Matías de Stefano: “Latinoamérica es la madre gestora de lo nuevo…”
Un joven que sorprende por el vasto conocimiento que demuestra tener, así como también por su capacidad oratoria y su poder de convencimiento. Una de sus principales ideas es el cambio de la economía, “el corazón de nuestro orden actual, porque administra la sangre que permite que el sistema siga vivo”.
Fuente :http://www.revistasomos.cl/
Por Carlos Rold
Matías es argentino y tiene 25 años. Se autodefine como “niño índigo”, un “anclaje de la nueva consciencia”, “organizador y guía de la nueva era”. Comenta que recuerda todas sus vidas pasadas y conoce toda la información existente de todo el universo. Su sitio web Ghan.com.ar señala que un ser espiritual de nombre Ghan, encargado de enlazar la información de y hacia la “Fuente”, es quien ocupa el cuerpo físico y la personalidad de Matías para transmitir su mensaje a la humanidad.
Los videos de Matías en la web son numerosos y muy vistos. Tiene seguidores por todo el mundo y constantemente viaja por los 5 continentes transmitiendo el mensaje de Ghan. Esto le ha hecho adquirir varios detractores que lo acusan de charlatanería e incluso lo han llegado a emparentar con las “fuerzas del mal”.
En un ágil diálogo con Somos, llevado a cabo un par de horas antes de que este interesante personaje comenzara su último seminario en Santiago y bajo la presión del tiempo, se compartieron ideas dentro del clásico formato “pinponeado” de preguntas y respuestas.
Presente y futuro
– ¿Qué recomiendas para conectar con la misión personal dentro del Plan Universal?
– Estamos entrando en una era acuariana y es importante empezar a fluir cada vez más. Todo lo que hemos venido haciendo nos lleva a cumplir nuestra misión de vida. Para que sea algo consciente, tenemos que intentar romper las estructuras de nuestras actividades, no creer que lo que hacemos o nuestra forma son la única vía, sino verlas como herramientas para lograr lo que seré, estando atento a las señales que me van guiando, esas cosas inesperadas que tienen que ver con nosotros y nuestros deseos.
Hay que vivir desde una visión responsable y siempre a través de una esencia infantil, es decir, disfrutando como niño y riendo. Y percibiendo más allá de lo que estamos haciendo ahora mismo. Estas formas son las que hacen que toda la estructura de nuestro alrededor se reacomode para poder cumplir nuestra misión.
– ¿Cómo será la familia en la Era de Acuario?
– En el universo no hay jerarquías, sino diferentes trabajos, pero todos se respetan y se comunican transversalmente. Acá, en la Tierra, estamos experimentando la jerarquía, y la mayoría sigue creyendo que la única manera de hacer algo bien es obedeciendo al que está por encima. Esto se aplica a todo el sistema y, por ejemplo, en la familia está el padre, que le dice a la madre, que le dice al hijo y éste a su hermana, en una especie de escalera que genera una noción dictatorial de la vida.
En el nuevo tiempo, como empieza la libertad del ser, todos nos convertiremos en compañeros de aprendizaje, y la tecnología cumple un papel muy importante en esto, porque nos hace a todos horizontales en la búsqueda de información. Al no vernos las caras de la edad, vemos el ser, el potencial que cada uno tiene. Cuando eso se traslade a la familia, no seremos jerarquía, sino compañeros apoyándonos en el proceso común. Respetar el tiempo de aprendizaje del otro y acompañarlo, no dirigirlo, ese es el cambio de la familia.
Matías de Stefano, “anclaje de la nueva consciencia”, “organizador y guía de la nueva era”, como él mismo se define al ser portavoz de Ghan, un ser espiritual. (Fotografía: Ricardo Aliaga Bascopé)
– ¿Cuál es tu mirada respecto a los movimientos político-sociales?
-Estamos entrando a un período de 2.500 años en que vuelve la etapa femenina al planeta. La presencia fuerte de mujeres en política indica que el mundo se está preparando para lo nuevo, para la horizontalidad del sistema.
Los políticos simplemente están encarnando lo que toda la sociedad tiene en su interior. Debiéramos ver el espejo, el reflejo que nos generan, porque nosotros seguimos permitiendo que se mantengan en sus cargos. El sistema político corresponde a la glándula pineal y es la proyección de nuestro nivel de consciencia.
