesaria e insalvable, sino a una interpretación aislada y equivocada, así como a la exageración de algunos de estos valores. La correlación estadística entre sociedad eficiente y sociedad cohesionada es mayor cuanto mayor es el grado de desarrollo tanto político como económico.

Aceptemos que el objetivo central de una sociedad es el bienestar de sus ciudadanos, bienestar que se compone de muchos aspectos materiales (disponer de recursos, confort, salud…), e inmateriales (encontrar respeto, amor, libertad, desarrollo personal…). La economía es la actividad social que debe permitir generar y distribuir los recursos materiales, y también alguno de los inmateriales, como es el caso de la educación.

Las sociedades europeas modernas se han organizado de forma que, conservando la libertad de sus ciudadanos tanto en el plano político como en el económico, han introducido unos mecanismos fiscales y de regulación, que persiguen conseguir un grado importante de otros valores sociales, como igualdad. El resultado ha quedado muy lejos del objetivo, y por ello la tensión sigue estando presente y se ha agudizado mucho durante los últimos años. Pero no por ello debe considerarse un camino equivocado.

A la hora de decidir qué es lo que hay que cambiar, no se deberían olvidar cuatro principios:

1. La economía es un instrumento al servicio del bienestar personal y colectivo, y por ello sus actividades deben ser juzgadas en función de su contribución al mismo. Hay una gran verdad que a menudo escuchamos: “la economía debe estar al servicio de las personas, y no al revés”

2. Los objetivos económicos no pueden ser despreciados, como a veces ocurre, porque una economía ineficiente o poco competitiva no podría contribuir al bienestar general, en sus aspectos materiales.

3. Normalmente las contradicciones nacen de la introducción en la actividad económica de objetivos exclusivamente económicos que no generan valor social, es decir que no contribuyen a su necesaria finalidad social.

4. En otras ocasiones el problema se genera por la elevación a la categoría de “absolutos” de algunos valores o de algunos objetivos, con la consiguiente destrucción del equilibrio que supone una visión más global de todos. Cada uno de estos puntos exige una consideración extensa.

Joan Majó Cruzate

Article Categories:
Relaciones humanas
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