En los últimos años mucho se ha hablado sobre el Feng Shui, pero pocos manejan este arte con profundidad y sólidos conocimientos. Lo invito a descubrir sus verdaderos fundamentos.
La milenaria cultura china ha entregado importantes aportes a Occidente. De hecho, a su sabiduría le debemos grandes inventos como la brújula, el papel, la pólvora y la imprenta. Hace muchos años que conocemos la medicina china, la acupuntura, el Chi Kung, el Kung Fu y el Tai Chi. Y en los últimos años Occidente ha sido sorprendido con este secreto tan bien guardado: el Feng Shui, que nos habla del arte de armonizar los espacios en que vivimos. Algo inherente al hombre, porque buscar un lugar que nos proporcione bienestar y seguridad ha sido importante para todas las culturas a través de la historia.
El Feng Shui nació de la mano con la filosofía del Tao, que se basó en el estudio de la naturaleza y sus ciclos. De allí viene la simpleza de su nombre; literalmente Feng Shui significa “viento” y “agua”. Dos elementos fundamentales para que exista la vida. Se dice que el Qi fluye con el viento y el agua acumula el Qi. Por lo tanto, el Feng Shui es el arte del flujo y la contención del Qi.
El Feng Shui comenzó hace aproximadamente 6.000 años como una tradición oral y en un principio estaba limitado a las clases sociales dirigentes. Yang Yung Sun fue el gran maestro que en el siglo IX d.C. dio a conocer por primera vez el Feng Shui en forma abierta; gracias a este atrevimiento es reconocido como el padre de este arte. Dejó un legado de varios textos clásicos que se conservan hasta hoy y siguen vigentes.
A lo largo de la historia muchas escuelas surgieron y se dividieron en diferentes líneas. Incluso autores contemporáneos muchas veces se contradicen entre ellos. Para no confundirnos es necesario enfatizar que hay dos grandes escuelas: la de la Forma y la de la Brújula. En estos momentos la Escuela de la Brújula contiene dos grandes escuelas: la Escuela Bazhai o Escuela de las Ocho Casas y la Escuela Xuan Kong o Feixing, llamada también Escuela de las Estrellas Volantes. Llegar a manejar estas dos escuelas, más la base de la Escuela de la Forma es lo que los grandes maestros del Feng Shui han determinado como el Feng Shui Clásico.
El Feng Shui del Bagua, tan difundido hoy en día, en que se divide una casa en ocho áreas de la vida como Finanzas, Fama, Pareja, Hijos, Protectores, Profesión, Estudio y Familia, es sólo una primera visión. Y ¡cuidado cuando se le quita la brújula!, instrumento esencial del verdadero Feng Shui.
Los Fundamentos
“El conocimiento del origen primero es, la esencia del Camino “,
“Tao Te Ching”, Lao Tsé.
Para aprender Feng Shui, debemos empezar por sus fundamentos, que son los conceptos del Qi, el Yin y el Yang, los 5 Elementos, los 8 trigramas, el Bagua y el Luo Shu.
El Qi es la fuerza vital, el “prana” para los hindúes, el “ruach” para los hebreos y el Ki para los japoneses. Es lo que anima a todos los seres vivos. Para entender mejor este concepto nos basaremos en la acupuntura, que presenta el cuerpo humano con una red de meridianos, los canales por donde el Qi recorre nuestro cuerpo. Si él se estanca o acelera, pierde sy flujo armonioso, vienen la enfermedades. Pues bien, nuestra casa también es recorrida por corrientes de Qi y también puede acelerarse o estancarse a través de nuestras habitaciones, pasillos, puertas o ventanas. Mucho antes de que occidente descubriera los campos magnéticos y las líneas de fuerza de la física, los maestros de Feng Shui habían descubierto corrientes de energía invisible llamada Qi. El Sheng Qi es el Qi que nutre y alimenta. El Sha Chi es el Qi que destruye y debilita.
El Yin y el Yang son las dos fuerzas opuestas y complementarias que rigen el Universo. Las vemos presentes en todo lo que nos rodea. El Yin es lo femenino, la luna, lo oscuro, lo blando, lo receptivo, lo pasivo, lo descendente. El Yang es lo masculino, el sol, lo luminoso, lo duro, lo creativo, lo activo, lo ascendente. Una crea la otra, una no existe sin la otra. Cuando la noche alcanza su momento más oscuro, comienza a declinar hacia el día. Nada existe independientemente, nada es absolutamente Yin o absolutamente Yang, el universo está en permanente transformación. El secreto de una larga vida es comprender el Yin y el Yang en todas las situaciones y respetar ese balance natural.
Además del Yin y el Yang existen 5 fases o cualidades de energía llamadas en chino Wu Xing , comúnmente en occidente se conocen como los Cinco Elementos. Aunque la palabra “elementos” la adoptamos de los 4 elementos de los filósofos griegos y no sería la más correcta. Estos cinco tipos de energía tienen nombres muy simples: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua . Cada uno tiene sus propias cualidades y se relacionan con un color, forma, estación, dirección magnética, etc.
Las cinco fases están presentes en nuestro hogar: el Fuego es la cocina, las velas, las formas triangulares y el color rojo. La Tierra son las cerámicas, esculturas de piedra, cristales, las formas cuadradas y los tonos amarillos. La Madera son las plantas vivas, las formas columnares y el color verde. El Metal son las esculturas de metal, los carillones, las formas circulares y el color blanco, dorado o plateado. El Agua son los acuarios, fuentes de agua, las formas asimétricas y los colores negro y azul oscuro.
Las cinco fases están relacionados entre sí a través de tres ciclos: el ciclo Generativo, el ciclo de Control y el ciclo de Debilitamiento. Hay una inmensa sabiduría en la comprensión de estos ciclos, su aplicación en el Feng Shui es fundamental, ya que las verdaderas “curas” vienen del manejo de estas cinco energías.
El estudio de estos principios nos ayudará en la comprensión del pensamiento chino y su manera de ordenar el Universo. Todo esto está simbolizado en un octógono con ocho trigramas, llamado Bagua. El Bagua está relacionado con el cuadrado mágico de Luo Shu. Y todo esto tiene sus raíces en el I Ching, el Libro de las Mutaciones, texto sagrado de la sabiduría china.
El Feng Shui no es religión, ni superstición. Es una arte cuyas teorías, principios y prácticas fueron observadas y comprobadas a través de siglos. Es el arte de aprender a vivir fluyendo con las fuerzas y los ciclos de la naturaleza, ¡y no en su contra! De vivir conscientes de las energías que nos rodean y comprender que para lograr la felicidad tiene que existir la conjunción de tres factores: el poder del cielo, el poder de la tierra y el poder del hombre.
¡Un Sheng Qi para todos!
Lucía Boero
Noviembre 2000
Fuente: http://www.vientoyagua.cl/sub_paginas/fundamentos_quesfenshui.htm