Las sillas para el auto tienen fecha de vencimiento, no hay que hacer vomitar a un niño, ni ponerle hielo en una quemadura, son algunos de los datos que los padres deben tener en cuenta.
La casa puede ser un lugar peligroso para un niño. De hecho “más del 50% de los accidentes en menores de dos años se producen en el hogar”, advierte la doctora Katherin Falck, jefe de la Central Médica Help. Prevenir estos accidentes y saber actuar cuando ocurren, puede mejorar el pronóstico de un niño.
Sillas de auto
“Un niño suelto dentro de un auto, es como un bólido al momento de un choque”, advierte el doctor Carlos Hinzpeter, pediatra de Clínica Las Condes y autor de la página www.noaccidentes.com. Por eso, agrega, la silla del auto puede salvar la vida. “La Asociación Americana de Pediatría, acaba de recomendar que todos los niños menores de dos años, deben viajar en la silla mirando hacia atrás, y ningún niño menor de 13 años debe ir en el asiento delantero”, advierte. Pero, además de usarlas, hay que hacerlo bien: “se debe respetar la fecha de vencimiento de la silla (habitualmente seis años), desecharlas si el auto en el que estaba sufrió un choque y ajustar los seguros y las correas, según las instrucciones del fabricante”.
Quemaduras
Niños en la cocina o en los brazos de sus papás, mientras éstos beben líquidos calientes, son las principales causas de las quemaduras en la casa. También son un riesgo los hervidores, cuyo cable queda al alcance de los más pequeños y el uso de los quemadores delanteros de la cocina. Si se produce una quemadura, hay que “poner la zona afectada, inmediatamente bajo el chorro de agua fría corriendo para así detener el daño en los tejidos”, advierte la doctora Falck.
Luego cubrir la herida con una tela limpia que no genere pelusas y llevar al niño de urgencia. “Jamás se debe poner hielo sobre una quemadura porque puede producir una lesión por el frío”, advierte el doctor Héctor Araníbar, pediatra del Departamento de Urgencia de la Clínica Alemana. Y agrega que tampoco se deben aplicar aceites, cremas o ungüentos sobre la herida. “Esto puede dificultar la evaluación de la zona quemada y aumenta el riesgo de infección”.
Andadores
A diferencia de lo que ocurre en Chile, en países desarrollados los andadores están prohibidos; alerta el doctor Hinzpeter, quien aconseja no comprarlos. “Los niños moviéndose en andador, tienen más riesgo de caerse, pegarse en la cabeza o tirar de un mantel y que le caigan cosas encima. Y ningún estudio ha demostrado que su uso ayude a caminar o a fortalecer las piernas”, sentencia el doctor Araníbar.
Intoxicaciones
Las principales intoxicaciones infantiles son por consumo de medicamentos y de productos de aseo. Si el niño consume alguno de estos productos, nunca hay que “hacerlo vomitar, porque al meterle los dedos a la boca queda abierta la vía respiratoria, lo que puede derivar en que aspire el vómito y se produzca una neumonitis química, cuya mortalidad es importante”, dice el doctor Juan Carlos Ríos, subdirector del Centro de Información Toxicológica de la UC (CITUC). “Se le puede dar un poco de leche, agua o jugo y dependiendo de su estado, llevarlo a urgencias”. También es posible pedir orientación al CITUC (F: 635 3800) las 24 horas.
Asfixia por inmersión
Las asfixias por inmersión son los accidentes menos frecuentes, pero su mortalidad es más alta. Estos pueden ocurrir no sólo en piscinas sino también en la tina o incluso si el niño cae dentro de un balde, advierte el doctor Araníbar.
Si esto ocurre, lo primero es sacarlo del agua. Si no responde a estímulos, hay que llamar a la ambulancia “e iniciar a la brevedad maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas”, dice la doctora Falck.
Para eso, ponerlo de espalda en una superficie dura, despejar su vía aérea y si es menor de un año, cubrir su boca y nariz con la boca y expulsar dos bocanadas cortas de aire. Si es mayor, hacer lo mismo, pero cubriendo solo su boca, ocluyendo la nariz. “Hay que alternar dos ventilaciones y luego comprimir 30 veces el tórax en la zona del esternón con el talón de la mano en forma enérgica, continuando en forma alternada este ciclo de dos ventilaciones y 30 compresiones hasta que tenga algún tipo de respuesta o nos releve un profesional de salud que continúe con las maniobras”.
Fuente: Diario El Mercurio