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Pauta de apoyo para la familia

En la historia de la humanidad no existe experiencia más importante y dolorosa que ver a alguien que amamos y que forma parte de nuestra historia, pasar por una enfermedad que amenaza su vida. Frente a ello, nuestro mundo se desorganiza, nos sentimos impotentes frente al sufrimiento, enojados con la realidad y tristes a la vez, nos sentimos confundidos, llenos de preguntas, a veces sin salida y no sabemos cómo actuar.

Sin embargo, este período también se puede constituir en la oportunidad de entregar lo mejor de cada uno de nosotros a quienes más amamos y de poder ayudarnos en los momentos difíciles, fortaleciendo nuestros lazos en base al amor y la fuerza familiar.

Es por eso que queremos ofrecerle nuestra ayuda en este proceso que comienza, para ello…

* Lo principal es respetar el ritmo de cada miembro de nuestra familia…
Y en el modo de enfrentar la enfermedad; todos reaccionamos de diferente manera ante las dificultades, lo que cada uno necesita es comprensión, escucha, compañía y no reproche.

* Lo fundamental para el paciente es compañía…
Alguno de nosotros estará a su lado, quien cuidará su cuerpo. Pero también acogerá sus emociones, temores, dudas, esperanzas y deseos. Para ello es vital dar el espacio para conversar, jamás evitar el tema, pese a que es doloroso, el paciente lo necesita, eso le ayudará a él (ella) a calmar sus inquietudes y expresar lo que está viviendo y sintiendo.

* Permitir la participación de cada miembro de su familia…
Esta acción da la posibilidad de aportar y sentirse como un grupo familiar unido que comparten esta nueva experiencia. En el caso de los niños, esto les ayudará a fortalecer su sentido de pertenencia y formar una identidad familiar arraigada. Por otra parte, llevar toda la responsabilidad y cuidado del paciente es una carga muy dura, que se alivia cuando se comparte y cuando uno además se da el tiempo de cuidar de sí mismo.

* Las emociones y sentimientos son naturales…
En algunos momentos surgen con mucha intensidad, para eso es importante recordar que no hay sentimientos adecuados o inadecuados, aceptarlos y compartirlos ayuda a liberar la tensión que provocan. Llorar solo ahonda la sensación de desamparo y aislamiento, aumentando el dolor y la pena… llorar, tanto como compartir con otro (familiar, amigo, paciente) es una experiencia común y fortalecerá el lazo que los une.

* Todos necesitamos esperanzas para vivir…
Las esperanzas nos alientan a continuar a nuestro proyecto de vida. Cuando alguien de nuestra familia ha perdido las esperanzas, entre ellos el paciente, es nuestro deber ayudarlo a encontrar una nueva esperanza para que siga viviendo, de modo que genere nuevos proyectos que le den sentido a su vida. Éstos deben ser adecuados a su condición y sus limitaciones, a corto plazo y de fácil realización, así se motivará al verlos cumplidos.

* No sobreproteger al paciente…
En vez de ayudarlo estará reforzando su debilidad e incapacidad. Este es un juego psicológico destructivo, pues impide a las personas resolver por sí mismos sus problemas y los mantiene en una posición pasiva y dependiente.

* Tratar al paciente como una persona responsable…
No como a un niño pequeño, a quien no dejan formar parte de las decisiones. Tampoco como un enfermo que no puede participar de la vida cotidiana de su hogar, si se puede levantar que lo haga, que comparta con la familia y reciba visitas, que haya luz, aire fresco, música y risas en su vida. Tiene derecho a descansar, y en ocasiones lo hará, pero debemos evitar que se aisle del mundo y se deprima.

* Respetar al paciente en su rol dentro de la familia y en la sociedad…
Hacerlo partícipe de las actividades y decisiones que siempre le correspondieron. Hágalo parte de la vida cotidiana en su familia, pídale favores y consejos, eso lo hará sentirse útil, integrado e importante para los demás.

*Reforzar la salud, no la enfermedad…
Anime los esfuerzos del paciente por cuidar de sí mismo, hágale notar, cuando se vea mejor, ayúdelo a realizar actividades que no se relacionen con la enfermedad, ofrézcale otras actividades que lo distraigan.
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… Compartan este tiempo juntos, es la ocasión para hacer y decir todo aquello que han guardado “esperando el momento oportuno”.

El presente siempre es el mejor momento para ello, así mañana tendrán la tranquilidad de haberlo hecho y disfrutarán de una relación más sincera y cercana…

Jennifer Middleton, psicóloga

http://www.jennifermiddleton.cl/#apoyofamilia 

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