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¿Por qué algunas personas piensan que la sexualidad es mala?

Algunas personas piensan que la sexualidad es mala. Este es el motivo por el que para ellas termina convirtiéndose en un tabú, condenando a solo obtener sufrimiento de una parte de su bilogía que, por el contrario, está muy relacionada con el placer.

Aunque el sexo como tema de conversación sea mucho menos tabú, lo cierto es que siguen siendo muchas las personas desinformadas al respecto. Tener acceso a películas pornográficas o escuchar lo que se dice por ahí no son factores que ofrezcan verdadera formación en la sexualidad. De hecho, en muchos lugares las clases de educación sexual dejan mucho que desear.

También está el tabú impuesto por diversas religiones y por las familias, en varios lugares del mundo. Todo ello, en conjunto, lleva a que algunas personas piensen que la sexualidad es mala o que forma parte del mundo de lo prohibido. Pensar de este modo limita el desarrollo personal y obstaculiza la vida en pareja.

Dentro de los factores que llevan al prejuicio de que la sexualidad es mala también está el patriarcalismo. Este ocupa un lugar central en este tipo de creencias, ya que instaura un mandato para las “mujeres buenas” y, en consecuencia, para los hombres que tienen vínculos con ellas.

Así mismo, influyen los errores o las imprecisiones en los conceptos de placer y dolor, así como las éticas restrictivas. Sobre esto hablaremos enseguida.

No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento”.

-José Ortega y Gasset-

Pensar que la sexualidad es mala limita el desarrollo personal y las relaciones de pareja.

La sexualidad y el miedo

Por desgracia, la sexualidad es un tema con vértices que pueden inspirar el miedo. No es necesario padecer erotofobia para que así sea. Quizás el miedo más extendido es el de no tener un desempeño adecuado con la pareja. Dicho de otra manera, es miedo al rechazo por no responder a las expectativas íntimas de la pareja.

El origen del miedo también puede estar relacionado con una asociación mental entre sexualidad y transgresión. Varias religiones prohíben abiertamente el sexo fuera del matrimonio o, incluso, el sexo por placer. Abordan la sexualidad en su sentido más básico: un contacto biológico indispensable para preservar la especie.

La consecuencia de esto es que la sexualidad, pero sobre todo el placer sexual, origina culpa. Gustar del sexo o disfrutar del sexo llega a ser visto como una aproximación a “la perversión” o a “la animalidad”, pese a que es justamente esa visión del sexo básico la que está más cerca de la zoología. Aun así, se percibe la sexualidad placentera como una suerte de degradación, una “caída” o una pérdida.

Entonces, ¿por qué algunos piensan que la sexualidad es mala?

El hecho de que haya tantos miedos asociados a la sexualidad le da una connotación negativa al tema. Ahora bien, los miedos no nacen porque sí. Hay factores que ayudan a que surjan y también que los nutren. Dentro de esos factores están los siguientes.

Aprendizajes previos

Es uno de los factores decisivos. La educación que se ha recibido en la familia o en la escuela es determinante. La información al respecto suele estar impregnada de la actitud que la persona que la transmite tiene en torno al sexo, así como por sus prejuicios.

Por lo mismo, no es raro que se haya recibido una información errónea y que luego no se haya buscado o encontrado la forma de contrastarla. Esto también se aplica a quienes han recibido su formación a partir de lo que dicen sus amigos o de lo que presenta la pornografía.

Desprecio por la ciencia

No son pocas las personas que ven la ciencia como un terreno amenazante. La consideran demasiado “fría” o piensan que atenta contra “la moral”. Las religiones suelen tener cierta enemistad con los científicos, implícita y explícita. Esto lleva a que algunos vean con recelo los datos que brinda la ciencia, en especial en temas como la sexualidad.

Experiencias negativas

Este es también un factor recurrente. Si hay experiencias previas negativas, como el rechazo de una pareja, algún accidente o conducta que fue mal valorada, etc., es posible que comience a asociarse la sexualidad con un terreno amenazante o negativo.

Las experiencias negativas en el terreno sexual pueden condicionar la concepción que se tenga sobre la sexualidad.

Abusos sexuales

Como resulta obvio, las personas que han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual cargan un trauma en torno al tema. No necesariamente debe tratarse de alguien que fue objeto de una violación, sino también de acosos verbales, tocamientos, asedios, etc.

¿Qué hacer?

Romper con una idea: no todo adulto cuenta con una educación sexual, por mucho que haya mantenido relaciones sexuales. Esto es equivocado. Es posible que se conozca la base biológica de la sexualidad, pero que se esté muy lejos de comprender su sentido o sus implicaciones.

Es muy importante informarse bien sobre el tema. Comprender, por ejemplo, que el placer sexual es un delicado y sofisticado mecanismo biológico para que sobreviva la especie. Si el sexo no implicara placer, es posible que rara vez se practicara y el resultado podría ser la extinción.

Si el rechazo hacia la sexualidad es muy grande, o si el tema causa diversas dificultades, nada mejor que hacer una psicoterapia o comentarlo con un profesional. Muchos vacíos y obstáculos se vencen al interactuar con alguien informado y sin prejuicios.

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

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