El Metabolismo es un conjunto de reacciones que tienen lugar en el organismo y como consecuencia de las cuales se produce el fenómeno de la vida. Se dividen en dos categorías fundamentales: aquéllas cuya finalidad es la obtención, el almacenamiento y el aprovechamiento de la energía imprescindible para que la vida se produzca (que en su conjunto definen el denominado anabolismo o metabolismo de síntesis) y las reacciones destinadas a la elaboración de las propias estructuras que constituyen las células, los tejidos y los órganos, es decir, el cuerpo (que globalmente conforman el llamado catabolismo o metabolismo de desasimilación).
También se ha de diferenciar otra categoría metabólica, la constituida por el llamado metabolismo basal, que se refiere a la cantidad de energía que se gasta en estado de reposo y que se mide en calorías/hora.
Regulación del metabolismo basal
El metabolismo en sí no se puede modificar por medios artificiales. Sin embargo, sí se pueden regular los aportes y los gastos energéticos, de modo que desequilibrios como los que produce, por ejemplo, la obesidad, puedan subsanarse.
El metabolismo basal es una característica propia de cada persona y condiciona la salud y el rendimiento físico. Así, por ejemplo, hay individuos que para encontrarse bien han de ingerir cantidades elevadas de alimentos dulces, mientras que otros pueden pasar mucho tiempo sin probarlos y sin sentir debilidad o decaimiento.
Entre los elementos que condicionan el metabolismo basal cabe citar en primer término la edad. Así, el gasto energético medio de un recién nacido es de 1,75 calorías/hora; el metabolismo basal máximo se alcanza en torno a los 14 años, cuando su valor es de unas 50 calorías/hora, y disminuye progresivamente hasta situarse en torno a las 35 calorías/hora en la senectud. También influye el sexo, siendo menores los requerimientos metabólicos en las mujeres, aproximadamente en un 7%, excepto en la infancia, periodo en el que las necesidades son iguales para niños y niñas.
En el caso de la alimentación, las variaciones entre individuos son a veces muy notorias, en especial para los niveles de asimilación de azúcares y grasas. Otro elemento que modifica el metabolismo basal son las enfermedades y los trastornos orgánicos. Algunos, como la diabetes o la desnutrición, reducen el gasto energético, mientras que otros, como la fiebre, lo aumentan. Por último, el factor que en mayor medida modifica este metabolismo es el ejercicio físico.
Otro factor regulador del metabolismo es la glándula tiroides, productora de las hormonas tiroideas. Cuando ésta aumenta se produce hipertiroidismo, lo que da lugar al incremento de la necesidad de ingerir alimento, a pesar de que el aumento del metabolismo hace que se pueda llegar incluso a perder peso. Por contra, si las secreciones disminuyen se origina hipotiroidismo, que produce un engordamiento rápido con pérdida de reflejos y alteraciones sensoriales.
Nutrientes y rendimiento metabólico
La asimilación de los nutrientes que llegan al organismo a través de la alimentación constituye la base del rendimiento metabólico. En tal sentido, los estudios del metabolismo están estrechamente vinculados con los de la nutrición.
Cabe distinguir cuatro grandes grupos de nutrientes que son descompuestos y asimilados a través de los procesos metabólicos: las proteínas, los carbohidratos, los lípidos, y las vitaminas y sales minerales.
–Las proteínas son sustancias básicas para la vida constituidas por cadenas de aminoácidos. Éstos son compuestos esenciales para el desarrollo de los procesos vitales, algunos de los cuales no son producidos por el organismo, por lo que han de aportarse a través de la alimentación.
–Otro gran grupo de nutrientes metabolizables son los carbohidratos, hidratos de carbono o glúcidos, que a través del metabolismo son disgregados en azúcares simples y constituyen la principal fuente de energía calórica.
–Junto a ellos, el grupo de las grasas reúne las sustancias que, una vez metabolizadas, aportan los ácidos grasos esenciales.
–Por último, las vitaminas y sales minerales son los llamados elementos accesorios en el aporte metabólico y desempeñan una función básica en el mantenimiento de la salud corporal. La mayor parte de las llamadas enfermedades metabólicas obedecen a disfunciones en la asimilación de vitaminas y minerales. Por ejemplo, el escorbuto es producido por déficit de vitamina C; el raquitismo, por déficit de vitamina D, y la osteoporosis, por carencia de calcio.
Fuente: http://www.peybur.com/que-es-el-metabolismo.html