Me gusta que la actividad política nos muestre esa cara oculta y se caiga a cada rato, ver cómo se pisan la cola y se desmoronan a cada instante. Para mí es interesante que siga pasando eso hasta el momento que la sociedad esté preparada para hacer algo por sí misma.
– ¿Qué pasará con la humanidad?
– Debemos tratar de recordar a qué hemos venido, cuál es nuestro propósito en la Tierra, más allá del individuo. Solo hemos tratado de transformar el mundo a nuestra merced, sin importarnos hacia dónde la Tierra desea avanzar.
Se nos ofrecieron muchos elementos importantes para ayudar a la Tierra a transmutar hacia un nivel superior, en forma de educación, política, economía, sociedad, cultura, arquitectura, música, artes, etc., que se trajeron al planeta para lograr ese cambio de frecuencia. Nuestra consciencia cambia en función de nuestra adaptación a la consciencia de la Tierra. Por un lado podemos hacerlo internamente a través de la sanación-respiración; y por otro, para transformar todo el sistema, que es el cuerpo de la humanidad, empezar a ver la relación que tenemos con la economía, la política, la educación, y a partir de eso comenzar a influir sobre el conjunto.
Hoy la economía está encarada en función de unos pocos humanos que necesitan ese sistema; y es así porque la gran población humana está así por dentro: no sabe dar ni recibir, acumula por miedo a que le saquen, domina por miedo a que otro venga y le robe. Lo que nosotros hacemos dentro de nuestro cuerpo, nuestra administración emocional, física e intelectual, cualquier forma que tengamos adentro, la proyectamos en el exterior; por eso mismo el sistema es así, no porque solamente a un grupo de personas -el G-8 como le dicen algunos- se les ocurra, sino porque la mayoría de los habitantes del planeta están de acuerdo tanto en sus pensamientos y emociones como con su cuerpo.
Por otra parte, hay muchos proyectos de sociedades nuevas y comunidades, pero varios cometen un error: se encierran en un lugar y se apartan, no hay una comunicación con la sociedad que necesita cambiar, y esto no le sirve al proceso evolutivo de la humanidad. Tenemos que interactuar más con el sistema, comunicar lo que tenemos que hacer como conjunto. Compartir nuevas propuestas, superar todos esos mecanismos creados que ocultan cada iniciativa humanizadora que surge.
– ¿Cuál es tu propuesta en este sentido?
– Tenemos que unir las bases de todos esos sistemas económicos generados en la historia. En la Tierra ya está todo. Podríamos unir capitalismo y comunismo. En el futuro el sistema económico tendrá mucho que ver con la frecuencia que emana cada tierra y cada ciudad. Cada región y cada pueblo emiten ondas de megahertz que impulsan una frecuencia específica para los habitantes de ese lugar; entonces, analizando esa frecuencia podemos entender lo que esa tierra nos ofrece para cultivar y cómo construir las ciudades.
Nuestro planeta tiene hoy 7 mil millones y medio de habitantes y la mitad de esa población sigue aquí por cortesía de la Tierra, es decir, se les permite seguir acá porque es una de sus últimas oportunidades de alinearse con la nueva frecuencia; si no lo logran dentro de estos próximos 50 o 100 años, se mudarán de escuela.
Clave: cambiar la economía
– ¿Cómo se podría lograr que los niños vayan siendo partícipes activos de este proceso?
– Ellos son los principales agentes de cambio. No pueden cambiar la economía por sí solos, pero sí pueden lograr que sus padres lo hagan. Los niños que tienen el privilegio de estar siendo educados en la nueva consciencia debieran compartir actividades con los niños de escuelas públicas. La mayoría de las actividades que se hacen para el despertar de la consciencia son pagadas, y los únicos que están dispuestos a invertir son padres que ya han iniciado su despertar.
La cuestión es cómo hacemos para ayudar a que la gente conozca lo nuevo y para darles las herramientas a los niños que están en la calle ó en escuelas comunes donde los padres no tienen idea de cómo hacer esto o ni siquiera se les cruza por la cabeza.
