¿Cómo? ¿Que tenemos que aprender a respirar? ¡Pero si es un acto reflejo que hacemos inconscientemente, de otro modo no estaríamos vivos! Pues sí. La respiración es un proceso biológico casi automático, pero lo que quizás no sabías es que respirar de forma correcta, profunda y consciente tiene grandes beneficios para la salud.
El principal es una mayor oxigenación de todos los sistemas corporales, lo que conduce a una mayor cantidad de sangre por la oxigenación de los pulmones; se digieren y se asimilan mejor los alimentos por la oxigenación del sistema digestivo; una mejora en el sistema nervioso central debido a la oxigenación del cerebro, la columna y los nervios; el rejuvenecimiento de la piel y de las glándulas; menor esfuerzo del corazón, lo que reduce el riesgo de enfermedad cardíaca; reduce el dolor, ¡y hasta te ayuda a controlar tu peso porque ayuda a quemar las grasas de forma más eficiente! Te lo digo por si acaso estabas buscando más razones para respirar bien.
El estrés hace que respiremos de forma muy rápida y superficial, lo que evita que obtengamos el suministro necesario de oxígeno para funcionar de manera óptima. Esto embota nuestra mente y nos causa desde ansiedad y fatiga hasta dolores de cabeza y pensamientos negativos. Así que te sugiero que hoy te propongas aprender a respirar practicando estos sencillos ejercicios que no te tomarán más de unos pocos minutos al día y te ayudarán de una forma insospechada.
Ejercicio básico de respiración (abdominal): Con una mano en el pecho y otra en el abdomen, toma aire por la nariz para comenzar a llenar la parte baja de tus pulmones (verás que tu abdomen se va inflando) hasta llegar a la parte superior de los pulmones (tu pecho). Retén el aire por unos tres segundos y suéltalo por la boca. Haz de seis a diez respiraciones lentas por minuto, cinco minutos al día.
Respiración alternada por las fosas nasales: En una posición cómoda, tapa primero tu fosa nasal izquierda con el pulgar izquierdo, inhala por la fosa derecha hasta llenar completamente tus pulmones. Luego tapa tu fosa nasal derecha con el pulgar derecho y exhala todo el aire por la fosa izquierda. Repite este patrón varias veces, inhalando por una fosa nasal y exhalando por la otra, alternándolas. Esta respiración es energizante, así que es mejor hacerla durante el día, y no por las noches antes de dormir.
Respiración para conciliar el sueño: Cierra los ojos y enfócate en tensionar y relajar cada una de las secciones de tu cuerpo, una por una, manteniendo una respiración abdominal profunda y lenta. Comienza por los dedos de los pies, luego los pies, las rodillas, los muslos, ve subiendo por los glúteos, los brazos, el pecho, el cuello, la mandíbula hasta llegar a la parte superior de la cabeza. Cada vez que tensiones, inhala, y cada vez que relajes, exhala. Este sencillo ejercicio te ayudará a dormir más profundo.
Fuente: www.inspirulina.com
Por Laura Posada
@posadalifecoach