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La lactancia también es cosa de hombres

La lactancia también es cosa de hombres

Suena raro decir que la lactancia también es cosa de hombres, ya que producir leche hay que tener pechos. Muchas familias lo plantean como una pérdida.

Para producir leche hay que tener pechos. Muchas veces las familias se plantean como una pérdida que el papá no pueda compartir la lactancia de la crianza de los hijos, y ven a la alimentación artificial como una manera de que el papá pueda “establecer un vínculo” con el bebé. Pareciera que el papá se pierde algo si no puede alimentar a su hijo.

 

La OMS recomienda lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y da la alimentación del bebé al pecho de su madre como la primera opción irremplazable en sus alternativas de alimentación infantil. La mamadera no es necesaria a menos que por algún motivo de fuerza mayor, la mamá deba separarse temporariamente de su bebé. Entonces, si la mamadera no es una opción para vincularse, ¿dónde queda parado el papá?

El Papá como Sostén en la lactancia

El puerperio es un tiempo en que la mamá y el bebé necesitan todo el apoyo posible para poder hacer lo que tienen que hacer: conocerse y fusionarse. Y el papá puede ser un apoyo importantísimo. Laura Gutman lo pone en términos bien gráficos: la mamá y el bebé necesitan fusionarse, y para esto la madre debe poder sumergirse en esa relación con su bebé. Como un buzo que se sumerje en el mar en busca de un tesoro, la mamá necesita alguien que cuide su línea de oxígeno, que verifique que todo está en orden. Éste es el rol provilegiado del papá o de quien acompañe a esa mamá y ese bebé.

Una lactancia exitosa necesita de esa fusión, de esa inmersión en las profundidades de la relación entre la mamá y el bebé. El apoyo del papá es crucial para que la mamá pueda darse el espacio y el tiempo para vivir esta experiencia.

Línea de barrera

Es difícil decir que no a las visitas… Por un lado, sentimos la necesidad de aislarnos con nuestro bebé, por otro queremos mostrarle al mundo que tenemos el bebé más hermoso y compartir nuestra felicidad. Pero el puerperio necesita espacio, intimidad, silencios y pausas que no necesariamente se llevan bien con una casa invadida de gente. Un papá que pueda interceptar las visitas y pedir con amabilidad que vengan más adelante a conocer al bebé, o dosificar el flujo de gente de acuerdo con la comodidad de la mamá y el bebé contribuye a la lactancia casi tanto como si estuviera alimentando él mismo a su bebé.

Alimentar no es todo

Los bebés no sólo comen. También duermen, necesitan estar en brazos, ser cambiados, bañados, mimados, acunados, besados… Para todo esto no es necesario tener tetas. Los papás pueden hacer todas y cada una de estas cosas con sus bebés. 

Los portabebés son cosas de hombres

Cargar a tu bebé en un portabebé o cargador ergonómico es una experiencia maravillosa. Los papás que lo hacen y lo han hecho lo disfrutan, al igual que sus bebés.

Amor y respeto

“El mejor regalo que un hombre puede hacer a sus hijos es amar y respetar a la madre”. Autor anónimo.

Después de los seis meses

La lactancia exclusiva dura aproximadamente seis meses. Cuando el bebé empieza a comer otras cosas, el papá puede participar activamente de los momentos de comida. De hecho, la OMS recomienda que una vez que el bebé incorpora otros alimentos, lo haga participando de la mesa familiar y que la comida sea un momento de unión familiar.

Los hombres sabios apoyan a las mujeres que amamantan

Para amamantar se necesitan tetas. Pero también se necesita el apoyo del entorno. El apoyo y participación del papá del bebé es crucial. Apoyar la lactancia es cosa de hombres.

Fuente: http://www.tiempoconsciente.com/

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