Hay que dejar de hablarles a los niños como si fuesen inferiores y empezar a tomarlos en cuenta; no se trata de decirles “de ustedes depende el cambio”, pero sí contarles que nos honra que ellos hayan venido a cambiar junto a nosotros.
Sería útil enseñarles desde pequeños cómo funciona la economía y las incongruencias del sistema actual; por ejemplo, si le explicas el sistema bancario a un niño, te mirará y dirá “no entiendo”, pero muchos adultos también dirán “no entiendo”; lo que pasa es que nadie comprende realmente. Hay que mostrarles las realidades adultas como un juego, tanto en política, en economía como en sociedad, preguntarles a ellos cómo lo harían y ofrecerles la posibilidad de idear cómo se les ocurre que deberían ser las cosas.
Enseñarles a producir un dulce o un pan, que ellos mismos lo administren equitativamente con los demás; hablar de matemáticas, química, física y lenguaje mientras están en la cocina, ¡cosas que aún se enseñan en un pizarrón!, ¡eso es 2° dimensión y ya estamos en 4°! Los niños de hoy nacen sabiendo utilizar una tablet, navegar por internet, postear videos en youtube; entonces no se puede seguir enseñando de la forma 2 + 2= 4.
Los niños están experimentando un desfase de realidad y por eso se frustran, porque no entienden toda esta forma tan primitiva; más encima profesores, padres y “expertos” les dicen que tienen déficit atencional, pero en realidad ellos están viendo los números en el aire y la geometría a su alrededor y los castigan porque no prestan atención al 2 + 2 que está en el pizarrón, ¡pero no lo hacen porque es un absurdo!
La educación debería hacer lo que su nombre indica: educare (latín) = sacar de adentro hacia fuera. Hoy es al revés, la educación mete a la fuerza, porque necesita esclavos y militares, dar órdenes que queden dentro de los cerebros para ser acatadas. La educación tiene que ver con que cada uno saque de su ser, de su intuición, lo que debe hacer, y los adultos deben estar ahí para que logren co-crear lo que hay en su interior.
Es un largo período de transición. La mayoría de los adultos no están preparados para esto. Por eso, lo importante es cambiar la economía, generar en la gente una consciencia de la nueva economía; sin éste cambio, la educación seguirá igual.
Hoy los profesores ganan un sueldo mínimo; esto refleja el valor que el sistema le otorga a la educación. Además, no tienen posibilidad de seguir aprendiendo porque están alterados, tienen 40 niños en clases también alterados, porque cuando llegan a sus casas los padres no quieren saber nada de ellos: estuvieron trabajando todo el día para darles de comer y puedan ir a la escuela. Todo el sistema te dice “hay que ir a la escuela”, pero el niño pregunta “¿por qué?” y le responden “porque sí”. El sistema económico necesita gente trabajando todo el tiempo y mientras esto siga igual, la educación no se relajará.
La tierra prometida
– ¿Qué podemos esperar de los próximos 50 a 100 años?
– Un proceso álgido que se irá incrementando: primero, el agujero económico irreparable que se provocará en EEUU y Europa producirá la regeneración de la economía sudamericana.
Luego, el poder del norte tratará de imponerse en el hemisferio sur y los pueblos del norte comenzarán a llegar acá. Esto nos ayudará a despertar en torno a la real importancia de nuestra tierra latinoamericana y nos replantearemos ¿qué vamos a hacer?, ¿haremos lo mismo que hicieron ellos, los del norte, que por eso están escapando de su tierra?
Ahí empieza el cambio, por la economía. Si el primer paso no es cambiar la administración de la economía en nuestras tierras, entonces nada de lo que podemos llegar a pensar resultará; todos debemos comenzar a co-crear una idea nueva de sistema económico.
Latinoamérica es la madre gestora de lo nuevo, y todas las civilizaciones antiguas lo supieron desde siempre. Nuestra tierra generaba un amor especial en el resto de las culturas que siempre anhelaban venir, porque comprendían de manera intuitiva y según el mensaje de las estrellas, que este lugar se convertirá en la posibilidad para que todas las razas se unan nuevamente para volver al centro y reconectarse con la divinidad, desde lo social, lo político, lo económico, lo cultural. Sudamérica tiene la oportunidad de unirlos a todos y volver a empezar