La postura adecuada de meditación
En la postura de meditación el cuerpo adopta una estructura piramidal que ayuda a equilibrar e incrementar la energía, permitiendo la interiorización y la profundización de la respiración. La energía en esta postura al no poder disiparse fluye por dentro del circuito de nuestro cuerpo cargándonos e induciendo un nivel de conciencia más profundo.
Fuente : http://www.revistanamaste.com/
Una de las características más notable de esta posición es que nos permite permanecer relajados en completa inmovilidad durante largos periodos de tiempo.
Su ejecución correcta:
La mayoría de sus variantes se realizan sentados con las piernas cruzadas (sukhasana-siddhasana-padmasana). La cabeza y la columna vertebral permanecen en absoluta verticalidad neutralizando el tirón de la fuerza de la gravedad, lo que facilita la relajación de todo el cuerpo y por lo tanto, que la atención pueda interiorizarse profundamente.
Una recomendación:
Comenzar el entrenamiento de estas postura y de sus variantes, manteniéndolas cortos periodos de tiempo. Gradualmente se aumentará su duración, evitando siempre el sobre esfuerzo para no lesionar las complejas articulaciones de las rodillas y tobillos.
Podemos iniciar la práctica de meditación con unos ejercicios previos de calentamiento que flexibilizarán las articulaciones y facilitaran la ejecución de la postura.
Ejercicio 1. La mariposa:
Siéntese en el suelo con la espalda recta. (De ser necesario colocar un almohadón debajo de los glúteos, sentarse con la espalda contra la pared).
Juntar las plantas de los pies y llevar los talones lo más cerca posible del perineo, de manera que las piernas formen un rombo.
Tomarse de los pies con ambas manos, colocando los pulgares sobre el centro de la planta de los pies mientras el resto de los dedos abrazan los empeines. Mantener la espalda derecha, comenzar a balancear de arriba hacia abajo con soltura, simulando un movimiento de aleteo. Hacerlo suavemente al principio y aumentar progresivamente el ritmo y la intensidad del movimiento, intentando que las rodillas se acerquen cada vez más al suelo. Mantener una respiración abdominal, lenta y amplia. Evitar realizar el movimiento mecánicamente.
Ejercicio 2.
Siéntese en el suelo con la espalda recta. (De ser necesario colocar un almohadón debajo de los glúteos, sentarse con la espalda contra la pared).
Sentarse con las piernas extendidas y juntas. Flexionar la pierna derecha y colocar el empeine del pie derecho sobre el muslo izquierdo, a la altura de la ingle (la planta queda mirando al cielo). Apoyar ambas manos sobre la rodilla derecha y presionar sobre ella de manera intermitente, intentando sin violentar el cuerpo que el muslo y la rodilla se acerquen progresivamente al suelo.
La presión que ejercen las manos ha de ser suave y rítmica, poniendo énfasis en mantener relajados el tobillo y la cadera derecha.
Repetir 6 o 7 veces de cada pierna.
Postura de meditación Sukhasana. Postura fácil.
Característica: Es la mejor postura para iniciarse en la práctica de la meditación, ya que resulta accesible a todos los practicantes.
Técnica: Siéntese en el suelo con la espalda recta. (De ser necesario colocar un almohadón debajo de los glúteos, sentarse con la espalda contra la pared), con las piernas separadas en una “V”.
Doblamos la pierna derecha y colocamos el pie derecho debajo del muslo izquierdo.
Doblamos la pierna izquierda y colocamos el pie izquierdo debajo del muslo derecho.
Situamos las manos sobre las rodillas en gesto de conciencia (Doblar el dedo índice de ambas manos y colocar la uña en medio del dedo pulgar. Los tres dedos restantes quedan extendidos. Las palmas hacia arriba) o en gesto de conocimiento (se realiza de la misma forma, solo que las palmas de las manos hacia abajo).
Mantenemos la espalda derecha, utilizar la respiración para aquietar los pensamientos, concentrándonos en la respiración en un inhalar y exhalar de manera profunda.
La cabeza horizontal y en equilibrio sobre el eje de la columna vertebral.
Los ojos pueden estar suavemente cerrados permitiendo que ingrese un as de luz.
Fijamos la atención en el entrecejo.