Libertad en la pareja
La libertad es una condición natural del ser humano, sin embargo, a medida que la relación avanza, vamos lentamente perdiendo libertad individual. Todo es de a dos. Las amistades, las actividades extralaborales, todo se comparte, sin dejar lugar para desarrollar las individualidades, los espacios íntimos tan necesarios. Pareciera que pasar un tiempo en soledad, o haciendo alguna actividad que nos de placer, es egoísta. Uno puede sentir que está quitando tiempo valioso a la pareja. También erróneamente se suele pensar que si deseamos un tiempo para nosotros, ya sea para estar con amistades o para estar solo, significa que no amamos lo suficiente a nuestra pareja.
Fuente : www.despertarespiritual.com.ar
El concepto de pareja fue cambiando a través de los años. Hace algo más de doscientos años la visión romántica de la pareja prácticamente no existía. El matrimonio era un convenio entre familias para lograr mayor poderío en la posesión de tierras; y la mujer debía cumplir con su deber de procrear hijos varones para perpetuar el linaje. El nuevo matrimonio era arreglado por los padres en función del poderío económico y la escala social a la que pertenecían. En nuestro tiempo, la familia es la institución más importante, y se construye sobre la base del amor y la confianza. Cuando elegimos una pareja, lo hacemos con el profundo deseo de que ésta nos acompañe durante toda la vida.
A simple vista, los matrimonios arreglados de antaño parecían bastante desdichados, y al tomar consciencia de esto, nos sentimos afortunados de la libertad que tenemos hoy para elegir a nuestra pareja. Pero, con el amor romántico se generaron nuevos patrones de conducta que creímos, estábamos forzados a aceptar. Los celos, la posesión, la dependencia, y la falta de libertad parecen ser muchas veces condimentos propios de la vida de a dos. Así como en la antigüedad las adolescentes no cuestionaban a su padre cuando éste les informaba su inminente enlace; nosotros, en la actualidad, poco solemos cuestionar la falta de libertad en la pareja. ¿Es ésta una condición inherente al matrimonio?
La libertad es una condición natural del ser humano, sin embargo, a medida que la relación avanza, vamos lentamente perdiendo libertad individual. Todo es de a dos. Las amistades, las actividades extralaborales, todo se comparte, sin dejar lugar para desarrollar las individualidades, los espacios íntimos tan necesarios. Pareciera que pasar un tiempo en soledad, o haciendo alguna actividad que nos de placer, es egoísta. Uno puede sentir que está quitando tiempo valioso a la pareja. También erróneamente se suele pensar que si deseamos un tiempo para nosotros, ya sea para estar con amistades o para estar solo, significa que no amamos lo suficiente a nuestra pareja. “¿Por qué yo no puedo ir?, ¿qué tienes que ocultar?, ¿ya no me amas más?”
Para conservar un matrimonio sano y feliz, es de vital importancia mantener las individualidades. Darle espacio al otro para que se desarrolle como ser humano independiente, más allá de la pareja. Acompañarnos mutuamente sin asfixiar, que el tiempo que pasamos juntos sea pleno y gozoso y no esté condicionado por los convencionalismos sociales.
Como en todos los órdenes de la vida, lograr el equilibrio justo, puede ser difícil de conseguir. Te damos algunas claves para que logres la tan deseada armonía.
Confía en el amor que se tienen y en las cosas que los unen.
Disfruta de tus espacios individuales, así como también incentiva a tu pareja que los tenga y los disfrute sin culpa.
Trabaja para lograr una autoestima fuerte. Que la libertad del otro no te cause inseguridad ni angustia.
Toma conciencia que lo más importante que tienes eres tú mismo y que lo mejor que podes hacer para tener una pareja feliz y duradera es respetar los espacios de cada uno.
Al principio puede resultarte difícil, pero vale la pena intentarlo.
Hazle saber a tu pareja cuáles son tus planes para no generar inseguridades innecesarias.
Recuerda que todos necesitamos tiempo para nosotros mismos, para estar con amigos o salir solos de vez en cuando. Sentir que tenemos un compañero que nos entiende y que respeta nuestros espacios es muy reconfortante; suma confianza a la pareja y renueva nuestras ganas de estar juntos.
“Las flores reflejan bien la verdad. Quien intente poseer una flor, verá marchitarse su belleza. Pero quien mire una flor en el campo la poseerá para siempre. “ Paulo Cohelo.
María Eugenia Miqueo