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La Terapia del Deporte

Terapia del deporte
Dr. Mauricio Purto

El deporte, más allá de las esferas del morboso alto rendimiento, es buena medicina. Los estudios científicos y la evidencia empírica demuestran que el ejercicio regular incide positivamente en la salud humana. Por ejemplo, la práctica deportiva es un gran beneficio sobre el sistema cardiovascular y una disminución de enfermedades asociadas: hipertensión y coronarias.

También el deporte practicado en forma sostenida mejora o estabiliza enfermedades metabólicas como la diabetes. Sin olvidar sus efectos sobre el sistema nervioso, con una disminución de la ansiedad, la angustia, la depresión, la sensación de insatisfacción o el mejoramiento del sueño y del humor.

En las antípodas del sedentarismo, que manifiesta su daño en obesidad, neurosis, hipertensión arterial, infartos al miocardio, dolores de espalda, diabetes mellitus y un paulatino deterioro mental y corporal, al punto de envejecer prematuramente y rebajar las expectativas y la calidad de vida.

Sin embargo, la inconsecuencia es la norma, y nuestra tendencia es a la inercia, a la intelectualidad o no intelectualidad del estar solo en la mente… Muy lejos del presente y de nuestro cuerpo.

El tema es de Energía Inicial, como dice la física, para vencer la inercia, un círculo vicioso que hay que romper, y que nos lleva a gastar pocas calorías, a estar más ansiosos, a ingerir más alimentos, a aumentar de peso, a hacer menos ejercicio y a engordar más…

La inercia se vence sólo con fuerza de voluntad, con querer algo de verdad y no buscar o darse excusas para explicarse el estado de base. Luego viene la adicción a la sensación de ejercicio y post ejercicio.

Si me preguntan por qué aún entreno o por qué hago ejercicio, digo que es por adicción, a un estado mental que queda alrededor del ejercicio, incluso más allá de las promesas de buena salud. Las actividades aeróbicas, como el trote, la natación, el ciclismo, producen un aumento efectivo en el máximo consumo de oxígeno (VO2 máx.) Este cambio se ve acompañado por modificaciones en el músculo esquelético y del sistema cardiorrespiratorio, mejoras que llevan a una mayor eficiencia cardiovascular. Es decir, el ejercicio nos hace más potentes en todos los sentidos (también sexualmente) y, quizás lo más relevante, nos permite envejecer mejor.

Mi ejercicio es subir montañas, pero en general son los ejercicios de largo aliento los que conducen al nirvana, a esa sensación de estar satisfechos, donde nada falta y todo está bien. Cuando conocemos eso, siempre deseamos volver.

Si a eso agregamos los beneficios de la relajación, del sueño profundo y la mejora del estado de ánimo que produce y sus muchos efectos benéficos sobre el organismo, podemos afirmar, sin temor a errores, que el deporte es la mejor terapia…
(artículo publicado en:
http://blogs.elmercurio.com/deportes/2009/03/23/terapia-del-deporte.asp)

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